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GUÍA | Tres días para descubrir lo mejor de Nueva York

30/09/2016 - 12:00 am

Museos, grandes rascacielos, tiendas, restaurantes. Con un poco de planificación es posible conocer, a pie, los puntos más interesantes de esta ciudad fascinante en apenas unos días. Checa la guía de ElDiario.es para disfrutar Nueva York en tres días.

Por Viajar Ahora

Ciudad de México, 30 de septiembre (SinEmbargo/ElDiario.es).– Nueva York da para mucho. Uno puede viajar hasta la Gran Manzana mil veces y aún deberá volver otras mil para descubrir todos sus secretos, para ver todos sus museos, para dejarse encantar por todos sus atractivos. Ciudad grande y pequeña a la vez, ya que los principales lugares turísticos se encuentran concentrados en la mitad sur de la isla de Manhattan. Pretender conocerla en un fin de semana sería una verdadera utopía, pero con una buena organización se pueden diseñar paseos que te darán una idea más que aproximada de lo que la “ciudad que nunca duerme” es capaz de ofrecer. Viajar Ahora te ofrece un plan de tres días para disfrutar de los puntos emblemáticos de la ciudad. Tres paseos para hacer a pie ( aunque damos las referencias de las paradas del metro) que conectan los principales atractivos.

PRIMER DÍA: MIDTOWN

La ciudad vista desde el Empire State Building. Foto: Wikimedia Commons
La ciudad vista desde el Empire State Building. Foto: Wikimedia Commons

10.00. New York Grand Central Terminal.

 La impresionante Grand Central Terminal no es mala forma de empezar a explorar la ciudad. Este fue el principal punto de entrada a la gran manzana durante décadas y uno de los mayores iconos de modernidad de la urbe. Construida a finales del siglo XIX para soterrar las líneas ferroviarias que llegaban hasta la ciudad desde todos los rincones del país. Hoy, su función como principal puerta neoyorquina ha quedado atrás, pero sigue siendo un símbolo de la pujanza de la ciudad. El hall principal, con sus más de mil 100 metros cuadrados, es una maravilla de la arquitectura industrial del ladrillo. Cerca del mítico Oyster Bar & Restaurant, que se encuentra en nivel más bajo de la estación, se encuentra la Galería de los Suspiros, una curiosa cámara de arcos con singulares propiedades acústicas. Muchos neoyorquinos utilizan este lugar para proponer matrimonio a sus parejas.

11.30. Un breve paseo hacia el norte.

 En las inmediaciones de la Grand Central Terminal se arremolinan gran cantidad de lugares dignos de una visita. En la esquina de la 42 y Lexinton, a apenas una manzana de la estación, se encuentra el espectacular Edificio Chrysler, una auténtica maravilla del Art Deco construida en 1930 y que es considerado por muchos como el rascacielos más hermoso de toda la ciudad. Durante algunos meses fue la construcción más alta del mundo, marca que perdió con la culminación del vecino Empire State Building.

Una buena manera de continuar el paseo es a través de Park Avenue, En pocos minutos pasaremos junto al Hotel Waldorf Astoria, todo un símbolo del lujo. Estamos en la verdadera milla de oro de la ciudad, dónde se encuentran las tiendas más exclusivas. Para mitómanos, nada mejor que darse una vuelta por Tiffany &Co en la 5th Ave, 727, quizás la tienda más famosa del mundo.

13.00. San Patricio y alrededores.

La catedral de St Patrick y el Atlas hecho por el artista Lee Lawrie. Foto: Wikimedia Commons
La catedral de St Patrick y el Atlas hecho por el artista Lee Lawrie. Foto: Wikimedia Commons

La Quinta avenida es una de las arterias más célebres de la ciudad y también uno de sus mayores atractivos turísticos. De vuelta al Sur desde Tyffany nos topamos con la Catedral de San Patricio, la mayor construcción de estilo neogótico de Norteamérica y símbolo de los católicos estadounidenses. A dos pasos de la catedral, que pese a su altura queda eclipsada por los rascacielos de los alrededores, se encuentra el Rockefeller Center, un conjunto de 19 edificios que aúnan importantes colecciones artísticas, tiendas de las mejores marcas e importantes complejos de oficinas donde se localizan algunas de las compañías más importantes del mundo. Desde el mirador de la Torre General Electric (uno de los mejores ejemplos de Art Decó de la ciudad) se tienen magníficas vistas sobre el Empire State y Central Park.

