Bangkok, 30 nov (EFE).- El Ejército de Tailandia detuvo hoy a dos líderes de la oposición al Gobierno militar que planeaban viajar a un parque monumental promovido por el cuerpo castrense en medio de acusaciones de irregularidades durante la construcción.
Nattawut Saikua y Jatuporn Prompan, líderes del Frente Unido para la Democracia y Contra la Dictadura (UDD), también conocido como “camisas rojas”, fueron escoltados por varios militares después de dar una entrevista a un medio de comunicación local.
Los arrestados se disponían a viajar a la ciudad de Hua Hin, a unos 200 kilómetros al sur de Bangkok, donde se encuentra el parque Rachabhakti, una atracción turística auspiciada por el anterior jefe de las Fuerzas Armadas y cuyo costo de obra se calcula en mil millones de baht (28 millones de dólares o 26 millones de euros).
Según el Ejército, la edificación fue sufragada en su totalidad con donaciones privadas.
No obstante, hace dos semanas, el viceministro de Defensa y jefe del Ejército, Udomsej Sitaburn, admitió que parte de esas donaciones proceden de comisiones millonarias reclamadas a varios contratistas para trabajar en el faraónico proyecto.
La Policía precisó que el principal sospechoso de la petición de sobornos, identificado solo como un comerciante de amuletos, se encuentra fuera del país.
Las acusaciones de corrupción dañan la credibilidad del Gobierno militar encabezado por Prayuth Chan-ocha que tomó el poder con un golpe de Estado en mayo de 2014 con la promesa de limpiar la política del país.
“Es sabido que perseguir la verdad es peligroso”, escribió Nattawut, después de recibir la tarde del domingo a los uniformados, en su perfil de Facebook.
El ministro tailandés de Defensa, Prawit Wongsuwon, ordenó la semana pasada la formación de un panel que realice una segunda investigación interna sobre el proceso de construcción del parque monumental.
Según la primera auditoría interna, hecha pública por el actual jefe del Ejército, Teerachai Nakvanich, “concuerdan ingresos y gastos” en el balance que demuestra la “transparencia” del proyecto.
Desde hace una década, Tailandia vive una profunda crisis política, que ha estado jalonada por golpes de Estado militares en 2006 y 2014.