San Salvador, 31 mar (dpa) – La Policía Nacional Civil (PNC), de El Salvador, confirmó hoy un tercer ataque, en menos de una semana, con granadas de fragmentación contra un puesto policial del sistema de emergencias.
Dos granadas fragmentarias de fabricación industrial y de uso militar fueron lanzadas al puesto del Sistema de Emergencias 911 de la PNC, ubicada en el kilómetro 11 de la carretera a Comalapa, al sur de la capital. Los artefactos, al igual que la lanzada el lunes, no estallaron.
Este es, en menos de una semana, el tercer ataque con granadas fragmentarias que ejecutan supuestos pandilleros. Otro ataque o ametrallamiento tuvo lugar en febrero pasado. Por tanto, la policía ha sido asediada en cuatro ocasiones con ataques que solo recuerdan a los enfrentamientos de la pasada guerra civil (1980-1992).
Nueve personas fueron detenidas por supuesta participación en el ataque, según el parte policial.
En tanto, el lunes en la madrugada se registró otro ataque con una granada de fragmentación.
De acuerdo con información brindada por la policía, el hecho ocurrió en el municipio de Guazapa, en el kilómetro 24 de la carretera Troncal del Norte, a la 01:00 hora local.
De acuerdo con el informe, el artefacto militar no explotó y fue retirado por la División de Armas y Explosivos de la policía. En menos de una semana se han producido varios ataques con granadas militares.
En febrero pasado, en la ciudad occidental de Santa Ana, se produjo un ataque armado en el que los pandilleros usaron fuego de fusilería e intentaron liberar a unos pandilleros que habían sido capturados en la región.
Por otra parte, la policía reportó la captura de tres presuntos pandilleros acusados de participar en el ataque del lunes.
Estos hechos delincuenciales han obligado a la policía a proteger el perímetro de las estaciones o delegaciones, especialmente en horas de la noche.
En lo que va de año, los pandilleros han matado a 14 policías, cuatro custodios de penales, un fiscal y un juez.
El Salvador es uno de los países más peligrosos del mundo por sus altas tasas de homicidios (más de 60 por cada 100.000 habitantes), según agencias de las Naciones Unidas.
