Las inyecciones del futuro serán microscópicas y por vía oral

31/10/2014 - 12:00 am

Ciudad de México, 31 de octubre (SinEmbargo).- El fin de las inyecciones podría estar cerca con el desarrollo de una nueva píldora que tiene en su interior pequeñas agujas que depositan el medicamento directamente a las paredes del estómago, de manera indolora, eficiente y sin degradar sus propiedades.

El invento de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y del Hospital General del mismo estado, comprobó mediante experimentos en animales que además de no causar dolor ni efectos secundarios, suministra insulina de forma más eficiente que de la manera convencional.

Los investigadores crearon esta nueva plataforma bajo la idea de que la mayoría de los pacientes prefieren tomar una píldora oral, en lugar de someterse a una inyección, sin embargo, muchos medicamentos, especialmente los compuestos por proteínas suelen descomponerse en el estómago antes de ser absorbidos.

Con pruebas en cerdos, el médico Robert Langer y su equipo, notaron que la cápsula de acrílico de dos por un centímetro de largo, con agujas de 5 mm., tardó más de una semana en moverse a lo largo de todo el tracto digestivo sin causar daño en los tejidos, además, los estudios previos de ingestión accidental de objetos afilados en humanos habían comprobado que es seguro tragar este tipo de artefacto, debido a que no hay receptores de dolor en el tracto gastrointestinal.

La cápsula tiene en su interior microagujas que no causan daño en los tejidos. Imagen: MIT
La cápsula tiene en su interior microagujas que no causan daño en los tejidos. Imagen: MIT

Además, por medio de esta novedad científica, lograron que las microagujas inyectaran exitosamente la sustancia en las paredes del estómago, intestino delgado y colón, lo que provocó que el animal redujera los niveles de glucosa en la sangre en una mayor cantidad que cuando se hace a través de la piel.

Aunque las pruebas se realizaron con insulina, los investigadores mencionaron que el invento sería más útil para suministrar productos farmacéuticos como los anticuerpos usados para tratar el cáncer y desórdenes autoinmunes como la artritis y la enfermedad de Crohn, es decir, la inflamación del tracto digestivo.

“El gran tamaño de estos fármacos biológicos las hacen no absorbibles, y antes de si quiera poderlo ser, son degradados por ácidos y enzimas en el tracto gástrico, que sólo toman las moléculas y los vuelven inactivos”, dijo en un comunicado del MIT Carl Schoellhammer, ingeniero químico y uno de los autores del estudio.

Anteriormente, se había intentado diseñar micro y nanopartículas que pudieran llevar estos productos biológicos, pero se dieron cuenta que son muy caras de producir.

Samir Mitragotri, un profesor de ingeniería química de la Universidad de California que no participó en la investigación dijo en el mismo documento que se trata de un avance interesante, pues “la administración oral de medicamentos es un reto importante, especialmente para los fármacos de proteínas. Hay una tremenda motivación en varios frentes para encontrar otras formas de administrar fármacos sin utilizar la aguja y jeringa estándar “.

Lo que sigue para este grupo de científicos es aprovecha el invento para aplicarlo en otras vacunas y modificarlo para que en un tiempo se aprovechen las contracciones naturales del tracto digestivo y así se exprima poco a poco el medicamento mientras hace su recorrido.

Así mismo, experimentan cambiar las agujas metálicas por unas hechas con polímeros degradables y azúcares que al romperse se adhieran al estómago para así dosificar la droga poco a poco, con lo que se maximizaría la seguridad del medicamento.

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