Ciudad de México, 31 de octubre (SinEmbargo).- Con seis discos en su haber y una carrera imparable, el más argentino de los grupos mexicanos o el más mexicano de los grupos argentinos –según de donde se mire-, Paté de Fuá, no deja de dar noticias.
Una participación en la película Cantinflas, el estreno de su reciente video “Película muda”, el concierto mañana en el Festival de Día de Muertos de Tepeji del Río, Hidalgo y el domingo en el Coordenadas, de Guadalajara, junto al argentino Andrés Calamaro y al español Loquillo, entre otros, comprueban el auge de una banda muy querida por la gente.
Un éxito, precisamente, que acuñó el público desde que iniciaran su camino por la música popular mexicana en el 2000, cuando el cantante y compositor Yayo González y el multiinstrumentista Guillermo Perata, ambos argentinos, se juntaron para dar forma a Paté de Fuá.
Con una mezcla rara de musette y valsecitos, inmediatamente se metieron en el corazón de los melómanos mexicanos por una propuesta absolutamente inclusiva y apta para todos los públicos.
Desde pequeños recintos como el Liceo Francés en Polanco, hasta grandes escenarios como el reciente del Teatro Metropolitan, que abarrotaron, “los patés” son ya una postal clásica del México contemporáneo.
Y como quien no quiere la cosa, en este año agridulce en el que han perdido a su manager, la joven promotora musical Ayelén Hernández, fallecida abruptamente a causa de un infarto, los líderes de la agrupación regresaron a su tierra natal donde fueron reconocidos como propios, aun cuando su carrera se haya desarrollado en México.
La nacionalidad no es un problema para Paté de Fuá y mucho menos para Yayo González. De Argentina viene, a México le debe todo. Y siempre está la música como motor principal. Así lo demuestra la entrevista a fondo llevada a cabo en nuestra redacción, donde nuestro editor de fotografía, Antonio Cruz, le hizo unos retratos entrañables.
–La última gira internacional en la que ha estado involucrada la banda ha sido la reciente por Argentina. ¿Cómo fue eso?
–Genial. No me imaginé nunca que íbamos a estar en Argentina dos veces este año. La primera vez fue en junio pasado. En esta reciente hicimos Rosario, Buenos Aires y La Plata…
–Rosario, la cuna de los cantautores argentinos…
–Sí, donde también nació el Negro Fontanarrosa. De Rosario son Fito Páez, Litto Nebbia, Jorge Fandermole, que es tal vez el mejor compositor que existe en Argentina. Así que fuimos a Rosario, que además es una ciudad preciosa y la tienen hermosa, para luego ir a Buenos Aires y tocar en La Trastienda, que era un sueño personal, ahora cumplido.
–¿Cómo fue tocar ahí?
–Yo soñaba tocar allí, porque siempre toca Jaime Roos (músico uruguayo), que es uno de mis ídolos y porque allí han pasado artistas muy importantes, desde Cesaria Évora a Café Tacvba. Fue muy emocionante, aunque debo confesar que el lugar se nos hizo un poco chico, estamos acostumbrados a tocar en lugares más grandes.
–¿Y en La Plata?
–Tocamos en un festival impresionante donde estuvieron también Los Olimareños, Cecilia Todd, Daniel Viglietti, unos artistas impresionantes. Sorprendió mucho la música de Paté de Fuá y Osvaldo Papaleo, que entre otras cosas fue el representante de Atahualpa Yupanqui y Astor Piazzolla me explicó por qué…
–A ver
–Le sorprendió esencialmente que fuéramos, según él, un producto tan argentino y tan madurado al mismo tiempo. Lo cual suena lógico si se piensa que llegamos a la Argentina con una carrera de casi una década, seis discos editados y giras por todo México y Europa. Encontrarse con una banda tan madura y cuyo proceso de evolución haya pasado tan inadvertido en Argentina se les hace una curiosidad.
ALEGRÍAS Y TRISTEZAS
La gira por Argentina, gratificante como fue, resultó una especie de magra compensación frente al dolor producido por la muerte repentina e inesperada de Ayelén Hernández, quien fuera la manager histórica de Paté de Fuá.
“Todavía estoy en shock”, admite Yayo, para quien “Aye” fue su mano derecha durante muchos años, sobre todo los iniciales, cuando todo era picar piedra y no como ahora, preparar un viaje a Las Vegas para participar de la fiesta de los Grammy Latinos donde la agrupación aspira a una estatuilla en la categoría de Mejor Canción Alternativa por “Vamos a morir”.
Compiten con Calle 13, Babasónicos, Siddhartha y Sig Ragga. La banda está formada, como dijimos, por nuestro entrevistado y su socio artístico Guillermo Perata, más Alexis Ruiz (vibráfano y marimba); Luri Molina (contrabajo y bajo eléctrico); Víctor Madariaga (acordeón); Dan Mazor (saxofón) y Demián Cantilo (batería)
“No estamos preparados para la muerte sino para ver el sol cada mañana. Cuando nos postularon al Grammy, que es una de las grandes noticias de este año, le dejé un mensaje en el teléfono y todavía tengo guardada su respuesta. Al otro día falleció y todavía estoy sin entender”, afirma Yayo González.
