Ciudad de México, 31 de julio (SinEmbargo).- Científicos de la Universidad de California Santa Cruz, en Estados Unidos, presuntamente resolvieron el misterio de la forma de limón de la Luna.
El estudio recién publicado por la Revista Nature, devela el origen de la morfología del satélite que lejos de ser una esfera perfecta, está ligeramente achatado.
Es importante que sean comprendidos los procesos geológicos que ocurrieron en la Luna después de su formación tras el impacto de un asteroide sobre la tierra en formación.
El estudio muestra que la mayor parte de la forma general de la Luna se puede explicar teniendo en cuenta los efectos de una marea que actuaron en la historia temprana de la Luna.
Los resultados revelan una visión de la historia joven del satélite, su evolución orbital y su orientación actual en el cielo, según resume el autor principal, Ian Garrick-Bethell, profesor asistente de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de California Santa Cruz, en EU.
El artículo detalla que a medida en que la Luna se enfrió y solidificó hace más de cuatro mil millones de años, los efectos de esculpido de las fuerzas de la marea y la rotación se congelaron.
La hipótesis de la “protuberancia fósil” que hablaba de una protuberancia congelada de la marea rotacional, fue descrita en 1898.
“Si usted se imagina que hace girar un globo de agua, empieza a aplanarse en los polos y a abultarse en el ecuador”, ejemplifica Garrick-Bethell.
Y agrega que “además de eso, se producen mareas por la atracción gravitatoria de la Tierra y se crea una especie de forma de limón con el eje mayor apuntando a la Tierra”.
Este proceso de protuberancias fósiles no puede explicar por completo la forma actual de la Luna.
En el nuevo estudio difundido, los investigadores incorporaron otros efectos de las mareas en su análisis y tuvieron en cuenta las cuencas que han dado forma a la topografía de la Luna, además de considerar el campo gravitatorio de la luna junto a su topografía.
Los esfuerzos por analizar la morfología de la Luna, se vieron complicados por las grandes cuencas y los cráteres creados por impactos de gran alcance que deforman la corteza lunar y expulsan muchas cantidades de material.
Garrick-Bethell detalla que “cuando tratamos de analizar la forma general de la Luna usando esferas armónicas, los cráteres son como lagunas en los datos”.
Los resultados señalan que las variaciones en el espesor de la corteza del satélite, causadas por el calentamiento de la marea durante su formación, pueden explicar la mayor parte de su topografía a gran escala; el resto está determinada con una protuberancia por la marea de rotación congelada que se formó más tarde.
