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Maite Azuela

31/01/2017 - 12:04 am

Próxima parada: corrupción monumental

El esfuerzo creativo de este divertido y confrontante ejercicio lo comparten diferentes organizaciones de sociedad civil comprometidas con la lucha anticorrupción.

El esfuerzo creativo de este divertido y confrontante ejercicio lo comparten diferentes organizaciones de sociedad civil comprometidas con la lucha anticorrupción. Foto: Especial

La gente se sorprende, se detiene a corroborar si lo que sus ojos perciben es realidad. Un simpático autobús descapotable recorre las calles de la Ciudad de México, anunciando escalas fuera de lo común: paisajes de concreto donde el abuso de poder y el enriquecimiento de funcionarios públicos a costa del erario, se ha implementado con el rigor de la más alta impunidad garantizada.

Así es, la ruta anuncia un entretenido recorrido en el que el turista podrá visitar diez edificios de monumentales anécdotas sobre corrupción y opacidad. Las administraciones responsables de este baluarte vergonzante son de todos los colores y los cochupos que se gestaron para engordar sus carteras tienen historias en las que el común denominador es el olvido. Deambulamos por ahí constantemente, andamos a paso ligero frente a sus fachadas y vamos haciéndonos a la idea de que quienes a nombre del interés público operaron cualquier deleznable acto de abuso de poder, deambulan sin castigo ni temor a recibirlo.

La primera parada es la “casa blanca” que la esposa de Enrique Peña Nieto adquirió con facilidades de pago inexplicables, por un monto que su trayectoria artística difícilmente produciría. ¿A quién no le da curiosidad darle la vuelta a es obra de ostentable blancura? Cómo olvidar las luces neones que darían color a sus noches, con el delicado gusto de quien aprovecha los favores de los proveedores consentidos para montar una mansión iluminada como camaleón.

Tomarse la foto en el deprimente escenario del Instituto Mexicano del Seguro Social que, a pesar de los millones de aportaciones de los derechohabientes, ofrece un servicio que deja mucho que decir y en el que hasta la entrega de medicamentos se enreda entre nudos de tranza y negociación indebida.

Una buena tortícolis puede adquirirse en la parada de La Estela de Luz, cuya ausencia estética es tan alta como su tamaño y tan incomprensible como su sobrado precio. Una vez frente a este monumento el visitante podría pasar horas haciendo hipótesis de las razones por las que su costo original se elevó casi 200 por ciento. ¿Las esbeltas placas de ónix tendrán incrustaciones de diamantes ocultas? ¿El corredor cultural de sus cimientos estará tan subterráneo que nadie alcanza a percibir la tan justificada erogación? Eche a volar la imaginación con este obsequio que nos dejó el expresidente Felipe Calderón.

Desde el quemacocos del autobús también podrá apreciar la Estación del Metro Balderas que representa la malversación de fondos del proyecto del ex jefe de gobierno Marcelo Ebrard, quien prometió a los capitalinos un transporte colectivo de primer mundo y entregó una instalación plagada de riesgos para operar e irregularidades administrativas.

Hay de todo tipo de personajes implicados en las historias del recorrido: legisladores, gobernadores, líderes sindicales, jueces, medios de comunicación. La frustración que se incrementa con el kilometraje recorrido, debe ser expresada catárticamente de modo que genere reflexión y se busquen soluciones colectivas para evitar que se reproduzcan los eventos que hacen memorable la ilegalidad.
Si alguien quiere vivir en carne propia la experiencia de acumular imágenes tangibles del legado que nos han dejado los diferentes representantes políticos es muy bienvenido a tomar el Corruptour de 15 a 17 horas los domingos de los próximos meses.

El esfuerzo creativo de este divertido y confrontante ejercicio lo comparten diferentes organizaciones de sociedad civil comprometidas con la lucha anticorrupción y la participación ciudadana, como Ruta Cívica, El poder del consumidor, Cencos, entre otras. Todas buscan sensibilizar a los ciudadanos sobre la magnitud que ha cobrado la impunidad a nivel nacional y vincularlos con la búsqueda de soluciones comunes.

Maite Azuela
Analista Política y Activista por los derechos humanos y la rendición de cuentas. Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Concordia, Canadá. Colaboradora de Uno Noticias. Dirige la organización Dejemos de Hacernos Pendejos y forma parte de redes ciudadanas para el impulso de los derechos políticos y la defensa de los derechos humanos. Fue servidora pública durante una década y entre las instituciones para las que laboró están el Instituto Nacional Electoral (INE), el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) y el Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública (INAI).

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