¿La desaparición de los 43 podría desatar una revuelta en México?: The New Yorker

30/10/2014 - 9:52 pm
Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Marcha multitudinaria de familiares, normalistas, estudiantes y ciudadanos en el Distrito Federal, para exigir justicia por los 43 de Ayotizinapa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 30 de octubre (SinEmbargo).– El caso de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en Guerrero, ha indignado tanto a México que sus habitantes “anestesiados” desde años por la violencia masiva parecen haber despertado y, sea cual sea el resultado final de su búsqueda, “el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto tendrá que prepararse para un probable tumulto social generalizado y la condena que provocará la confirmación de la muerte de los estudiantes”, plantea The New Yorker.

La prestigiada revista publica un análisis de Francisco Goldman, titulado “Crisis en México: ¿Podrían cuarenta y tres estudiantes ser la chispa que falta de una revolución?”, donde se expone que el país “ha sido tomado” por la historia de los 43 desaparecidos, donde muchos se niegan a creer lo peor hasta que ya no se pueda negar. Mientras tanto, añade, tumbas ocultas y llenas de restos humanos siguen apareciendo en las empobrecidas montañas de Guerrero, por lo que un anuncio del gobierno mexicano podría darse en cualquier momento o incluso, especula, no llegar en absoluto.

El 26 de septiembre pasado, recuerda Goldman a los lectores de la revista que es considerada una de las más influyentes de Estados Unidos y del mundo, seis personas fueron asesinadas por policías municipales y otros hombres armados, entre ellas tres estudiantes de la escuela Normal de Ayotzinapa y 43 fueron “desaparecidos” en la ciudad de Iguala, en Guerrero.

Desde entonces, todos los días, en la Ciudad de México y en todo el país, hay marchas y otras acciones cívicas, la mayoría de ellas en paz.

El autor cita que el miércoles pasado, los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), universidad en la Ciudad de México, tomaron el control de las casetas de peaje en las carreteras que conducen a la ciudad y se permitió a los conductores de vehículos pasar sin pagar. En Guerrero, añade, los manifestantes continúan incendiando los edificios del gobierno.

Mañana, 31 de octubre, habrá una marcha en la Ciudad de México que coincide con el Día de los Muertos y se prepara una “mega marcha” para el 5 de noviembre, el día en que las universidades y colegios de México están planeando una huelga nacional.

“Muchos en México se han preguntado por qué la falta de cuarenta y tres ha inspirado tal indignación en un país que ha estado anestesiado ante el crecimiento de la violencia masiva”, comenta Goldman, y la respuesta, expone, puede estar en el hartazgo por la violencia y la impunidad.

“En junio pasado, veintidós jóvenes fueron masacrados en un almacén del Estado de México por soldados que afirmaron que habían estado involucrados en un largo tiroteo. Entre las víctimas había una niña de diecisiete años de edad, quien recibió un disparo en la cabeza. Su madre, cuando recuperó el cuerpo, dijo que una bota de un soldado era todavía visible en el rostro de su hija. El caso no habría sido cubierto por los grupos de derechos humanos sino hasta que algunos informes de prensa salieron a la luz. Incluso entonces, la oficina del Procurador General [Jesús Murillo Karam] no estuvo de acuerdo en investigar el caso sino hasta que habían transcurrido tres meses más. Hace dos semanas, en la ciudad de Reynosa, un joven médico y su madre de nombre María del Rosario Fuentes Rubio fueron secuestrados. Ella había estado escribiendo para el sitio Valor Por Tamaulipas (donde la gente publica información y advertencias sobre las actividades narco locales) como un blogger anónimo, pero los narcos descubrieron su identidad. Sus asesinos publicaron fotos de su cadáver en su cuenta de Twitter junto con un mensaje: ‘Cierra tus cuentas, no pongan a sus familias en situación de riesgo como lo hice yo, les pido perdón’”, relata.

En el pasado, expone The New Yorker, “las autoridades del gobierno y muchos de los medios de comunicación cómplices se han basado en un libro de jugadas ya desgastadas: estigmatizar a las víctimas, presentarlas como responsables de su propio destino, o señalar las formas en que éstas realmente no eran. Algunos han estado tratando de convencer a ‘los mexicanos comunes y corrientes’ de hacer lo mismo con los cuarenta y tres desaparecidos, pero las acusaciones e insinuaciones no resuenan. La mayoría de los estudiantes secuestrados estaban todavía en su adolescencia, en su primer semestre en la escuela, y provenían de las comunidades empobrecidas que la mayoría de los mexicanos puede identificar; por lo que no es creíble que puedan ser criminalizados como ‘guerrilleros’ o ‘narcos’”.

Sobre los medios de comunicación, el periodista y escritor cita el caso de los recientes ataques cibernéticos y amenazas en persona, por teléfono, en correos personales y a través de las redes sociales contra periodistas del diario digital SinEmbargo, como parte de la descomposición institucional y social que padece el país, y como muestra de una cadena de impunidad que ha originado que 98 por ciento de los crímenes contra periodistas en México no hayan sido castigados.

TODOS SE SIENTEN RESPONSABLES

Mega marcha en Acapulco para exigir la localización con vida de los 43 normalistas desaparecidos. Foto: Cuartoscuro
Megamarcha en Acapulco para exigir la localización con vida de los 43 normalistas desaparecidos. Foto: Cuartoscuro

También, comenta, la indignación ha traído resultados prometedores. Ángel Aguirre Rivero, finalmente renunció la semana pasada, después de un mes de demandas airadas. “Y algo acerca de este crimen en particular lo hace parecer como algo que sucedió y está sucediendo, ante los ojos de todos: que es lo peor que se puede hacer a la más humildes de las personas. Casi todo el mundo parece sentirse un poco responsable de la tragedia aunque sólo sea por haber votado a favor de un político mexicano en las recientes elecciones. La crisis de los cuarenta y tres estudiantes que faltan ha expuesto en lo que es tal vez una manera sin precedentes, las claras y dramáticas líneas directas que conectan a las autoridades locales más corruptas con los políticos nacionales de élite”.

