ENTREVISTA | Seguimos siendo lectores híbridos: Mónica Nepote

30/08/2015 - 12:05 am
Monica Nepote, Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Monica Nepote, directora del área editorial del Centro de Cultura Digital. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 30 de agosto (SinEmbargo).- En la vida cotidiana la cultura digital forma parte de nuestro vocabulario de la misma manera que “smartphone” y “correo electrónico”, por ejemplo. Sin embargo, al momento de buscar espacios de difusión para expresiones culturales que se inserten en dicho rubro, éste deja de ser un concepto y se transforma en un lugar común que sólo sirve para englobar el inevitable avance tecnológico.

El Centro de Cultura Digital (CCD) justamente está pensado para la difusión de todo esto que la mayoría de las veces se queda como una simple consecuencia de los tiempos. De esta manera, la mayoría de las expresiones artísticas (pasadas por el tamiz de la innovación técnica) encuentran aquí una vitrina para ser presentadas al público.

“La literatura en México siempre se ha quedado como muy contenta en su ecosistema original, por así decirlo. En esta manera de funcionar, en estos mecanismos de legitimación, en estos mecanismos de difusión. Muy cercanas a las cadenas editoriales, al mundo del libro en papel”, dice Monica Nepote quien actualmente dirige el área editorial del CCD.

En el caso concreto de las letras, el proyecto de E-Literatura, busca generar dinámicas de escritura digital, a través de diversos disparadores: laboratorios en los que participan escritores, programadores, animadores, diseñadores, músicos y un largo etcétera con el fin de elaborar piezas colaborativas de literatura digital.

Así mismo, a través de piezas, un blog-revista y libros descargables, esta plataforma editorial pretende también, propiciar la reflexión crítica en torno al uso de las tecnologías.
Este proyecto surge de la pregunta de “¿por qué en México no se hace literatura digital?”, dice Nepote, quien además de su labor al frente del proyecto literario del CCD, ha destacado como poeta y editora.

El proyecto E-Literatura proponía desde sus inicio algunas vertientes, de las cuales “una era siguiendo la lógica de un centro que se dedica a difundir”, dice. “Un centro cuya labor educativa también es importante, pues que hubiera una parte editorial que concentrara una serie de artículos con relación a documentar que es literatura digital, porque está relacionada la narrativa con los videojuegos, cómo se usan las redes para cuestiones de organización cívica o qué es esto de tecnopolítica, o por qué las gestiones del mundo de las tecnologías implican una reflexión sobre las formas en que se producen los mismos dispositivos tecnológicos. En fin… como toda una serie de ideas y de propuestas y de filosofía que está alrededor. Desde el lado más crítico”.

–Existe una confusión entre lo que es literatura digital y literatura digitalizada.

– Y pasa a unos niveles verdaderamente alarmantes. La Feria del Libro de Guadalajara organizó una mesa el año pasado en la que se discutía sobre PDFs y sobre redes sociales. Perdón, eso no es literatura digital. La literatura digital son creaciones que están pensadas para ser contenidas en la web y que usan distintas plataformas en distintos formatos para narrar historias o para plantear lecturas y muchas de esas piezas también plantean una coparticipación tanto del lector como del autor también.

– ¿Cómo evitar esta confusión?

– Creo que la mejor forma es justamente divulgando e informando lo que es. A mí me queda muy claro que si yo tomo un libro en papel y presento una pieza de literatura digital en una pantalla… puedes entender las diferencias de tu implicación, digamos. No es que una sea mejor que otra… la demanda de tu participación es diferente. Son diferentes, es un mundo muy rico de posibilidades.
Y también creo que refleja mucho la manera en la que estamos ya procesando contenidos y leyendo.

Para Nepote, la confrontación que aún muchos se empeñan en hacer, entre lo impreso y lo digital se trata de un tema que no tiene sentido retomar. Sobre todo si se tiene presente que forma parte de una discusión que tuvo lugar hace ya más de 20 años, con la aparición de las primeras computadoras personales.

“Yo no creo que el libro desaparezca nunca, sino que va a estar así, ahí, y que estarán conviviendo los medios durante un tiempo bastante más largo y bastante más generaciones”, dice.

– ¿No crees que las redes sociales puedan generar cierto tipo de narrativas?

– Sí, y no solamente lo creo, está sucediendo. […] Tú ves cada vez más piezas, por ejemplo hechas en Twitter… y que hay muchas piezas como “robots literarios” a partir de esto.
Siento que Twitter, por formato, se presta más a ser intervenido y a él mismo ser como el espacio para la experimentación.

– Twitter es una especie de “cadáver exquisito”. El timeline es eso, precisamente. Aunque a últimas fechas se ha convertido también en el sitio informático por excelencia.

– Que eso dice mucho, ante la carencia de medios con cierta referencias. De dónde nos informamos ya no es de los impresos. Nos vamos a ciertas publicaciones alternativas en las que creemos mucho más que en los medios de comunicación “oficiales”.

Para Nepote es importante, entre varias cosas, hacer una distinción entre literatura digital y literatura digitalizada. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Para Nepote es importante, entre varias cosas, hacer una distinción entre literatura digital y literatura digitalizada. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Pese a que parezca un término rebuscado, la cultura digital es toda expresión que nace o se ve afectada por el hecho de vivir en un entorno influido por las tecnologías de información. En este caso, los productos de dicha cultura no son necesariamente construidos en plataformas digitales, más bien, reflejan nuevos compromisos y pactos sociales que resultan a partir de la la intercomunicación, la colectivización del capital cultural y el desvanecimiento de fronteras geográficas y entre disciplinas artísticas, científicas, tecnológicas y humanísticas.

Sin embargo, ¿cómo se cristaliza esto en un plano literario?

El proyecto E-Literatura pretende difundir el trabajo de autores y artistas marcados por la influencia del lenguaje tecnológico y al mismo tiempo conformar un archivo de conocimiento accesible a todo aquel usuario que quiera información sobre la amplia gama de proyectos que caben bajo la nomenclatura de cultura digital.

–¿Cuál sería el principal atractivo de la alternativa digital para un autor?

– He tenido la fortuna de trabajar con jóvenes desde el 2008 y lo que he visto es que los nacidos en los 80, siento que algo cambió… otra manera de conectar y de hacer trayectos de relaciones cerebrales y demás. Es otro chip. Sí hay una inteligencia conectiva mucho más presente y al tener el contacto con juguetes digitales desde muy chavitos con lenguajes como los de los videojuegos tienen más facilidad para pensar que sus trabajos están relacionados con imagen o lenguaje. Eso sería algo que, me parece ya a mí, nato.

En ese sentido, si tu piensas que internet es un medio de medios, las ventajas que me presenta a mí como autor es que si yo escribo, también parte de mi narración está apoyada en cuestiones de registros sonoros y también está apoyada en la producción de imágenes. Porque también si algo que nos distingue en esta época es que la producción ya es mucho más accesible.
Entonces, ¿cuáles son las ventajas que le ofreces a un autor que ha crecido y se ha formado desde la infancia como alguien que transita por distintos lenguajes y distintos formatos y plataformas? Los tiene ahí todos a su disposición. Eso me parece la ventaja principal.

– ¿Y para los lectores?

– Yo creo que venimos igual. De una necesidad de transitar, conectar e integrar a través de distintas plataformas. Seguimos siendo lectores, por así decirlo, híbridos.

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