Opositores acusan a Rousseff de no priorizar la política exterior de Brasil

30/10/2014 - 12:20 pm

Brasilia, 30 Oct (Notimex).- A lo largo de los casi 12 años del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder -los primeros ocho con Luiz Inácio Lula da Silva y los otros cuatro con Dilma Rousseff-, la política exterior de Brasil no dio prioridad a las relaciones con los países del eje Estados Unidos-Unión Europea (UE).

Rubens Barbosa tiene esa apreciación, luego de haber sido el responsable de formular el proyecto de política exterior de Aécio Neves, perdedor de las elecciones del pasado 26 de octubre, embajador en Washington y Londres entre 1995 y 2003, durante los dos cuatrienios presidenciales de Fernando Henrique Cardoso.

Crítico de las iniciativas en esa materia de Da Silva y Rousseff, Barbosa, jefe del consejo de comercio exterior de la Federación Industrial del Estado de Sao Paulo (FIESP), colocado al lado de Neves al apoyar su candidatura por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), expresó que, con eso, alineado a una politización del discurso diplomático, las relaciones externas del país acumularon numerosos errores.

Otros opositores destacan que la lista de episodios en que la diplomacia de su país se empequeñeció es extensa, incluida la condescendencia y la pasividad con gobiernos autoritarios, restando importancia a la política exterior de Brasil.

Denuncian también que el Mercosur, creado al inicio de la administración de Cardoso en 1994, fue más un escenario irreal que una unión aduanera y que, en adelante, debía ser tratado “como algo anacrónico que no sirve a los intereses de Brasil”.

La diplomacia brasileña, célebre por su seriedad y profesionalismo desde el siglo XIX bajo el influjo de José da Silva Paranhos, el Barón de Río Branco, ha sido tratada, según Barbosa y los estrategas de Neves, como algo secundario, sin haber tenido la importancia que le dio Lula da Silva durante sus mandatos, entre 2003 y 2010.

Aseguran que Dilma relegó a un papel menor al Itamaraty, sin que haya indicios de que ese escenario cambie o sufra algunas alteraciones en la gestión gubernamental que inicia el 1 de enero de 2015.

“Es difícil que haya un cambio sustantivo, pues Dilma Rousseff no tiene interés en la política exterior como lo tuvo Lula, y no se trata de la diplomacia con mayúsculas, sino del trato a embajadores a quienes no ha recibido para que entreguen sus credenciales, actitud que refleja indiferencia a una tradición que nos había enorgullecido”, lamenta Rubens Ricúpero.

Embajador en Washington de 1991 a 1993, ministro de Hacienda durante el periodo de implantación del Plan Real por el gobierno de Itamar Franco a fines de 1994, Ricúpero se preocupa porque 28 representantes diplomáticos esperan ser recibidos hace meses por la mandataria.

En el plano interno, un grupo de diplomáticos brasileños, rompiendo códigos de disciplina, silencio y discreción, entregaron una carta de reivindicaciones y reclamos al ministro de Relaciones Exteriores, Luiz Alberto Figueiredo, en demanda de ascensos y promociones que creen merecer.

En términos que el exembajador de Brasil en Estados Unidos, Rubens Ricúpero, define como “diplomacia con mayúscula”, un viaje determinante en el segundo mandato de Dilma Rousseff tendrá como destino Washington.

La visita debería haber ocurrido en octubre de 2013; pero fue cancelada después de la revelación del escándalo de espionaje que alcanzó el teléfono celular y el correo electrónico particular de la Presidenta Rousseff.

Para el entorno de la mandataria, será una prioridad superar el estado de las relaciones con el gobierno de Barack Obama, deterioradas seriamente por ese caso que levantó admiración mundial por la forma en que ella lo enfrentó, resueltamente, sin temores ni silencios cómplices.

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