A poco más de 300 metros de aquí se encuentra el Museo de Arte Moderno, el célebre MoMA, que cuenta con la mayor colección de arte contemporáneo del mundo con maestros de la talla de Dalí, Picasso, Van Gogh, Miró, Pollock…

17.00. Por Broadway hasta Times Square y, de ahí, al cielo.

Dedicar la tarde a pasear entre las carteleras de los famosos teatros de Broadway no es mala idea para despejar la cabeza después de un par de horas en el MoMA. Basta con caminar dos cuadras hacia el oeste y cruzar 7th Avenue. Apenas 600 metros separan la intersección de Broadway y la calle 53 de la céntrica Times Square, corazón de Midtown y una de las imágenes recurrentes de la gran manzana. Enormes pantallas luminosas provocan una verdadera sobredosis de información que tiene en la publicidad su razón de ser. En pocos lugares como éste podemos experimentar que estamos en el centro del capitalismo universal.

Al caer la tarde.

Conviene seguir camino hacia el sur. En Bryant Park se encuentra la preciosa Biblioteca Pública de Nueva York, y siete cuadras hacia el Sur el mítico Empire State Building, un lugar ideal para disfrutar de las últimas horas de la tarde y las primeras de la noche. Desde el mirador de este icono de la cultura norteamericana se disfruta de las mejores vistas de Manhattan.

SEGUNDO DÍA: CENTRAL PARK Y WEST SIDE

9.00 Una mañana en Central Park.

Un día de campo, adnar en bici, caminar Central Park. Foto: Wikimedia Commons
Un día de campo, adnar en bici, caminar Central Park. Foto: Wikimedia Commons

 Madrugamos. Un desayuno digno de reyes en Café Sabarsky. Nueva York es una ciudad ideal para darse caprichos y este es uno de ellos. Para muchos, es de los mejores cafés de estilo europeo del lugar y tiene la ventaja de estar sólo a un par de pasos del Metropolitan Museum y de Central Park. A primera hora de la mañana (abre a las 9.00) es fácil encontrar mesa. El café comparte espacio con la Neue Galerie (5th Ave, 1048), una de las galerías de arte más prestigiosas del mundo.

Para visitar el Metropolitan Museum y que aún quede tiempo para ver otras cosas hay que ser muy selectivo. La amplitud de las colecciones es enorme y la verdad es que pretender verlo todo no sólo es imposible, sino que abruma. La colección abarca una amplitud enorme desde las culturas más antiguas a la modernidad; de objetos rituales de los albores de la Humanidad a vestidos de Balenciaga.

El MET es tan grande que tendrás que ser minucioso para elegir qué ver esta vez y qué dejar para la próxima. Foto: Wikimedia Commons
El MET es tan grande que tendrás que ser minucioso para elegir qué ver esta vez y qué dejar para la próxima. Foto: Wikimedia Commons

A espaldas del Metropolitan se abre todo el universo de Central Park, uno de los parques urbanos más grandes del mundo. Justo detrás del Metropolitan se encuentra el Obelisco de Cleopatra, enorme monolito de piedra de la era ptolemaica que Egipto regaló a Estados Unidos por su contribución a la construcción del Canal de Suez. Ahí dónde lo ven, es el monumento “más antiguo” de toda la ciudad y una buena forma de empezar a explorar el parque. Siguiendo el trazado de la 79th transverse (una de las calles que atraviesan en parque de este a oeste) nos encontraremos, en pocos metros, con dos de los hitos más importantes del parque: el Castillo Belvedere y el Jardín Shakespeare. Con más de 341 hectáreas de superficie, Central Park es un mundo en sí mismo. Todo el parque es impresionante, pero la mayoría de sus iconos se encuentran sobre o al sur de la 79th street (como la Bethesda Terrace, la estatua de Alicia en el País de las maravillas, el Lago, el Zoo de Nueva York o el monumento en memoria de John Lennon). En el costado oeste de Central Park también se localiza el espectacular Museo de Historia Natural.

15.00 Camino de Hell’s Kitchen, la rivera del Hudson y la elegante Chelsea.

10th Avenue recorre de norte a sur el corazón del barrio de Hell’s Kitchen. Lo que otrora fuera uno de los barrios más deprimidos y pobres de la ciudad se ha convertido en uno de los lugares de moda dónde se localizan algunos de los mejores restaurantes de moda y activos centros culturales. Desde aquí se puede acceder en pocas cuadras a la rivera del Río Hudson. Para los amantes de la aeronáutica queda el Intrepid Air and Space Museumantiguo portaaviones de la marina estadounidense convertido en museo sobre la historia de la aviación con una más que aceptable colección de aparatos que van desde la Segunda Guerra Mundial a las primeras naves de la conquista del espacio. Desde los muelles se pueden ver fantásticas vistas sobre la orilla oeste del Río Hudson (New Jersey). Si se visita el barrio en fin de semana, no es mala idea acercarse hasta el Flea Market, un curioso mercadillo de antigüedades que también tiene sucursal en el vecino y señorial Chelsea.

