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Venezuela, Ecuador y Bolivia retiran a sus embajadores de Brasil en protesta por la destitución de Rousseff

31/08/2016 - 4:34 pm

De sintonía ideológica con la ahora ex mandataria, los gobiernos Nicolás Maduro, Rafael Correa y Evo Morales calificaron la salida de Rousseff de “golpe de Estado”. En contraste, el presidente de Argentina, el conservador Mauricio Macri, manifestó que respeta la decisión del Senado brasileño y reconoció la legitimidad del gobierno de Michel Temer.

Una pantalla muestra el resultado de la votación en el Senado brasileño a favor de la destitución de la suspendida mandataria Dilma Rousseff en Brasilia, el miércoles 31 de agosto de 2016. Foto: AP
Una pantalla muestra el resultado de la votación en el Senado brasileño a favor de la destitución de la suspendida mandataria Dilma Rousseff en Brasilia, el miércoles 31 de agosto de 2016. Foto: AP

BUENOS AIRES (AP) — Venezuela, Ecuador y Bolivia anunciaron el miércoles el retiro de sus embajadores en protesta por la destitución de Dilma Rousseff de la presidencia de Brasil, lo que generó reacciones dispares entre los países de América Latina.

De sintonía ideológica con la ahora ex mandataria, los gobiernos Nicolás Maduro, Rafael Correa y Evo Morales calificaron la salida de Rousseff de “golpe de Estado”. En contraste, el presidente de Argentina, el conservador Mauricio Macri, manifestó que respeta la decisión del Senado brasileño y reconoció la legitimidad del gobierno de Michel Temer.

“Destituyeron a Dilma. Una apología al abuso y la traición. Retiraremos nuestro encargado de la embajada”, escribió Correa en su cuenta de Twitter poco después de que el Senado brasileño destituyera de Rousseff por 61 votos contra 20.

El mandatario ecuatoriano, quien se encuadra dentro de la corriente de gobiernos de centroizquierda de la región, advirtió que “jamás cohonestaremos estas prácticas que nos recuerdan las horas más obscuras de nuestra América. Toda nuestra solidaridad con la compañera Dilma”.

Venezuela fue un paso más allá y además de retirar a su embajador también resolvió “congelar las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno surgido de este golpe parlamentario” en referencia a Temer.

“Se ha ejecutado una traición histórica contra el pueblo de Brasil y un atentado contra la integridad de la mandataria más honesta en ejercicio de la presidencia en la República Federativa de Brasil”, indicó el gobierno de Maduro en un comunicado.

En Bolivia, la cancillería “llamó a consultas a su embajador” en Brasil y convocó a los países de la región “a rechazar estos golpes de Estado suaves ante el peligro de debilitación de la institucionalidad de la democracia, provocada por oposiciones incapaces de lograr los votos necesarios para formar un gobierno”.

“Acompañamos a Dilma, Lula (el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva) y su pueblo en esta hora difícil”, comentó el presidente Morales en Twitter.

También casi inmediata fue la reacción del gobierno de Raúl Castro en Cuba, que rechazó “enérgicamente el golpe de Estado parlamentario-judicial que se ha consumado” contra Rousseff, según un comunicado.

“Lo ocurrido en Brasil es otra expresión de la ofensiva del imperialismo y la oligarquía contra los gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina y el Caribe”, agregó.

Cuba, además, expresó “su confianza en que el pueblo brasileño defenderá las conquistas sociales alcanzadas, se opondrá con determinación a las políticas neoliberales que intenten imponerle y al despojo de sus recursos naturales”.

Argentina, en cambio, consideró que la destitución de Rousseff cumplió con el debido proceso y expresó su voluntad de trabajar con el gobierno de Temer “para la resolución de los temas de mutuo interés de las agendas bilateral, regional y multilateral, así como para el fortalecimiento del Mercosur”, según un comunicado de su cancillería.

La expresidenta argentina Cristina Fernández manifestó en Twitter: “América del Sur otra vez laboratorio de la derecha más extrema” y “nuestro corazón junto al pueblo brasileño, Dilma, Lula y los compañeros del PT (Partido de los Trabajadores)”.

Mientras el presidente uruguayo Tabaré Vázquez guardó silencio, el diputado Daniel Caggiani, vicepresidente del Parlasur y miembro del gobernante Frente Amplio, manifestó que “no hay más democracia en Brasil. La misma fue sustraída por un grupo de parlamentarios corruptos y de jueces que no están del lado de la justicia”.

Tampoco se ha pronunciado el gobierno paraguayo.

En tanto, el presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y El Caribe (Coppal), el dominicano Manolo Pichardo, consideró que la destitución de Rousseff forma parte de una estrategia “encaminada a destituir a los gobiernos progresistas de América Latina”.

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