Pese a los altos niveles de contingencia, las autoridades no declararon el estado máximo de alerta [rojo] debido a que el naranja “ya incluye numerosas medidas obligatorias para reducir emisiones nocivas”.
Pekín, 30 nov (dpa) – Las autoridades chinas debieron declarar hoy el segundo grado máximo de alerta para Pekín a raíz de los altos niveles de contaminación registrados en la ciudad, donde instaron a los más de 20 millones de habitantes a no salir de sus casas.
Las escuelas suspendieron todas sus actividades al aire libre y las fábricas fueron conminadas a reducir su producción al declararse el estado de emergencia naranja.
El índice de partículas en suspensión “PM 2.5” de la embajada estadounidense alcanzó los 600 puntos, lo que supera en 24 veces el límite máximo fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mientras el Jefe de Estado, Xi Jinping, participaba hoy en la inauguración de la cumbre internacional del clima en París, el smog envolvió tanto Pekín como la metrópolis de Tianjin y otras cinco provincias del norte del país: Heben, Shandong, Henán, Shanxi y Shaanxi.
En la ciudad de Baoding, en la provincia de Hebei, el índice incluso se situó en los 848 puntos de partículas en suspensión.
Los médicos aseguran que esas partículas pasan directamente a la sangre y pueden producir cáncer. Además, la contaminación debilita el sistema inmunológico y genera problemas respiratorios, cardiovasculares y de circulación.
Pese a la situación, las autoridades no quisieron declarar el estado máximo de alerta, rojo, debido a que el naranja “ya incluye numerosas medidas obligatorias para reducir emisiones nocivas”, según palabras del director de las oficinas de Medio Ambiente de Pekín, Wang Bin. “Si estas medidas se toman en serio, el efecto debería ser amplio”, añadió.
El nivel rojo implica la prohibición de que los coches circulen por las calles y el cierre obligatorio de las escuelas, mientras que el naranja “supone menos perjuicios para los ciudadanos”, indicó Wang Bin, quien además explicó que se espera que las condiciones meteorológicas mejoren hacia mediados de la semana.
La falta de mayores medidas despertó críticas en Internet. “La única contramedida es que sople el viento”, lamentaron.
El smog envolvió los edificios de la capital y redujo la visibilidad en las calles a escasos cientos de metros. “Cuando vi los valores de contaminación, no lo podía creer”, cuenta Zhang Li, de 35 años. “Parece una película de ciencia ficción en la que la tierra está contaminada o destruida y todos deben morir. Esto me deprime muchísimo”, comentó.
Li, como tantos otros en la ciudad, prende el purificador de aire en al oficina. “Ponemos los filtros en el grado máximo”, cuenta. Sin embargo, hasta los filtros caros, que pueden costar mucho más de mil euros y suelen ser utilizados sólo por laboratorios, no pueden reducir las partículas nocivas en las viviendas por debajo de las 100.