La Paz, 31 ago (EFE).- El Presidente de Bolivia, Evo Morales, tomó hoy juramento al nuevo Ministro de Desarrollo Rural, el aimara César Cocarico, que reemplaza a Nemesia Achacollo, que renunció debido a denuncias de corrupción en un fondo indígena que presidía.
Cocarico, abogado de profesión, también fue gobernador del departamento de La Paz, durante cinco años hasta mayo pasado.
En su discurso, Morales eximió a Achacollo de culpa en la denuncias en el Fondo para el Desarrollo Indígena, Originario, Campesino (Fondioc) y responsabilizó al directorio manejado por representantes de ocho organizaciones leales a su Gobierno.
Dijo que el Estado tenía un solo representante y no podía hacer casi nada ante los otros ocho delegados de las organizaciones.
Apuntó que sabía de los problemas en el Fondioc y que planteó dos veces en su momento cambiar a los miembros del directorio, pero las organizaciones indígenas y campesinas “se molestaron”.
“Tal vez no tenía cierta fuerza y autoridad para, en ese momento, cambiar (al directorio). Me arrepiento”, reconoció el mandatario.
Los interventores del Fondioc denunciaron hace una semana que el “presunto daño económico” al Estado por proyectos “fantasma” sería del equivalente a 14,6 millones de dólares.
El Fondioc fue creado por Morales para impulsar proyectos de desarrollo en las comunidades indígenas y campesinas y se nutre con recursos de un impuesto que se cobra a las petroleras y que el Estado distribuye entre diversas instituciones del país.
Achacollo era de las colaboradoras leales de Morales, incluso desde antes de ser ministra, pues también fue diputada y líder de una organización de campesinas que apoyó siempre al mandatario.
“Yo me voy a defender desde afuera. Yo estoy segura de lo que hemos hecho y trabajado”, dijo Achacollo hoy en una rueda de prensa y con la voz entrecortada, tras anunciar su dimisión.
Achacollo descargó su responsabilidad con el argumento de que ella manejó 22 instituciones, pero solo en el fondo indígena hay acusaciones porque allí existía un directorio formado por las organizaciones sociales del sector que tomaban las decisiones.
Además de Achacollo, el Embajador boliviano en Paraguay, el indígena ayoreo Rosendo Alpiri, también dimitió tras haber sido citado su nombre en el informe de los interventores como responsable de uno de los denominados proyectos “fantasma”.