Camino al sur, en la confluencia de la 8th Avenue y la 33rd st se encuentra el mítico Madison Square Garden, escenario de multitud de eventos deportivos y feudo de los New York Knicks, una de las franquicias clásicas de la NBA. Al sur queda el impresionante barrio de Chelsea, uno de los más antiguos y señoriales de la ciudad. Una muy buena forma de acercarse al barrio es la High Line, un paseo ajardinado y elevado de algo más de dos kilómetros construido sobre las antiguas vías del tren (entre Gansevoort Street y la calle 34) que más allá de ofrecer buenas vistas sobre el barrio y la rivera del Hudson también programa actividades culturales. A ras de suelo, Chelsea es una de las zonas más antiguas de la ciudad y cuenta con muy buenos ejemplos de arquitectura victoriana que nos recuerdan a Londres ( sobre todo en Greenwich Village).

TERCER DIA: EL EXTREMO SUR

8.30 Wall Street, y la Estatua de la Libertad.

El Toro de Wall Street. Foto: chargingbull.com/
El Toro de Wall Street. Foto: chargingbull.com/

La parada de metro de Wall Street (Subway: Líneas 4 y 5) está situada en pleno corazón de la ciudad financiera. En un radio de apenas dos centenares de metros se encuentran la Bolsa de Nueva York, la Reserva Federal, y las sedes de los principales bancos del mundo. Madrugar tiene sus recompensas. La primera es poder posar junto al famoso Toro de Wall Street, un bronce de más de tres toneladas de peso obra del artista Arturo Di Modica que representa la agresividad y pujanza del sector financiero y se ha convertido en todo un símbolo del capitalismo mundial.

La otra ventaja de iniciar la visita a primeras horas de la mañana es ahorrarnos la cola para acceder los ferrys que viajan a Liberty Island y Ellis Island desde los muelles de Battery Park ( a partir de las 8.30). Más allá de las 10:00, la cola suele superar la hora de duración. La Estatua de la Libertad es otro de los símbolos de la ciudad y el país. Si quieres subir al mirador deberás comprar las entradas con varias semanas de antelación. Con Statue Cruises también se accede a Ellis Island, todo un símbolo de la historia del país como punto de entrada para millones de inmigrantes que llegaban desde Europa. El Museo de la Inmigración es una de las mejores visitas de la ciudad. Además, desde las islas, las vistas sobre la ciudad son impresionantes.

Para subir a la Estatua de la Libertad es necesario comprar los boletos con antelación. Foto: Wikimedia Commons
Para subir a la Estatua de la Libertad es necesario comprar los boletos con antelación. Foto: Wikimedia Commons

14.00.- Desde la Zona Cero a China pasando por Italia.

De vuelta en Battery Park, no es mala idea recorrer junto al río el kilómetro y medio que separa la Terminal de ferrys de la Zona Cero. El lugar que ocupaban las Torres Gemelas es hoy un lugar de peregrinaje en el que se encuentra el 9/11 MemorialUna enorme plaza pública y un museo sirven para recordar el dramático episodio del once de septiembre y poner nombre y apellidos al suceso que cambió la historia reciente del mundo. Una buena forma de entender la importancia de este espacio urbano es subir hasta el One World Observatory, mirador que culmina la espectacular nueva sede del World Trade Center.

A través de Park Row se llega, en menos de veinte minutos de paseo, a las puertas de China Town, pero antes habremos pasado junto al New York City Hall, sede del gobierno de la ciudad. Mott Street y Canal Street son las arterias más importantes de este barrio que se formó a partir de la llegada masiva de inmigrantes procedentes de Guangdong y Hong Kong. Restaurantes de auténtica comida china y tiendas donde se ofrecen falsificaciones de conocidas marcas de moda conviven con comercios y negocios regentados por orientales que han creado una especie de pequeño país paralelo. Canal Street es la frontera entre China Town y Little Italy, antiguo feudo de los inmigrantes italianos. Hoy, la presencia de italianos en el barrio, que ha sido literalmente fagocitado por los residentes chinos, se limita a Mulberry Street, donde se localizan los mejores restaurantes y cafeterías del barrio. Antes de volver hacia el norte es de obligada visita bajar hasta la rivera de East River para darse un paseo por el celebérrimo Puente de Brooklyn.

17.00 Atardecer en el Soho.

South of Houston Street (So-Ho) fue durante mucho tiempo un lugar de fábricas y talleres dedicados al trabajo del hierro y el acero. En los años 60 y 70, gran cantidad de artistas llegaron al lugar atraídos por los precios bajos de antiguos almacenes y fábricas que, de manera súbita, se convirtieron en residencias de diseño, bares de moda y comercios alternativos. En los 80 llegaron los yuppies y Soho se convirtió en uno de los lugares más pujantes de la ciudad en los que abundan las galerías de arte y tiendas para todos los gustos. En torno a Broadway Street, que atraviesa el barrio de norte a sur, se arremolinan los principales comercios del vecindario.

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