En busca de credibilidad
La remoción de Enrique Galindo como Comisionado de la Policía Federal, ha hecho eco en la esfera política. Por una lado se encuentran las recomendaciones hechas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), acerca de la transparencia en las investigaciones concernientes al uso de la fuerza por parte de las instancias policiacas; y por el otro la búsqueda de credibilidad en lo referente a las instituciones de seguridad en el país. En El Universal, su Editorial, aborda como tema importante el tema del  respeto a los derechos humanos, el cual “se ha convertido en la piedra en el zapato de diversas instancias del gobierno federal en los últimos meses, pero ayer se tomó una decisión que debe abonar a la idea de que si ha habido errores, se ha optado ahora por transitar la ruta para enmendarlos. El alto mando de la Policía Federal fue removido del cargo con el fin de ‘facilitar que las autoridades correspondientes realicen una investigación ágil y transparente, de cara a la ciudadanía’. La investigación aludida es la que recomendó el pasado 18 de agosto la Comisión Nacional de los Derechos Humanos […]. La desigual cifra de bajas en el enfrentamiento desató señalamientos de uso excesivo de la fuerza de la corporación policiaca […]. Las indagatorias internas no habrían generado la confianza de imparcialidad que requiere este caso, si la cabeza de la corporación se hubiera mantenido al frente. La remoción fue acertada, pues el cambio de mando abre la oportunidad de que se investiguen a fondo los señalamientos de la CNDH y de que se ahonde en la capacitación de agentes en materia de derechos humanos. La conclusión de que los elementos policiacos pudieron haber incurrido en violaciones a derechos humanos debe entenderse como una exigencia de lo que busca este país y de lo que más han demandado diversas organizaciones nacionales y extranjeras: la prevalencia del Estado de derecho […]. En conclusión, luego de actuaciones rodeadas de polémica, como las de Apatzingán o Nochixtlán, el relevo en la Policía Federal debe dar como resultado una institución de seguridad que no esté nuevamente bajo la sombra de la duda o de cuestionamientos por no respetar la ley”.

La postura al respecto de los Derechos humanos, es compartida por el Excélsior, pues en su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “la Secretaría de Gobernación hizo ajustes. Para fomentar el respeto a los derechos humanos y facilitar la investigación sobre los hechos ocurridos en Tanhuato. Enrique Galindo, comisionado de la PF, fue separado del cargo, por decisión del Presidente, lo sustituye Manelich Castilla Craviotto, excomisionado de la Gendarmería. La salida de Galindo se da a 11 días de la recomendación de la CNDH, que acusó a la corporación de ejecuciones de 22 civiles en Tanhuato, además, está abierto el expediente por lo ocurrido en Nochixtlán, Oaxaca. Más que pertinente, la decisión presidencial. Sin embargo, llama la atención que no todos atienden el mismo esquema. Renato Sales Heredia, comisionado Nacional de Seguridad, defendió a Galindo hace 10 días. Ahora Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Segob, lo cesa. Algo no anda bien en el tema seguridad. ¿Quién sigue en la lista?”

Mientras tanto Milenio, para el periodista Joaquín López Dóriga, la piedrita en el zapato es la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), pues de acuerdo con su columna es el problema más delicado del gobierno, ya que: “tras la matanza de Nochixtlán, en Oaxaca, […] ha tomado una fuerza que la sección 22 perdió tras la recuperación de la rectoría perdida cuando el Gobernador priísta Heladio Ramírez (1986-1992) la entregó al sindicato […]. La 22 parecía haber perdido su fuerza con la expropiación del control que ejercía a través del uso de la nómina, prestaciones, sanciones y promociones, plazas y destinos, vía la reforma educativa. En lo que parecía ser el final de la usurpación educadora a manos de unos cuantos desde el sindicato, con sus dirigentes en la cárcel, el conflicto dio un vuelco tras el enfrentamiento de Nochixtlán que dejó diez muertos y unos 150 heridos entre civiles y policías federales, sin que a la fecha se tenga claro quién lo comenzó, de lo que las fuerzas federales acusan a civiles relacionados con la coordinadora y ésta a la Policía. En medio de esta crisis, el Gobierno federal sostuvo a Enrique Galindo en la Comisión General de la Policía Federal, no obstante aquella primera versión de que los agentes iban desarmados y que unas fotos de uniformados disparando habían sido tomadas después, lo que luego resultó no ser cierto. Y esto, más la recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre las ‘ejecuciones’ en Tanhuato, llevó al Presidente a cesarlo. A Galindo ‘se le ha separado de su cargo en el marco de los hechos recientes y para facilitar la investigación y profundizar la capacitación en  materia de derechos humanos’, dijo ayer Miguel Ángel Osorio Chong, al dar posesión al nuevo titular, Manelich Castilla, un abogado que era el jefe de la Gendarmería. Y al que le vienen días difíciles”.

