Jorge Zepeda Patterson
Pero en principio el probable Gobierno de Claudia Sheinbaum ya disipó la primera de sus tormentas políticas un año antes de iniciar. Marcelo Ebrard y Adán Augusto López han decidido hacerse a un lado y no compartir el poder político del próximo sexenio
El tema es complejo y escapa a los límites de este texto, para empezar porque la equidad no se remite exclusivamente a un asunto aritmético (igual número de precandidatos), sino también de piso parejo, o ausencia de éste, en la manera en que hombres y mujeres se disputan los puestos.
“¿Qué ciudadano o qué militante puede levantar medio millón de firmas de apoyo diseminadas en la mitad de la república en un mes? Marcelo Ebrard sin duda”.
En los últimos días dentro de los círculos cercanos al obradorismo y en las redes sociales afines a esta corriente, se ha mencionado de manera insistente la posibilidad de que los recientes cuestionamientos a Xóchitl Gálvez precipiten su caída.
“(…) como en el caso de Peña Nieto, de los gobernadores priistas o de Trump, cabría preguntarse si tal agradecimiento debería tener tamaña recompensa”.
Pero para que exista un acuerdo se necesitan dos partes. Ebrard está convencido de que se la debían, la pregunta es si López Obrador en algún momento llegó a asumirlo. Todo indica que no es así (…).
“La inconformidad de Ebrard ante la inevitable cargada en favor de Sheinbaum en parte es comprensible, pero solo en parte”.
“Se dirá que la opción de Xóchitl es la opción ciudadana y que, por ende, MC tendría que haberla apoyado. Eso es un espejismo”.
“Muchos han visto estas acusaciones contra Morena como una especie de aviso de una probable ruptura. No coincido. Buscaban, insisto, darse mayores posibilidades de ganar esta candidatura, no otra cosa”.
Hace tres años me preguntaba, igual que hoy: ¿desconocemos algo que convierte a este personaje en amigo o aliado del Presidente? ¿Algo sabe el empresario del Presidente que los demás no sabemos?
Tampoco puede descartarse que a la hora decisiva el PRI se convierta en judas. En caso de que la candidatura de la oposición llegue a convertirse en una amenaza real al triunfo del abanderado de Morena, las presiones por parte del poder sobre Alito y lo suyos podrían arreciar.
El obradorismo posee un capital ético político que no debería diluirse en torneos de mezquindades, destinados a premiar al más ingenioso para el insulto, al que tenga el micrófono más grande o los mejores motores en redes sociales.
“No entiendo que pretenden los asesores de campaña forzando a los candidatos a desempeñar roles para los que evidentemente no tienen atributos, ni tendrían porque tenerlos”.
Me preocupa el culto a la personalidad que se ha construido en torno al hombre y más aún el efecto burbuja que este culto pueda producir en él.
“El desgobierno en el que vive Morelos, la incapacidad de las autoridades para intentar hacer algo al respecto, ni siquiera son culpa de Blanco en última instancia”.
“Me parece que el partido tendría que cuidar en particular a sus dos principales candidatos, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard y asegurar que ninguno de ellos corra el riego de alguna inhabilitación catastrófica”.