La estrategia contra la obesidad fracasó en su primer año: ONGs; empresas la diseñaron

30/10/2014 - 1:50 pm
A un año del lanzamiento de la Estrategia Nacional para la Prevención y el control de sobre peso, no se han disminuido la obesidad y la diabetes en México. Foto: Cuartoscuro
A un año del lanzamiento de la Estrategia Nacional para la Prevención y el control de sobre peso, no se han disminuido los índices de obesidad y  diabetes en México. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 30 de octubre (SinEmbargo).– A un año del lanzamiento de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la organización civil Alianza por la Salud Alimentaria afirmó que la obesidad y la diabetes como problemas principales de salud pública en México, no han disminuido debido a que no se ha implementado adecuadamente porque existen inconsistencias en la estrategia desde su lanzamiento.

Integrantes de la Alianza,  conformada por distintas organizaciones no gobernamentales, aseguraron que la regulación en cuanto al consumo de alimentos que contienen altos índices de azúcar no tiene efecto ya que la industria es la que se encuentra detrás del manejo de la estrategia, los lineamientos y los detalles que la involucra.

A juicio de las organizaciones, para poder lograr la disminución de estos problemas en el país se requieren de políticas integrales y que se invierta en la prevención, como lo ha establecido la Organización Mundial de la Salud (OMS): “ La prevención es la piedra angular, por lo que se necesita colocar los intereses de la salud por arriba de los intereses económicos”.

Xaviera Cabada, integrante de El Poder del Consumidor afirmó que “se requieren unas regulaciones libres de conflictos de intereses. Esto no sucede en ningún país del mundo. Hay una ausencia de voluntad política y existe una fuerte influencia por parte de la industria procesadora de alimentos”.

Asimismo, se dijo que se está dando una deformación en los hábitos alimenticios, mientras que se está fomentando una cultura de consumo de productos con altos contenidos de azúcar, los cuales están siendo avalados por la Secretaria de Salud y las dependencias gubernamentales, quedado la estrategia sólo en el discurso y en buenas intenciones.

“Se aprueba que la base para los porcentajes de etiquetado frontal sea establecido por la industria, 50 g es el máximo tolerable del consumo de azúcar mientras que la Cofepris [Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios] establece que la recomendación son 90 g”, dijo la representante de El Poder del Consumidor.

Y agregó que “se van más allá, pues además de que el etiquetado es engañoso, se le puso un sello avalando su consumo”.

Alma Morales, de la Red por los Derechos de la Infancia en México informó que uno de los ejes que toma la estrategia es la publicidad dirigida a la infancia. Sin embargo, a pesar de estar actualizada, se encuentra limitada pues sólo establece una regulación para la publicidad transmitida por cine o televisión, dejando fuera toda aquella que se hace a través de otros medios.

Radio, Internet, envolturas, incluyendo los regalos que se ofrecen dentro de la comida rápida tienen que ser regulados por el Estado para garantizar el derecho a la salud y a la información. “Tienen la obligación de hacer que la información sea de calidad, fidedigna y que garantice de los derechos fundamentales”.

“En México se dice que sí se va invertir en prevención, pero el problema es que no se regula el etiquetado, la publicidad y ni los alimentos escolares. Dicen que se basan en criterios internacionales, sin embargo está acomodado para favorecer a la industria”, dijo.

DISEÑO DE TRASNACIONALES

En la Estrategia Nacional se menciona que los criterios nutrimentales de la regulación “serán concordantes con las mejores prácticas internacionales”, sin embargo, al estar basados en el Pledge de la Unión Europea, no funcionan, ya que dichos criterios fueron desarrollados en un acuerdo voluntario por empresas transnacionales como Coca Cola, PepsiCo, Nestlé, Danone, Kellogg’s, McDonald’s Europe, Unilever, entre otras.

“Aquellos que estructuran la estrategia son las empresas que están enfermando”, afirmó.

Como parte de la regulación se estableció que en determinados horarios no se haría publicidad, sin embargo se dijo que este parámetro está establecido únicamente para niños que ven televisión abierta, dejando a los adolescentes fuera del horario y dejando a esta parte de la población en contacto directo con la publicidad.

“No se protegen el rango de edad entre 12 y 18 años. Especialmente en esta edad es donde más impacta la publicidad por su mayor posibilidad de consumo, debido a que está relacionado con la búsqueda de identidad y pertenencia. Esto es campo fértil para las empresas”, afirmó Alma Morales.

En los transitorios de los transitorios de la Estrategia fueron regulados los chocolates y las bebidas azucaradas, dejando los productos como galletas, cereales, leches endulzadas fuera de la regulación hasta el 2015.

ALUMNOS Y MAESTROS ENFERMOS

Jorge Ramírez, de la Federación Interamericana del Corazón afirmó que en un estudio realizado en escuelas públicas a nivel secundaría, el 13 por ciento de los alumnos que ingresaban en el primer año padecía hipertensión, mientras que esta cifra aumentaba a un 23 por ciento durante el tercer año de secundaria. Asimismo, afirmó que se ha encontrado que los maestros tiene cuatro veces más colesterol que la población normal.

“La estrategia es un real fracaso porque esta coptado por la industria. Las fallas son de origen”, declaró Jorge Ramírez.

Y agregó que “la escuela es la educadora de la comunidad. Y los lineamientos es un buen avance pero no se ha implementado a las escuelas, ni han recibido capacitación. No es un programa efectivo. Hace falta más apertura de las autoridades de alto nivel. La Secretaría de Educación Pública (SEP) necesita tener su propia experiencia”.

De igual manera, se afirmó que en la escuelas hace falta un programa que tenga recursos, evaluación, monitoreo y seguimiento debido a que  los programas actuales no se integran, ni poseen los recursos para que se implementen eficazmente.

“No hay acciones. El programa de prevención ‘Mídete, chécate y muévete’ está basada en la industria. Le echa la culpa al individuo en donde él es el culpable de su enfermedad. Si es problema de salud pública no se puede hacer esto”, concluyó la representante de El Poder del Consumidor.

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