En el análisis, Goldman se refiere al ahora ex Alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, acusados por las autoridades federales de haber ordenado el ataque contra los estudiantes.

Los medios de comunicación mexicanos, expone, han estado informando que el Gobernador Aguirre Rivero y María de los Ángeles Pineda eran amantes. La esposa del Alcalde, ahora conocida como “Lady Iguala” en la prensa y en los medios sociales, tiene dos hermanos que se cree que son líderes del Cártel Guerreros Unidos, que suministra una gran cantidad de heroína a los Estados Unidos. La “Lady Iguala”, agrega, se estaba preparando para suceder a su marido como Alcalde, y ella estaba dando un gran discurso la noche del ataque contra los normalistas, todo en esa ciudad. Ella, expone, supuestamente utilizó dinero de Guerreros Unidos para mantener a la policía local en su nómina privada. El Gobernador Aguirre, de acuerdo con informes periodísticos, solía enviar a su sobrino a Iguala para recoger dinero de su amante, tanto así que, por esas visitas frecuentes, al sobrino se le conocía localmente como “El Señor de las Maletas”, por la manera en que tomaba el dinero.

Además, consigna la revista neoyorquina, el 29 de septiembre, poco antes de su desaparición, el Alcalde Abarca se reunió con Jesús Zambrano Grijalva, “un padrino político” y uno de los dos líderes nacionales del Partido Revolucionario Democrático (PRD); el otro es Jesús Ortega Martínez, ambos forman parte del grupo conocido como “Los Chuchos”. A esta pareja de políticos, añade, se le atribuye haber llevado el partido lejos de su posición tradicional de oposición de izquierda crítica, acercándolo al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que es el partido gobernante de México.

Aguirre, relata, a pesar de que una vez había gobernado Guerrero por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue elegido Gobernador en 2011, en un último momento y forjando un “matrimonio de conveniencia” con el PRD; “él es un viejo peso pesado del PRI y un amigo del presidente Peña Nieto”.

Muchos otros líderes políticos se han conectado a Aguirre o  han sido acusados de saber lo que estaba pasando en Iguala. “De acuerdo con los comentarios generalizados, el gobierno de Peña Nieto y la oficina del Procurador General de la República sabían, desde 2013, del problema de la delincuencia organizada y la corrupción política en Iguala y en otras partes de Guerrero, pero no hicieron nada al respecto. De esta manera, la tragedia de los estudiantes desaparecidos ha arrojado luz sobre la cultura política decadente de México y ha criado preguntas importantes acerca de los principales partidos del país”, destaca The New Yorker.

ENTRE EL CATACLISMO Y LA TRANSFORMACIÓN

Los huecos en el gobierno de México son demasiado obvios ahora, comenta Goldman. “El país parece estar temblando en el borde de un terrible cataclismo o, por el por el contrario, por una transformación inspiradora. ‘Cuando un país ha perdido la fe en todas sus instituciones, mira hacia adentro, o se ve a sí mismo en el espejo, en la búsqueda de soluciones’, me dijo recientemente un reportero político prominente. (Él tuvo miedo de no utilizar su nombre por las repercusiones). Piensa que eso es lo que está sucediendo ahora. Señala el nacimiento y el crecimiento de un gran número de grupos de ciudadanos (se ha incrementado la participación de grupos comunitarios de autodefensa, el movimiento estudiantil, y las cruzadas cívicas contra la violencia), y la respuesta a nivel nacional han galvanizado la tragedia de los estudiantes que faltan de la Escuela Normal de Ayotzinapa”.

El resultado de la huelga nacional de estudiantes será revelador, comenta. “¿Cuántas universidades, colegios e institutos se unirán a ella, y por cuánto tiempo? ¿Va a extenderse a otras áreas de la sociedad, a las escuelas secundarias, por ejemplo, como hicieron en las recientes huelgas estudiantiles en Chile, dando lugar a cambios significativos en ese país?. Cuando las masas de estudiantes boicotean las clases, se llena a un país con un aire de emergencia y peligro. La nación debe preguntarse entonces qué se necesita para que vuelvan a las aulas”, expone el autor.

“También es posible que el camino hacia la solución de los problemas de México no tiene porque ser tan drástico. Defectuoso y abusado como lo ha sido, el país sigue siendo una democracia. Se continúa con las elecciones, que se producen bajo el escrutinio de la prensa internacional y observadores electorales. En 2000, los votantes mexicanos finalmente pusieron fin a setenta y un años de gobierno de un PRI autoritario y corrupto, sólo para dar el gobierno a un partido de derecha, el Partido Acción Nacional (PAN), que terminó, a instancias de EU, sumiendo al país en la guerra del narco, los resultados son los que todos estamos viviendo ahora. Los mexicanos tienen ahora otra oportunidad de reinventar políticamente su país. Ahora es el momento para los nuevos líderes e incluso para que nuevos partidos salgan de los movimientos cívicos y dejen fuera a la desacreditada clase política. Esto es lo que muchos mexicanos me han estado diciendo: Es ahora o nunca”, concluye el reporte de Francisco Goldman.

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