En alusión a la reciente muerte del cantante mexicano Juan Gabriel, la periodista Katia D’Artigues, escribe en El Universal, una columna en la que aborda la salida de Galindo de la Policía Federal al tiempo que retoma una de las canciones del “Divo de Juárez”: ‘Tú estás siempre en mi mente, siempre tú, tú, tú, a cada instante’. Al arranque de su campaña, Peña Nieto declaró: ‘Mi primer compromiso para cambiar a México será recuperar la paz y libertad de los mexicanos. Como Presidente de México, me comprometo a corregir y replantear la estrategia nacional de seguridad, para devolverles orden, tranquilidad y sobre todo libertad los mexicanos’. Es algo que no hemos podido dejar atrás. Ahí están las cifras de homicidios que repuntan; la situación de derechos humanos (en particular Ayotzinapa, como símbolo, ahora Tanhuato). Ayer un símbolo más a punto de cumplir 4 años en el poder (¿no le parecen más?): la remoción de Enrique Galindo Ochoa como comisionado general de la Policía Federal. La decisión se tomó desde la Secretaría de Gobernación, y todo indica que se debe a las investigaciones que se realizan en torno a los enfrentamientos de la Policía Federal con maestros y habitantes de Nochixtlán, Oaxaca, el pasado 19 de junio. Recuerde que en un principio se informó que los elementos policíacos no acudieron armados a esa zona, donde presuntamente intentaban desalojar un retén; pero algunas imágenes demostraron todo lo contrario. Galindo Ochoa estuvo en ese cargo desde diciembre de 2012. Y ahora sí que: ‘Ya lo sé… que tú te vas’.

Sin embargo, en Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “en círculos del área de seguridad no pasan por alto que el recién removido comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, se colgó algunas medallas durante su encargo de tres años y ocho meses. Su equipo fue responsable de las capturas de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, Servando Gómez ‘La Tuta’, el matrimonio Abarca y  ‘El Cabo’ Gil (caso Ayotzinapa), así como de Vicente Carrillo Fuentes, hermano de ‘El Señor de los Cielos’. Deja también una hoja con la aprehensión de mil 764 secuestradores, 254 bandas desarticuladas y 2 mil 600 víctimas de plagio liberadas durante este sexenio”.

La tesis de EPN
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, cuestiona el actuar de la Universidad Panamericana, quien el domingo por la noche “dio a conocer que como resultado de un análisis a la tesis del alumno Enrique Peña Nieto, se concluyó que el trabajo contiene ideas propias, ideas ajenas citadas e ideas ajenas no citadas, sin embargo, consideró que se trata de un acto consumado sobre el que ‘es imposible proceder en ningún sentido’. Algunos se preguntan por qué la universidad no hizo más. ¿Podía hacerlo? Nos aseguran que la respuesta es no, pues quien otorgó el título fue la UNAM. En 1991, la Escuela de Derecho de la UP se encontraba incorporada a esta institución. Así que, nos explican, la Panamericana no podría retirar lo que no otorga. Por lo demás, sería interesante hacer el ejercicio de cuántas tesis de esos años pasan la prueba del ácido”.

Diálogos de la intemperie
En Milenio, el periodista Carlos Marín habla acerca de las conversaciones entre la CNTE y la Segob, pues “según dio a conocer en su oportunidad la Comisión Nacional de Mediación, los diálogos entre representantes del Gobierno federal y la disidencia magisterial debieron ser públicos desde un principio. El 21 de junio, dos días después de los enfrentamientos en Nochixtlán entre policías y civiles armados, la Conamed informó: ‘…la pérdida de vidas humanas, decenas de detenidos y heridos, han impuesto la urgencia de iniciar de inmediato este ‘diálogo público” con un real compromiso y voluntad para atender el conflicto…’ Por la Comisión firmaron como sus representantes: Miguel Álvarez Gándara, Pietro Ameglio, Jorge Fernández Souza, Magdalena Gómez, Enrique González Ruiz, Dolores González Saravia, Gilberto López y Rivas y Pablo Romo Cedano. Al día siguiente, con los comisionados como aval, pero con los líderes de la CNTE renuentes al debate en público, empezaron las ‘pláticas secretas’ en Gobernación. El Secretario Miguel Ángel Osorio dijo ayer que, de reanudarse, el diálogo será de cara a la nación. Nada mejor que los argumentos de las partes queden expuestos al escrutinio público”.

Triunfos en el PAN
Los recientes movimientos del Partido Acción Nacional (PAN) de cara a las elecciones son retomado en el diario Reforma, pues en su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “la victoria de Víctor Hugo Sondón para dirigir al panismo del Estado de México es de tres bandas, pues resulta también un triunfo para Ricardo Anaya… y podría serlo para Josefina Vázquez Mota. Según se comenta al interior del PAN, se trata de un revés para el cacicazgo de Ulises Ramírez, pues Sondón estaría en mucha mayor sintonía con la dirigencia nacional. Sobre todo, claro, ahora que se acerca la nominación del o la candidata a la gubernatura. Y con eso de que los panistas siguen viendo a Vázquez Mota como su opción, todo indica que la mesa está servida”.

Redacción/SinEmbargo

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