Ciudad de México, 30 de octubre (SinEmbargo).- “No es lo mismo ser profundo que haberse venido abajo. Ese hombre está enfermo, y a los medios de difusión les sirve”, dice un internauta de nombre Mario Ferreira.
Se trata de la referencia a Piotr Pavlenski, nacido hace 30 años en San Petersburgo, pintor de profesión y amante de los escándalos para protestar contra las normas de su país natal, al que considera una especie de cárcel.
Desde clavarse los testículos con un clavo en la Plaza Roja de Moscú a la reciente hazaña de arrancarse el lóbulo de una oreja sobre el tejado de un hospital psiquiátrico de Moscú, el joven artista ha dado la vuelta al mundo con sus intervenciones.
Su propio cuerpo es el lienzo donde cincela un discurso refractario a riesgo de sangre y tormentos físicos estremecedores que, según ha dicho, no le producen el mismo dolor que a los demás mortales.
Esa resistencia le ha permitido ser el centro de varias performances por las que consiguió fama mundial, mucho más por cierto que sus pinturas, la mayoría de las cuales son ignoradas por aquellos que conocen a pies juntillas cada uno de sus actos públicos.
FIJACIÓN
En el pasado noviembre tuvo que ser hospitalizado luego de que clavara sus testículos con un martillo y un clavo a los adoquines de la Plaza Roja de Moscú.
El acto llevó el título de “Fijación” y coincidió con la celebración en Rusia del Día de la Policía.
“Metáfora de la apatía, indiferencia política y fatalismo de la sociedad actual rusa” fue cómo el propio artista describió su martirio.
“No es la arbitrariedad de los cargos públicos lo que priva a la sociedad de su capacidad de actuar, sino la fijación en sus derrotas y pérdidas que nos clava cada vez con más fuerza a los adoquines del Kremlin, convirtiendo a las personas en estatuas que esperan resignadas a su destino”, dijo Pavlenski.
CADÁVER
Otra de sus performances fue la que tituló “Cadáver” y que consistió en quedarse totalmente desnudo para enrollarse en alambre de espinos frente al edificio de la Asamblea Legislativa de San Petersburgo.
Pavlenski quiso simbolizar así “la existencia humana en un ambiente de represión legal, cuando el más mínimo movimiento provoca una durísima reacción del sistema legislativo, que se clava en el cuerpo del individuo” y protestar contra la prohibición de la propaganda homosexual, entre otras leyes de “represión y censura” en Rusia.
Unos agentes de la policía liberaron a Pavlenski del alambre con ayuda de unas tenazas y no se abrió ninguna causa penal por esta acción.
COSTURA
“La acción de Pussy Riot en una escenificación de la famosa acción de Jesucristo” fue el cartel que levantó Piotr Pavlenski frente a una famosa catedral de San Petersburgo, tras lo cual procedió a coserse la boca.
“Cosiéndome la boca con la Catedral de Kazán de fondo he querido mostrar la situación del artista contemporáneo en Rusia: no existe la libertad de expresión. Me disgusta el terror de la sociedad, la paranoia colectiva que observo en todas partes”, declaraba el artista.
SEPARACIÓN
Pavlenski se cortó la oreja con un largo cuchillo mientras permanecía sentado y desnudo en el borde del tejado del centro de psiquiatría social y judicial Serbski de Moscú.
“El cuchillo separa el lóbulo de la oreja del cuerpo. La pared de hormigón de la sección de psiquiatría separa la sociedad de los enfermos entre cuerdos y dementes”, dice en un manifiesto.
“Recuperando el uso de la psiquiatría con fines políticos, el aparato policial recupera el poder para determinar la frontera entre la cordura y la demencia”, agrega.
LIBERTAD
Pavlenski construyó unas barricadas improvisadas con llantas de automóviles y les prendió fuego. La performance recordaba a los acontecimientos en el Maidán, cuando murieron 100 personas en febrero a manos de los francotiradores apostados frente al Ayuntamiento de Kiev, donde centenares de manifestantes expresaban su desacuerdo con la política del depuesto presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, cercano a Moscú.
“Llantas ardiendo, banderas de Ucrania, banderas negras y el sonido de los golpes contra el metal, esta es una canción de liberación y revolución. El Maidán se extiende irremediablemente y penetra en el corazón del Imperio”, dijo entonces el artista.
