Los 10 libros de poesía mexicana, por si el mundo que vemos acaba hoy

31/12/2016 - 12:03 am

Si el mundo se va a acabar, es mejor leer poesía que narrativa. La poesía siempre trae un dejo de futuro, de proyección, aun cuando trate del duelo, de la separación. Bueno, esto no es una competencia entre novela y poema y el mundo por ahora no se va a acabar. Leamos poesía, para después leer narrativa y viceversa.

Ciudad de México, 31 de diciembre (SinEmbargo).- Leer poesía se ha vuelto cada vez más frecuente. Lo mismo que leer cuentos, que leer ensayos. La verdad es que los lectores comunes ya no hacen tanta diferencia entre lo que se llevan a los ojos y, hoy por hoy, conviene escribir bien, cualquiera sea el género elegido.

Para decir las cosas como son, esta es nuestra lista. Que la disfruten.

  • Fricciones, de Maricela Guerrero

Desperté sobre una plancha de concreto,

los niños se deslizaban por la resbaladilla que tenía

óxido de hierro

y otras sustancias.

La mejor resbaladilla que conozco es gigante:

una mole de concreto porcelanizada, lisa y brillante como patio

de psiquiatría.

  • Nudo Vortéx, de Rocío Cerón

Cerrar los ojos/ abrirlos/ desmembrar el objeto en lenguaje hirviente/ abrir los ojos/ cerrarlos como si se quisiera tener una instantánea de todas las líneas,/ el contorno/ los volúmenes posibles del recuerdo…

  • Ser azar, de Julia Santibáñez

El colmo: Y pensar que vas a estar muerto toda la vida.

  • La otra Ilíada, de Ethel Krauze

Canta ¡oh Diosa!, mi cólera encendida,

que ésta es la otra Ilíada:

la Ilíada de Briseida, la cautiva,

la rebelión de la salvaje,

la colmada de ayes y de heridas;

el corazón de la mujer perdida,

violada en las batallas,

funesta a las miradas,

ardiente y negro cisne entre la bruma;

  • Meth Z, de Gerardo Arana

La copiadora imprimía hojas negras. Hoja negra sobre

hoja negra. Tóner estropeado. Narrador abducido.

Guillotina precipicio. Software maligno. Cortocircuito.

Estallan los teléfonos negros. Las baterías derraman

litio. Los niños se envenenan. Nada volverá a crecer en

los baldíos. Norton ha encontrado un virus.

  • Contranatura, de Luis Alberto Arellano

Nada diré de los prodigios que engendran los micos con su orina

Tampoco referiré en qué forma son los muros tan parecidos al hombre

No hablaré ahora en estas letras manchadas por el tiempo

  • Deche bitoope / El dorso del cangrejo, de Natalia Toledo

Un tlacoache atraviesa el cielo de mi casa

sus manos con olor a sandalias

hablan de un gladiador nocturno

que toca el sexo de las mujeres y lo huele

  • Odioso caballo, de Francisco Hernández

Dios de ríspidas encías, de ráfagas no vistas

sin embargo sentidas, y a fin de cuentas,

realidad sustentada por el pánico a dejar de ser…

  • Usted está aquí, de Andrés Paniagua

suceder

negándose al desalojo

encontrarlo ahí

aterrorizado en la plenitud del

 

como voz manoseada por la lluvia

  • Rincones de metal, de David Attie

Pausas y soledades

de entrañable evocación

y del mutismo de Dios

 

humana es la sonoridad

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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