Author image

Julieta Cardona

30/09/2017 - 9:02 am

Necesitarnos

Con ella las cosas siempre fueron de la misma manera: no sabía cuándo la vería y cuando sí, no se hablaba de una próxima. Todo ello tenía un encanto casi poético porque cada repetición era una última. Los encuentros eran sinónimos: hablábamos apenas y nos metíamos a la cama o primero nos metíamos a la […]

Foto: Alan Román

Con ella las cosas siempre fueron de la misma manera: no sabía cuándo la vería y cuando sí, no se hablaba de una próxima. Todo ello tenía un encanto casi poético porque cada repetición era una última. Los encuentros eran sinónimos: hablábamos apenas y nos metíamos a la cama o primero nos metíamos a la cama y luego hablábamos cualquier mirruña, pero nunca otra cosa.

¿Cómo estás hoy?, cualquiera preguntaba. Bien, un poco la misma mierda, cualquiera respondía. Y listo, nos íbamos a lo nuestro. Eso sí, nos gustábamos de verdad; cierta ocasión la sorprendí besándome el vientre en plena madrugada y, alguna otra, ella a mí mirándole las manos. Cuál dios será el que le vive en las manos, me preguntaba. Pero nos esfumábamos mucho antes de los amaneceres porque los regalos apenas merecidos terminan pronto.

En fin, que me acordé de todo esto porque hoy, mientras llovía, me vino de golpe la última vez. Quiero que veas algo, me dijo. Me pidió salir y tumbarnos a ver el vuelo de los murciélagos. Parecía casi arreglado porque la luna menguaba y en el cielo todavía quedaba el cuerpo flaco de una luz púrpura y porque si corrías con suerte te guardabas un momentito de esos para toda la vida.

De vuelta a la cama no dijimos media palabra. No hizo falta. Tratamos, cómo decirlo para no echar mentiras, de hacerlo todo igual: con cuidado y sin dolor, pero sin quererlo y sin saber bien cómo, sentimos ese calorcito que pega en la nuca de cuando sabes que estarás con alguien por última vez.

Aquella habrá sido una noche fría y uno de mis mejores ratos, pero jamás le dije porque lo nuestro no se trató de amor sino de sexo sincronizado. Me vino de golpe que quizá nada hubiera sido distinto si nos hubiéramos hablado porque, de cualquier manera, nunca nos necesitamos.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas