Opinión en video
Opinión en video
23-04-2024 - 12:05 am
"Están pendientes todavía 16 órdenes de aprehensión contra servidores públicos de la alcaldía encabezada por Taboada".
Es muy grave lo que acecha a México: Detrás de los candidatos de la coalición PRI, PAN y PRD, entre ellos Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada, hay una estructura mafiosa y antipopular que, por muchos años, ha utilizado los cargos públicos para enriquecerse en sociedad con empresarios corruptos y en esta elección tiene a la Ciudad de México como epicentro para continuar con el saqueo y la impunidad.
La cúpula de esta estructura política, que opera con la lógica de la delincuencia organizada, ya abandonó a Xóchitl Gálvez por la Presidencia de la República —todos los votos que atraiga para el Congreso son ganancia—, y todos los recursos económicos, humanos y propagandísticos están dirigidos a que Taboada gane la jefatura de Gobierno para, desde ahí, hacer millonarios negocios.
Esta red de delincuencia de cuello blanco de la que forman parte Alejandro “Alito” Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, bajo la jefatura de Claudio X. González y un grupo de oligarcas, trama tener a la Ciudad de México con Taboada como su caja chica de grandes negocios y como la plataforma para la elección de 2030, cuando prevén mayores posibilidades de ganar la Presidencia de la República.
El diseño de esta plan incluye que “Alito” Moreno y Cortés sean senadores y coordinadores por seis años de las bancadas de PRI y PAN, respectivamente, mientras que los presidentes serán Rubén Moreira y Jorge Romero Herrera, justamente el jefe del grupo mafioso de este partido, del que es coordinador de la bancada en la Cámara de Diputados y a quien responde directamente Taboada.
En el debate de este domingo, la candidata de la izquierda, Clara Brugada, no fue capaz de acreditar con información sólida el peligro que representa Taboada para los habitantes de la Ciudad de México, no sólo él como servidor público, sino como parte de este grupo delincuencial que comenzó falsificando afiliaciones del PAN en 2007, apoyado por Felipe Calderón, y que desde entonces ha cometido múltiples delitos.
Romero Herrera, capo de este grupo mafioso, tiene 11 carpetas de investigación iniciadas por la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México por diversos delitos; Taboada tiene 16 investigaciones por extorsión, peculado, uso indebido de atribuciones, entre otros, y Víctor Mendoza Acevedo, el fugitivo director general de Planeación de la alcaldía, seis carpetas de investigación por varios delitos.
Víctor es hermano de Luis Mendoza Acevedo, el candidato del PRIAN a la alcaldía Benito Juárez, cuyo exalcalde Christian von Roerich está preso por el mismo esquema de corrupción inmobiliaria sobre cuyos delitos se han declarado culpables de enriquecimiento ilícito excolaboradores de Romero Herrera, como René Nicias Aridjis y Luis Vizcaíno.
Está tan demostrado el esquema delincuencial en la alcaldía Benito Juárez, gobernada por el PAN desde el 2000, que Aridjis y Vizcaíno hasta han devuelto numerosos bienes inmuebles como parte de su responsabilidad.
Por el mismo esquema de corrupción inmobiliaria está presa Sofía von Roerich, hermana del exalcalde y socia en una valiosa propiedad en la colonia Del Valle de Noelia Romero Herrera, hermana del jefe del Cártel Inmobiliario, y del propio Aridjis.
Nada de esto se discutió como se debía en el debate de Clara Brugada con Taboada, quien por eso mismo no quería ni mencionarlo y llevar la discusión a su terreno, que para eso se preparó. El corazón de la disputa por la capital del país son los negocios al amparo del poder político, entre ellos, pero no sólo, el inmobiliario.
Es tan amplio el esquema de corrupción, descrita puntualmente en muchos reportajes en SinEmbargoMX, que están pendientes todavía 16 órdenes de aprehensión contra servidores públicos de la alcaldía encabezada por Taboada, algunos de los cuales se han dado a la fuga presuntamente alertados por personajes infiltrados en el Poder Judicial de la capital.
Dos de estos personajes son Ricardo Amezcua Galán, consejero de la Judicatura de la Ciudad de México, y Horacio Martínez Becerril, secretario técnico de ese mismo órgano, ambos colaboradores directos de Romero Herrera, quien se hace llamar “El Fürer”.
Y es que, desde hace 18 años, Romero Herrera se apoderó del PAN de la alcaldía Benito Juárez y después, como diputado y delegado, siempre junto a Taboada, extendió su dominio a toda la capital, con base en el control del padrón de militantes, lo que hasta el propio Calderón denunció cuando Margarita Zavala fue aplastada por este grupo que se alió al fugitivo Ricardo Anaya, en 2018.
Gracias a su alianza también con Gustavo Madero, quien protegió a dueños de casinos y hasta hizo diputada en Sinaloa a la novia de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y con Ricardo Anaya, Romero Herrera ascendió a diputado local y se apoderó de los recursos para la reconstrucción tras los sismos de 2017, mientras que Taboada fue parte del esquema de corrupción de los “moches”.
Muchos lo han olvidado, pero Taboada como presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados continuó los “moches” que, en la legislatura previa, el operador fue el secretario técnico de esa comisión, Alejandro Méndez González, quien se convirtió en su suplente y en la actualidad es su operador electoral.
Y hay otros datos que no hay que olvidar sobre este grupo: Taboada votó como diputado en contra de las uniones de personas del mismo sexo y Romero Herrera, a su vez, fue el artífice para que, en marzo de 2020, el PAN rechazara en la Cámara de Diputados que los programa sociales fueran garantizados en la Constitución.
Y otra cosa muy relevante: A este entramado mafioso que encabeza Romero Herrera en la Ciudad de México, que hasta horrorizó a Calderón, se han sumado personajes también vinculados a conductas criminales como Francisco Javier García Cabeza de Vaca y Ricardo Anaya, ambos prófugos.
Sobre esta estructura, Jorge Romero se convertirá, este año, en el presidente nacional del PAN que, en su alianza con el PRI y con los oligarcas que representa Claudio X. González, ya ven como ganada la Ciudad de México.
Cuando falta poco más de un mes para las elecciones, el proyecto mafioso de la derecha avanza ominosamente en la capital de todos…
LEER
VER MENOS
23-04-2024 - 12:04 am
"Todas las políticas para combatir la corrupción, requieren de recursos suficientes, adecuados y que tengan trazabilidad".
Por: Anaid García Tobón @laanaidtobon*
¿Qué tienen en común México y Ecuador además de un conflicto diplomático sin precedentes? La ausencia de políticas robustas para la alerta y denuncia de hechos de corrupción y otros actos indebidos. En marzo de este año, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una sentencia histórica en la que se reconoce la obligación que tienen los Estados para proteger a quienes denuncian actos de corrupción. Además, en dicha resolución se insta a facilitar canales adecuados de denuncia a partir de la revisión de un caso de Ecuador, el caso Viteri, en el cual una persona que denunció actos indebidos al interior del ejército sufrió la pérdida de su empleo, arrestos y otro tipo de represalias.
En México la situación no es distinta. Denunciantes que dieron cuenta sobre irregularidades relacionadas con corrupción en la Conade sufrieron atentados en contra de su seguridad e inclusive uno de ellos fue privado de su libertad. Esta es una muestra sobre los riesgos que corren en México las personas denunciantes y alertadoras y las represalias que pueden sufrir, que van desde la pérdida de su empleo hasta riesgos a su seguridad y la de sus familias, así como la problemática que conlleva que no existan políticas adecuadas de protección.
La principal institución pública que gestiona los mecanismos de protección de alerta y denuncia ciudadana de actos de corrupción es la Secretaría de la Función Pública, la cual considera la ciudadanización del combate a la corrupción como una de las estrategias que potencian la lucha contra este fenómeno.
Para ello cuenta con el Sistema Integral de Quejas y Denuncias Ciudadanas, un sistema de recepción y seguimiento de las manifestaciones ciudadanas por presuntas irregularidades y actos de corrupción cometidos por servidores públicos y el Programa de protección a personas ciudadanas alertadoras internas y externas.
Sin embargo, tanto esta, como todas las políticas para combatir la corrupción, requieren de recursos suficientes, adecuados y que tengan trazabilidad. Pese a que el combate a la corrupción se planteó discursivamente en los principales ejes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no ha sido una prioridad desde la perspectiva presupuestaria. De hecho, la tendencia presupuestaria de las principales instituciones anticorrupción ha ido a la baja. En 2019, en el primer presupuesto aprobado por la 4T, seis de las siete entidades anticorrupción tuvieron reducciones. Y aunque se han presentado algunos aumentos a lo largo del sexenio, en términos reales, hoy casi todas estas instituciones cuentan con menos recursos que en 2018.
Aunque no todo son malas noticias, pues el Anexo Trasversal Anticorrupción –una herramienta que permite identificar, de la totalidad de los recursos que reciben las instituciones, cuánto destinan en acciones anticorrupción–ha tenido un aumento progresivo; en 2023 y 2024 se incrementaron sus recursos en 77% y 27% respectivamente y en 2023 se logró establecer legalmente en la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, asegurando así su permanencia año tras año en el presupuesto federal.
Para el caso de los mecanismos de denuncia y alerta, en donde se enfocan las prioridades 5 y 6 del Anexo Transversal Anticorrupción a las cuáles la Secretaría de la Función Pública destinó 22 y 7.3 millones de pesos en 2024, o sea, tan solo 1.7% (prioridad 5) y 0.56% (prioridad 6) del total del presupuesto que la SFP destina al Anexo.
Este monto es muy bajo considerando la gravedad del problema. De acuerdo con datos del INEGI, en 2021, 57.1 % de la población consideró a la corrupción como uno de los problemas más importantes en su entidad federativa, solo por debajo de la inseguridad pública. Aunado a que el costo promedio de corrupción por trámites y servicios fue de 3,044 pesos por persona en términos reales. Si las instituciones tuvieran la oportunidad de detectar los distintos actos de corrupción, estos fueran sancionados y el dinero recuperado, México tendría una bolsa de recursos más grande que podría destinar para tener mejores servicios públicos y una mayor garantía de derechos humanos.
Por ello, es indispensable fortalecer las capacidades institucionales de los entes anticorrupción y esto implica la suficiencia presupuestal, acompañada de controles y fiscalización, así como el fortalecimiento de las herramientas presupuestales como el Anexo Transversal Anticorrupción que permita identificar desequilibrios presupuestarios en las políticas y su reorientación en caso de que sea necesario.
La adecuada protección de personas alertadoras y denunciantes requiere de un sistema de protección, que sea garantizado por una ley que les reconozca –y que aún está pendiente en México– pero también necesita suficientes de recursos para implementarse. Para analizar si este tipo de políticas son congruentes y están alineadas con el presupuesto, es oportuna la examinación del Anexo Transversal Anticorrupción, razón por la cuál es importante que se siga utilizando este instrumento presupuestario. No sólo se trata de gastar más sino de gastar mejor, y en áreas estratégicas que posibiliten controlar y disminuir la corrupción, para ello se han desarrollado instrumentos valiosos como el Anexo.
Conoce nuestro análisis Recursos para el control y la disminución de la corrupción aquí.
* Anaid es investigadora en el programa de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción de @FundarMexico.
LEER
VER MENOS
23-04-2024 - 12:04 am
"El problema del agua es cada vez más aciago y es causa entendible del enojo ciudadano ante la incompetencia de las autoridades para administrar la infraestructura de distribución y dotación del preciado líquido".
En el debate de hace un par de días, el candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Salomón Shertorivski, tuvo la propuesta más interesante, útil y disruptiva de los tres candidatos: emancipar a la Ciudad de México de su destino de concreto.
Aunque él se refirió singularmente a la reapertura del Río de la Piedad, lo que hay que pensar más a fondo es en la gran visión de una Ciudad de México del futuro, entrecruzada de ríos y lagos.
La puesta en práctica de esta visión sería un regreso de nuestra capital a lo que el escritor Alfonso Reyes llamó “la región más transparente del aire”. Pero también sería la posibilidad de corregir un gran error histórico del desarrollo urbano de la Ciudad de México, que llevó a la pérdida de una ciudad lacustre que existía antes de la llegada de los españoles.
Cualquiera que haya visto recreaciones cartográficas de México-Tenochtitlan no puede evitar imaginar lo que habría sido de ella si se hubiera planeado integrar esa base lacustre en los planes de expansión urbana, independientemente de si la culpa recae en las sociedades prehispánicas, la Colonia española o el México moderno. La Ciudad de México habría sido la Venecia del Hemisferio Occidental. Aún lo puede ser.
Hay que decir que un proyecto de tal envergadura no es para mañana o para el corto plazo. Se trata más bien de una visión estratégica de mediano y largo plazo. Pero la tecnología para realizar este sueño ya existe y sólo faltaría una decisión política y estratégica por parte de nuestras autoridades para iniciar los planes. Hay que agregar, también, que de no actuar en ese sentido, no hay futuro para nuestra capital.
El problema del agua es cada vez más aciago y es causa entendible del enojo ciudadano ante la incompetencia de las autoridades para administrar la infraestructura de distribución y dotación del preciado líquido.
El hecho de que circule agua contaminada de sustancias tóxicas en algunas demarcaciones de la Ciudad de México es intolerable y no debe permitirse un minuto más.
Pero el problema, claro está, no se detiene en la Ciudad de México. Es un dilema que enfrentan muchas ciudades de nuestro país.
Pensemos, por ejemplo, en nuestras ciudades fronterizas, sobre todo cuando se comparan con sus contrapartes del otro lado de la frontera. Aunque queridas por muchos de sus habitantes, la verdad es que hay mucho espacio para su mejoramiento estético, ecológico y urbano. Imaginemos a muchas de ellas, entrecruzadas de lagos y ríos, en perfecta armonía con su entorno humano.
Por todo esto, me parecería urgente contar con un gran plan para reconvertir nuestras ciudades en lugares más vivibles para sus habitantes. Esto pasa, sin duda alguna, por hacer del agua un elemento esencial de nuestro entorno.
LEER
VER MENOS
23-04-2024 - 12:03 am
"La ciudadanía tiene elementos de valoración para el 2 de junio".
En el post debate nos resistimos a reconocer nuestra limitación. La preeminencia de nuestros sesgos sobre la realidad. El imperio de la hermenéutica particular. Clara Brugada puede ganar el debate, pero el otro o “el de las propuestas” tienen los recursos para hegemonizar las redes y los memes. O no.
Fue un debate más dinámico que el presidencial o de cualquiera otra entidad; se expresaron propuestas en mayor número, medido, por Brugada incluso más que Salomón Chertorivski auto representado como el principal aportador de sugerencias específicas y, por supuesto, que Santiago Taboada quien por segunda vez no pudo noquear ni por juventud ni por evidencia retórica, amabilidad, carisma o básica simpatía.
La candidata de Morena-PT-Verde sigue en ventaja y siguen por definirse mejoras en presentación, precisión programática e insumos para electores demandantes e hipercríticos en la capital nacional. Avanza al no perder ante Taboada. Él pierde al no ser percibido como terminante.
El debate no modifica esencialmente la tendencia favorecedora de Morena en 8 de diez encuestas. El aspirante de la alianza PAN-PRI-PRD exhibe a Masive Caller de quien 9 de cada diez del círculo rojo y verde tiene dudas fundadas.
Sostengo que Brugada ganó un par de puntos, Chertorivski uno más que eso y Taboada fue el principal perdedor al desaprovechar su primaria oportunidad temática, el tema del agua, sin considerar que sobre corrupción no puede deslindarse de la ubicación del cártel inmobiliario como un severo problema de su campaña.
Destaca el comentario de Chertorivski con relación al tema de la corrupción en Benito Juárez: “es un poco vergonzoso hablar contigo Santiago de corrupción, tres de los tuyos están en la cárcel”. Ni un pozo y muchos pisos, en paráfrasis libre del ingenio del emecista contra Taboada.
El Consejo Ciudadano lo recibió en su sesión mensual este lunes. Lo reconoció sin dejar de advertirse la simpatía de muchos en relación con Brugada, ni tampoco la generosidad y apertura por el diálogo demostrada por el candidato de Movimiento Ciudadano.
El “agarrón” exhibió propuestas concretas y estructuradas en el tema del agua. De los once aspectos presentados por Brugada destacan el aprovechamiento del agua de lluvia, la recuperación del acuífero, nuevas plantas de tratamiento, un C5 del agua y un gran acuerdo metropolitano el cual esté basado en el trabajo conjunto con Claudia Sheinbaum como Presidenta —como lo anticipa la preferencia electoral— y la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez.
Chertorivski planteó un programa de fuga cero, reutilización del agua o la creación de los guardianes del bosque. Taboada se centró en financiamiento para proyectos, captación y tratamiento, así como la reparación de fugas.
La ciudadanía tiene elementos de valoración para el 2 de junio y encuestas como la publicada este lunes por El Economista. Resultados: Brugada 53.3% de las preferencias por 39.4% de Taboada. Todo en tendencia. Y en interpretación infinita
LEER
VER MENOS
23-04-2024 - 12:02 am
"El no tener acceso a las pruebas de diagnóstico ha mostrado muy poca o ninguna diferencia entre los sistemas de salud públicos y los sistemas principalmente comerciales o privados como sucede en países como los Estados Unidos".
Aún con todos los avances de la medicina el día de hoy, el cáncer continua siendo la segunda causa de muerte en todo el mundo con un promedio de 10 millones de muertes por año; 27 mil 600 cada día. Uno de los retos de la medicina actual es el diagnóstico temprano de casos de cáncer.
El acceso y el seguimiento a los programas de detección ha marcado una diferencia, pero con un discreto impacto en los indicadores de salud pública.
Algunas de las pruebas de detección temprana siguen siendo incomodas para las personas y por ello deciden no hacérselas como es el caso del Papanicolaou o citología cérvico-vaginal, Colonoscopia, Mastografía, tomografías y otras pruebas que son costosas o de difícil acceso.
El no tener acceso a las pruebas de diagnóstico ha mostrado muy poca o ninguna diferencia entre los sistemas de salud públicos y los sistemas principalmente comerciales o privados como sucede en países como los Estados Unidos. La diferencia es que en las naciones con sistemas de salud privado o comercial y los sistemas de salud público universal los tipos de cáncer son ligeramente diferentes. En los países en vías de desarrollo el cáncer cérvicouterino y el cáncer de mama son los más frecuentes.
Los avances en genética con fines de detección, diagnóstico y tratamiento serán, sin duda alguna, el terreno que proporcionará avances que cambiaran la medicina en el siglo XXI.
En el mes de marzo se publicó en la revista New England Journal of Medicine un artículo con los resultados de haber utilizado una prueba de sangre con fragmentos de ADN libres provenientes de células de cáncer en la circulación. Estos fragmentos se conocen como “ADN libre de células” o cfDNA (por sus siglas en inglés).
Al destruirse las células de cáncer, ya sea por un proceso conocido como “apoptosis”, lo cual es una muerte celular programada, o por muerte asociada a necrosis, se libera el material genético del cáncer a la circulación y esos fragmentos que se dispersan y logran estar entre 16 minutos a dos horas y media en la circulación, pueden ser detectados disueltos en el plasma, el cual es el liquido en el que las células rojas, células blancas, plaquetas y otras células se encuentran disueltas.
Al tener acceso a estas pruebas los retos son por lo menos dos:
(1) El primero es probablemente crear pruebas con la suficiente sensibilidad y especificidad, es decir, que identifiquen los casos reales de cáncer, no falsos positivos y que al mismo tiempo no dejen de diagnosticar a una persona con cáncer o falsos negativos. Esto requiere identificar con precisión las secuencias genéticas de cada uno de los cánceres. Estas secuencias son llamadas “biomarcadores”.
(2) Otro reto es el integrar estas pruebas a los protocolos de detección temprana a los programas de salud pública garantizando de esta forma el acceso para toda la población.
La detección temprana de cáncer es fundamental para que, una vez que se establece un plan de tratamiento, sea mayor la posibilidad de que este sea curativo y con el menor deterioro en la salud general o secuelas.
Tener herramientas que generen menor rechazo en la población y que sean accesibles para la mayoría de las personas ayudará a que se disminuyan los casos de muerte por cánceres de cualquier tipo en mujeres, hombres, niñas y niños
A todas las personas, como siempre, les deseo lo mejor cada día.
Muchas gracias.
Referencias
Dattani, S., Spooner, F., Ritchie, H., and Roser, M. 2024. All causes of death. Our World in Data.
Chung, D. C., Gray, D. M., Singh, H., Issaka, R. B., Raymond, V. M., Eagle, C., & Grady, W. M. (2024). A cell-free DNA blood-based test for colorectal cancer screening. New England Journal of Medicine, 390(11), 973-983.
Gao, Q., Zeng, Q., Wang, Z., Li, C., Xu, Y., Cui, P., & Fan, J. (2022). Circulating cell-free DNA for cancer early detection. The Innovation, 3(4).
LEER
VER MENOS
22-04-2024 - 12:08 am
El PRIAN no entendió que su gran derrota es cultural. Se quedó contemplando cómo el lopezobradorismo armaba un discurso ganador. Y mientras contemplaba, vino la siguiente elección y zas, su derrota. Porque no veo otra cosa en el porvenir que la gran derrota de la derecha. Una derrota histórica porque nunca antes se habían dado dos periodos de izquierda en el poder; una derrota cultural que necesariamente vendrá acompañada de desilusión.
Apunte 1
Faltan 40 días para las elecciones presidenciales. Hay pocas noticias, o muchas. Pocas en cuanto a las encuestas: no se mueven. Muchas en cuanto al efecto que han causado en el bloque de derechas: por un lado, que en los hechos (se nota en las inversiones de publicidad) las dirigencias de PRI y PAN han decidido apretar en la capital mexicana a favor de Santiago Taboada –y espero que el equipo de Clara Brugada lo tenga claro– a costa, pues sí, de Xóchitl Gálvez. Esta estrategia –se dice– vino del resultado del primer debate presidencial, que hizo ver a la candidata extraviada o, al menos, con poca capacidad para contener el desastre. Yo creo, sin embargo, que siempre fue así; que desde un principio, Marko Cortés y Alejandro Moreno le robaron spots a Gálvez para aparecer ellos –allí están los números– porque nunca estuvieron del todo seguros de que “el fenómeno Xóchitl” resultara en un fenómeno electoral.
La misma Xóchitl ha sugerido un cambio de estrategia con el debate como excusa. Será un nuevo cambio de estrategia, porque a finales de 2023 había anunciado otro. “‘Es que la gente no te quiere de huipil, porque una Presidenta no puede traer huipil’ [me dijeron]. He hecho el esfuerzo de usar el traje sastre, que sí lo uso, pero me incomoda. Y creo que en el debate nunca estuve cómoda. La verdad me sentía fingida. Entonces voy a mandar al carajo muchas cosas que no estoy dispuesta a aceptar”, dijo la semana pasada. A quienes debió mandar al carajo es a Max Cortázar y a Santiago Creel, sus coordinadores de campaña que nunca han ganado una elección. Pero bueno. Que mande al carajo algo está bien: yo creo que el trío de machos (“Alito”, Jesús Zambrano y Marko) harán lo propio cuando termine la elección, como lo hicieron con Josefina Vázquez Mota.
Son los dirigentes del PRIAN, me parece, los que mandaron al carajo, tiempo atrás, muchas cosas que no estaban dispuestos a aceptar en ella. Como que un día sí y otro también les dé la espalda para hacerse pasar como una outsider, como si la gente no supiera que hizo carrera dentro de los partidos. Son inconsistencias en ambos. Todos saben que Xóchitl no es “ciudadana” como tampoco lo es Claudio X. González y su desfile de organizaciones “de la sociedad civil”. Y al mismo tiempo, todos saben que los negativos de ambos partidos y sus dirigentes son uno de los mayor lastres de su candidatura presidencial. El otro lastre de Xóchitl es, ya nadie lo duda, la propia Xóchitl.
Faltan 40 días para las elecciones presidenciales y dos debates. Xóchitl ha dicho que será más combativa en el que viene, como si fuera la única que puede prepararse o como dice muchas cosas. De hecho, todo lo que ella ha dicho sobre ella es una de las fuentes principales de sus problemas. La candidata del PRIAN suele ponerse como ejemplo; se tiene una gran admiración. A la fecha no ha citado un solo libro o un solo autor, pero revela pasajes de una historia personal no siempre desligada de la fantasía y como si no hubiera ya caído en suficientes contradicciones. Sus grandes ejemplos recaen en ella: la empresaria que hizo millones en las dos últimas décadas mientras era servidora pública, o la servidora pública que se volvió una empresaria millonaria justo mientras tenía cargos públicos.
En esto último no hay contradicción: Xóchitl es candidata del PRI como lo fueron Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo y un largo etcétera, y lleva al PRI en la sangre o, al menos, en su manera de ver la empresa y la vida pública: su mérito, en todo caso, es ser la versión 2.0 del profesor Carlos Hank González.
Apunte 2
Cuando Lázaro Cárdenas terminó su sexenio y asumió Manuel Ávila Camacho hubo una “vuelta en u” y se abandonaron de inmediato las causas progresistas; se frenó la educación con orientación social, se detuvo el reparto de tierras, se retiraron los recursos para los ejidos y una nueva clase de gañanes dio origen a nuevos latifundios, pero ahora con las mejores tierras, tierras irrigadas. Aquella fue una lección dolorosa porque, contra todo lo que se diga, claro que se pueden revertir las políticas públicas con orientación social; claro que los gobiernos de derecha no tienen simpatías por todo aquello que signifique disminuir la brecha de desigualdad. El país puede endeudarse de por vida, como se hizo con el Fobaproa, siempre y cuando el dinero se destine a las grandes empresas y a las familias adineradas. Pero si las ayudas van para las clases bajas o medias, entonces se les están comprando; entonces son “políticas clientelares”.
Lo recuerdo ahora porque no será fácil para el PRIAN lo que viene. En 1940 detuvo la marcha del país hacia la izquierda pero en 2024, según todas las encuestas, no podrá evitar un segundo periodo progresista. No será fácil para la derecha aceptar doce años sin el poder presidencial aunque tenga a la Suprema Corte y al Poder Judicial; aunque conserve el poder mediático; aunque mantenga de su lado a los núcleos intelectuales y académicos que se fueron moviendo a la derecha por comodidad y porque les repartían babas. Babas, sí. El reparto de verdad ha estado siempre más arriba: en las élites empresariales, en las familias de siempre, en los oligarcas que cruzaban un sexenio tras otro sin mancharse. Hasta ahora.
Doce años es mucho para el PRIAN. Pero es mucho para mantenerse cohesionado, y poco para reorganizarse. Ya vimos: en seis años no pudo armar un proyecto de Nación; seis años no le bastaron para construir una plataforma ideológica que le sirviera para relanzarse. No entendió que su gran derrota es cultural. Se quedó contemplando cómo el lopezobradorismo armaba un discurso ganador. Y mientras contemplaba, vino la siguiente elección y zas, su derrota. Porque no veo otra cosa en el porvenir que la gran derrota de la derecha. Una derrota histórica porque nunca antes se habían dado dos periodos de izquierda en el poder; una derrota cultural que necesariamente vendrá acompañada de desilusión.
Pero nadie se confíe. Nunca. El proyecto más poderoso de México en tres siglos es el de la derecha. Sabrá recomponerse, disfrazarse otra vez de liberal y reorganizarse; aprenderá a infiltrar y destruir desde adentro a su adversario porque le sobra tiempo, ganas y dinero. En este momento le falta inteligencia, evidentemente, pero la comprará. Nadie nunca se confíe de la derecha porque volverá. Pero antes viene la derrota. Su derrota.
Apunte 3
La frase me gustó mucho: “¿Cómo podemos explicarle a la gente con menor nivel educativo que vamos a una dictadura? Es muy complicado. Es muy complicado sudar calenturas ajenas. Y sobre todo cuando hay un pueblo que no ha tenido la experiencia de una dictadura”, dijo hace unos días Beatriz Pagés Rebollar.
Quizás pocos la ubiquen en su rol como directora de una revista llamada Siempre aunque seguramente se le recordará como una de las principales promotoras de las causas de Claudio X. González; fue oradora en una de sus marchas. O cuando dio a conocer en redes una imagen (parece que todavía hacen portadas) donde Claudia Sheinbaum aparece con una corona de swásticas. O porque fue parte de la campaña de Roberto Madrazo a la Presidencia o porque sirvió al PRI hasta 2019, cuando renunció. Siempre fue una publicación importante en el pasado. El padre de Pagés Rebollar, José Pagés Llego, fue víctima de la censura durante la dictablanda priista: publicar una foto de la hija de Miguel Alemán en un cabaret de París le costó el empleo y el acoso desde el poder.
La frase, sin embargo, es de oro. Por un lado refleja su menosprecio hacia las clases populares –algo que comparte con sus pares de derecha– porque no tienen educación formal y no entienden, dice, y no tienen capacidad de análisis. Por el otro, su añoranza por un pasado supuestamente mejor. El PRI (y viendo su biografía, ¿podría pensar otra cosa?) no fue una dictadura y el Gobierno panista de Felipe Calderón, por ejemplo, no fue autoritario.
Pero cualquier persona con menor nivel educativo entiende perfectamente que la señora Pagés Rebollar imagina un México que nos perdimos los demás: el México que su padre sufrió no existió, dice; tampoco el México que obligó a Rosario Ibarra de Piedra a marchar y levantar el puño o el que llevó a muchos (Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas, el mismo Manuel Clouthier “Maquío” y más recientemente, López Obrador) a ponerse en vela.
Cualquier persona con menor nivel educativo que ella podría decirle que es muy complicado sudar calenturas ajenas: esa fiebre que la hace sentir que vivimos en una dictadura y esa misma fiebre que le lleva a ver al México priista como un Disneylandia la pueden sudar muy pocos. Ella sí: era parte de una élite abrazada del privilegio.
Me resulta curioso que los extremistas del tipo Pagés o como Sergio Sarmiento, identificados abiertamente en la derecha radical, pudieron pasar por la vida como periodistas “de centro”, democráticos y desfanatizados. Uh, pero aquél miserable que se atreve a expresar ideas de izquierda es hijo del demonio, indigno, vendido, un miserable, un comemierda (como diría Carlos Alazraki) al que hay que coserle los labios y cortarle los dedos de las manos para que cierre de una vez por todas la boca.
No nos gusta reconocer que México siempre ha estado jalado a la derecha, al menos desde 1940, y polarizado. Gusta más –a mí no– pensarlo como un gran país de centro, liberal (e hipócrita, por supuesto), donde Claudio X. González y Jesús Zambrano, Lorenzo Córdova y Pagés, Manlio Fabio y Vicente Fox, Sarmiento y Roger Bartra bailan y se dan la mano –canta el clásico– sin importarles la farsa.
Apunte 4
No será fácil. El sexenio 2024-2030, si es –como parece– de izquierda, debe apurar cambios estructurales en la sociedad. Se necesita una nueva calidad de medios de comunicación y un buen comienzo es transparentando la publicidad oficial; se requiere una nueva clase de empresarios, una academia que no piense en su siguiente nivel salarial, sino en cómo se vincula lo que hace con los de abajo; se requieren universidades públicas con la conciencia limpia e intelectuales que no amen tanto el dinero de los demás.
Se requiere profundizar y no será fácil.
Pero nada es fácil. De hecho, hay otros que la tienen más difícil. La derecha, por ejemplo, que todavía no se reponía del gancho al hígado de 2018 cuando le pegaron un jab en el mentón, ahora con un balde con cemento.
LEER
VER MENOS
22-04-2024 - 12:04 am
"Es inevitable preguntarnos si seis años después, ante una perspectiva incluso más desalentadora para la oposición que la de hace seis años, se llamará a los votantes a emitir un 'voto cruzado', y si la gente hará caso de ese llamado".
En 2018, a unas semanas de las elecciones federales y ante la inminencia de perder la elección, los partidos que ahora son oposición llamaron a emitir un “voto cruzado”. La idea era convencer a la gente para que, aunque votara por López Obrador para la Presidencia -lo que parecía inevitable-, no le dieran “todo el poder” en el Congreso y que la mayoría legislativa quedara repartida entre candidatos de todos los partidos.
Hay que recordar que esa elección tuvo un nivel histórico de participación (63.4 por ciento), y que AMLO ganó en todos los estados con excepción de Guanajuato. En Jalisco, San Luis Potosí, Querétaro y Aguascalientes hubo “voto cruzado” de modo que, aunque AMLO ganó la elección presidencial, la alianza PAN-PRD-MC ganó las senadurías; en Yucatán sucedió lo mismo pero el voto cruzado favoreció al PRI, y en Nuevo León, a Movimiento Ciudadano. En las votaciones para diputados sucedió algo parecido en estos mismos estados, pero en el resto del país, la totalidad o la mayoría de los distritos fueron ganados por Morena. Guanajuato, única entidad donde ganó la elección presidencial Ricardo Anaya, no cruzó su voto y tanto las senadurías como las diputaciones fueron todas para el PAN (Integralia, Reporte Electoral 2018).
Es inevitable preguntarnos si seis años después, ante una perspectiva incluso más desalentadora para la oposición que la de hace seis años, se llamará a los votantes a emitir un “voto cruzado”, y si la gente hará caso de ese llamado. Hay tres razones para pensar que, de convocarse al voto cruzado, éste no tendrá éxito.
La primera es que en 2018 la campaña de voto cruzado se sostenía en un principio de cautela: dado que por primera vez se tendría un Presidente de izquierda, emergido de un movimiento social opositor, se pedía a los electores no darle a AMLO mayorías calificadas, bajo el argumento de que no podíamos saber de antemano qué haría con las excesivas facultades que eso le daría. Lo cierto es que, a pesar de no contar con mayoría calificada, al menos los primeros años de la legislatura se lograron tejer consensos para pasar algunas reformas constitucionales, como la de revocación de mandato y la de los programas de bienestar.
Seis años después, estamos ante un escenario muy distinto del de 2018: ya sabemos cómo gobierna Morena (a algunos les gusta y a otros no, como es normal en democracia), y con base en esa experiencia la gente parece más dispuesta a tomar decisiones unívocas: o le otorga a una coalición la confianza de su voto en todo, o se la escatima para todo. La advertencia de “ser cautelosos” y no darles “todo el poder” ya perdió su efecto matizador. Se sabe perfectamente cuáles son las reformas que Morena espera pasar de obtener mayoría calificada: quien las apoya, votará todo Morena y quien las rechace, votará parejo por la oposición.
La segunda razón es que en estos seis años se han agudizado las diferencias entre el proyecto que busca continuidad en el Gobierno y los partidos que buscan la restauración del régimen pasado. Después de la “moratoria” declarada por los partidos de oposición en 2022, fue imposible construir nuevos consensos y la sociedad también percibió una suerte de “radicalización” del espectro político, en el que ya los partidos de oposición simplemente rehusaban la posibilidad de negociaciones. Los de la coalición gobernante y de la alianza opositora no podrían ser proyectos -y estilos- más diferentes. Para muchos votantes apoyar a uno de estos proyectos implica el rechazo tajante del otro, pues se trata de posturas irreconciliables. En un escenario como hace seis años en el que no estaban agudizadas las contradicciones, quizá sería factible para algunos votantes darle el beneficio de la duda a una propuesta y al mismo tiempo tratar de conformar un contrapeso a esa misma propuesta eligiendo la otra en la elección legislativa. Pero en vista de las diferencias cada vez más radicales entre los proyectos, la idea de un voto cruzado parece cada vez más inviable.
Por último, las campañas de voto cruzado son necesariamente recursos de última hora, pues de algún modo entrañan la admisión así sea parcial de una derrota. La campaña opuesta, en cambio, la que invita a votar por todos los candidatos de Morena, tiene meses circulando, formal o informalmente, bajo el bien reconocible nombre de “Plan C”. Recordarán los lectores que, después de que no fuera aprobada la Reforma Electoral constitucional y la Suprema Corte echara abajo el “Plan B”, que consistía en una reforma legal que, como tal no requería mayoría calificada, la alternativa que planteó desde entonces el Presidente fue la del “Plan C”: buscar la mayoría calificada en la siguiente legislatura para poder aprobar las reformas constitucionales que permitan reestructurar tanto las estructuras electorales como el Poder Judicial. La idea, entonces, ya tiene más de un año circulando, y ante esa campaña será que deberá reaccionar la del voto cruzado.
En suma, la consecución del Plan C parece difícil, pero mirándolo de cerca, el escenario en el que los votantes decidan darle su voto a unos partidos para la Presidencia y a otros para las legislaturas o los gobiernos locales se percibe todavía más remoto. Lo más probable, en vista de que el contexto que enfrentamos no es el de 2018, es que el voto por las candidatas presidenciales sea el que determine el voto por los legisladores y ejecutivos locales como un efecto de arrastre. Sin cantar victoria, ante la poca viabilidad del voto cruzado, es posible que Morena termine consolidando una mayoría legislativa que, aunque no alcance a ser calificada, sea mayor que la que ha conseguido en las últimas dos elecciones.
LEER
VER MENOS
22-04-2024 - 12:03 am
"¿Habrá alguna forma al terminar esta vida para volver a estar aquí?"
Hay una etapa en la pubertad —al menos a mí y a muchos adolescentes que he conocido nos ha ocurrido así— en la que especular acerca del más allá resulta divertido. Yo era en esos años un escéptico de las creencia religiosas (y lo sigo siendo), y tras unas discusiones muy acaloradas terminaba pactando con mis amigos en que si había alguna posibilidad de volver de la muerte, de alguna manera regresaríamos para contar a los sobrevivientes lo que allá sucede. Reíamos, y esa risa sellaba un pacto muy serio, pues todos compartíamos el deseo de saber si tras la muerte lo que sigue es la nada o si había alguna suerte de existencia.
Hoy esos años me han quedado muy lejos y los pueriles conceptos de entonces: “alma” y “más allá” los he desechado por completo. El alma, o el famoso “yo”, lo entiendo como un mero epifenómeno del cerebro o, si se prefiere, como una propiedad emergente del cerebro que, por supuesto, desaparece cuando las funciones de este complejísimo órgano cesan. Y el más allá lo veo como un anhelo universal, como una revuelta del deseo contra las evidencias, contra el doloroso hecho de que con la muerte desaparecen para siempre aquellos a quienes uno ha querido. Es absolutamente insoportable la idea de que nunca más nos encontraremos con las personas amadas que hemos perdido.
Ha llovido mucho para mí desde entonces, quiero decir que innumerables páginas de filosofía y de ciencia han pasado como una llovizna pertinaz frente a mis ojos y hoy, desde una estación menos ingenua, quisiera retomar el fondo que estaba en aquellas discusiones pubertas: ¿habrá alguna forma al terminar esta vida para volver a estar aquí? Conste no digo en el más allá, sino encontrarnos aquí.
Hoy sabemos mucho del universo y, sin embargo, sabemos poquísimo. Tenemos algunas teorías acerca del origen, entre ellas el Big Bang y sabemos la edad aproximada de ese comienzo: unos 13 mil 800 millones de años. Sabemos también que el universo está en expansión y que las nebulosas y estrellas que lo componen se alejan entre sí y mientras más distantes están de nosotros se alejan a una mayor velocidad. Se deduce que ha habido desgarros del espacio, pues como la materia no puede viajar más rápido que la luz resulta incoherente que el tamaño del universo observable sea de 100 mil millones de años luz y su inicio date de poco menos que 14 mil millones. ¿Cómo es posible que ese dilatadísimo diámetro sea mayor que la distancia que puede recorrer la materia viajando a la máxima velocidad posible, la velocidad de la luz? La teoría del universo inflacionario es que debe haber desgarros del espacio producidos por algo desconocido: la materia oscura y la energía oscura.
A partir de esto —que se sabe y se deduce con indudable rigor— cabe formularnos la pregunta: ¿qué pasará con el universo? Obviamente seguirá expandiéndose hasta que esté tan alejado todo de todo que desde cualquier punto no se verá nada en el horizonte, pues la luz que podría llevar alguna noticia no será capaz de recorrer esas distancias casi infinitas. ¿Terminará así el universo? ¿La fuerza de expansión vencerá siempre a la fuerza gravitacional o, más tarde, la gravitación volverá a contraer el universo hasta concentrarlo todo en un punto? No se sabe. Sin embargo, la especulación científica ha propuesto la teoría de la Gran Implosión y, además, la teoría del Gran Rebote. Insisto que no se sabe nada.
Si hoy me reuniera con mis amigos de la adolescencia, se me ocurriría decirles que sigo pensando que no hay nada después de la muerte; pero que tal vez exista una oportunidad de volver a vernos; no en el cielo o en el infierno, sino aquí, luego de que ocurra un plazo inimaginable, pues si finalmente esto que somos no es sino un montón de partículas ordenadas en un orden preciso, con una forma especialísima, podría ser que alguna vez volvieran a darse exactamente las mismas condiciones que hicieron posible nuestra vida individual y que, aunque tarde mucho, muchísimo, casi una eternidad, no importa, pues como la mejor manera de pasar la eternidad es estando muertos: hundidos en la inconsciencia, los milenios y los eones se nos pasarían como agua; tal vez, entonces, podríamos volver a encontrarnos aunque no recordáramos nada, aunque tuviéramos la misma impresión de novedad que en esta ocasión. Con esta idea del eterno retorno, apoyada en la física actual, quisiera pasarme el resto del día disfrutando de la débil luz de esperanza que irradia: esa esperanza de volver a vernos después de esta vida.
Twitter
@oscardelaborbol
LEER
VER MENOS
22-04-2024 - 12:01 am
López Obrador ha traicionado la rica herencia que en esta materia nos dejó el liberalismo mexicano del siglo XIX, en particular la experiencia de una década de la República restaurada; pero sobre todo ha abandonado su ofrecimiento de que respetaría a jueces, magistrados y ministros para marcar un contraste con otros tiempos en los que se actuó por consigna, o bien de manera inane frente al arrollador poder presidencial.
Cuando la lucha por el poder en nuestro país se veía centrada en la pugna por la Presidencia de la república y la configuración del Congreso de la Unión, apareció en escena que no tan sólo eso está en juego, sino que se encajó al mismísimo Poder Judicial de la Federación a la disputa para consolidar la hegemonía que se ha venido enseñoreando sobre el país.
La coyuntura y su futuro desenlace hace previsible que se quiera establecer un nuevo régimen político de espaldas a lo que se pensó como una consolidación democrática y de ruptura con el sistema republicano, con su división de poderes, contrapesos y reconocimiento del Estado de derecho. Para decirlo en palabras llanas, el Presidente López Obrador, y su elegida Claudia Sheinbaum, van por todo el poder y eso debiera preocupar a muchos más mexicanos para estar en guardia sobre una amenaza que se cierne y que parece avasallante, aunque no lo sea.
Entiendo que hay un ciclo largo para interpretar cómo llegan y perduran proyectos como el de López Obrador. Pero no solamente. Cuando el PAN arribó al poder presidencial en el 2000 tuvo dos sexenios a su cargo, con el contratiempo del 2006, que deshonró al partido fundado por Manuel Gómez Morín a finales de los años treinta del siglo pasado.
Al final tuvieron sus doce años y se fueron cuando se restauró al priismo más corrupto de que se tenga memoria, encabezado por Enrique Peña Nieto y un séquito de gobernadores altamente corrompidos, como los Duarte de Veracruz y Chihuahua. El poder tiende a reproducirse, y ya instalado cuenta con las ventajas connaturales a los recursos públicos, y eso estamos viendo ahora como palanca esencial de un eventual triunfo de Morena en el relevo lopezobradorista, con todo el continuismo que han venido anunciando sus candidatos de manera arrogante.
No estamos, a final de cuentas, en una elección cualquiera. Aquí la amenaza que se cierne sobre el país es que a una Presidencia con ínfulas imperiales y un Congreso de la Unión obsequioso, se pretenda doblegar y destruir al Poder Judicial de la Federación, en particular al importante papel que desempeña la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Esto no se debe entender, de mi parte, por haberme dedicado al ejercicio de la abogacía desde la oposición, como un elogio lisonjero al Poder Judicial. Puedo decir que sé de cierto que requiere grandes transformaciones y reformas, pero no la destrucción y la apropiación del mismo a los designios de un solo poder omnímodo y, porqué no decirlo, de entronizamiento de un hombre fuerte de México que se va a convertir en el poder tras el trono y usar las leyes como plastilina en sus manos para darle cuerpo a esa continuidad.
Algunos analistas han dicho que López Obrador, al barrer a la Suprema Corte, lo que pretende es que su narrativa histórica prevalezca y se reconozca que su férrea voluntad de transformar al país no se vio coronada con el éxito sexenal porque hubo ministros de la Corte, magistrados de tribunales y jueces de distrito que le estorbaron el despliegue de lo que él llama Cuarta Transformación, concepto ambiguo sin sostén, porque si a números ordinales vamos, antes estaría, por sólo señalar dos ejemplos, cómo llegó la juventud a la escena política en el 68 y el momentum de la mujer que hoy es incontenible en el reclamo de sus derechos.
Los tres poderes están en juego, y el debate sobre la denuncia anónima que se presentó hace unos días y que involucra a Arturo Zaldívar, exministro y expresidente de la Suprema Corte, y a su operador, Carlos Antonio Alpízar, lo ha evidenciado. Cierto es que también se señala a Jorge Arturo Camero Ocampo y a Amparo Hernández Chong, pero para afirmar que resistieron las presiones que el equipo cercano de Zaldívar ejerció en su contra como represalia por su comportamiento en torno a proyectos del Presidente.
De la militancia política de Zaldívar y Alpízar no hay duda. Están bajo el manto protector del oficialismo. El primero renunció a su cargo de ministro destruyendo su propia historia, su propio y previsible rol y se entregó a la tarea de ser el ariete para doblegar al Poder Judicial, del que algún día se dijo orgulloso. Hoy Zaldívar está en la campaña de Sheinbaum y es un fiel morenista más. A Alpízar por su lado, cuando tuvo que dejar al Poder Judicial, se le abrió un espacio en la Secretaría de Gobernación, y por tanto se convirtió en un protegido del poder presidencial.
Pensar que estos personajes actúan de buena fe, como dicen los abogados, o que son neutrales en la polémica, es padecer la candorosa enfermedad de la ingenuidad. Ellos juegan como soldados de primera línea para atrapar y doblegar al Poder Judicial, ponernos al servicio presidencial, y que la nación entera carezca del contrapeso que se le asigna por la Constitución en la división de poderes.
Temas como el de amnistía y la agresiva y reciente reforma a la institución del amparo o juicio de garantías, habla también claro de las pretensiones de consolidar una hegemonía nunca antes vista en el país. Y si bien es cierto podemos advertir vientos favorables a esa nave autoritaria, la realidad es que a largo plazo esa pretensión va a colapsar.
Se quejan de que haya una denuncia anónima y tengo para mí que lo mejor sería que denunciantes de carne y hueso se pusieran de pie a la mitad del foro para denunciar la corrupción. Pero no nos engañemos, la pasta humana no da para tanto. Hay miedo a perder el trabajo, a interrumpir proyectos de vida que orillan a que haya denuncias sin nombre, reconocidas además en el derecho mexicano y postuladas incluso en iniciativas de ley por diputados morenistas. En una sociedad como la mexicana, se han hecho necesarias esas “bocas de león” que existían en Venecia hace muchos años para recibir quejas que, sustentadas de manera abierta, podían significar la muerte del denunciante.
Que haya denuncias anónimas parece más una necesidad que una virtud, pero qué puede hacer quien recibe como autoridad una denuncia del calado de la que se entabló contra Zaldívar, ¿guardarla, archivarla, o darle trámite conforme a la fracción segunda del artículo 14 de la Ley Orgánica del Poder Judicial? Esto es más que un dilema existencial de quien tiene la denuncia en sus manos. Es algo por lo que debe responder y hacerlo con apego al funcionamiento institucional.
López Obrador ha traicionado la rica herencia que en esta materia nos dejó el liberalismo mexicano del siglo XIX, en particular la experiencia de una década de la República restaurada; pero sobre todo ha abandonado su ofrecimiento de que respetaría a jueces, magistrados y ministros para marcar un contraste con otros tiempos en los que se actuó por consigna, o bien de manera inane frente al arrollador poder presidencial.
Un analista ha dicho que este es un asunto personal de López Obrador para escribir sus memorias y magnificar su papel histórico. Puede ser, pero más grave el peligro que nos amenaza y la ausencia de respuestas para encararlo.
LEER
VER MENOS
21-04-2024 - 12:05 am
Lo que ahora intentará Sheinbaum es mostrar que la generación de energías convencionales y alternativas no son incompatibles. Todo país las necesita pues el período de transición se alargará durante varias décadas.
¿Qué tanto cambiará la administración de Claudia Sheinbaum respecto a la de Andrés Manuel López Obrador en el probable caso de ganar la presidencia? Es la pregunta de fondo que muchos mexicanos se estarán haciendo los próximos meses. Especulaciones van y vienen. Solo podemos tener certeza en algo: la política energética cambiará significativamente. Un tema respecto al cual Sheinbaum ha sido categórica, particularmente respecto a las energías limpias, el área de competencia a la que ha dedicado la mitad de su vida profesional.
Lo anterior no significa que el próximo Gobierno vaya a desmontar lo realizado por Pemex o CFE este sexenio. Contra la leyenda negra que se ha construido respecto a la petrolera estatal, los números muestran un enorme esfuerzo de rehabilitación y saneamiento industrial y económico para poner en pie a esta empresa. Es una tarea de mediano plazo que está a mitad de camino, aunque la prensa crítica no esté de acuerdo y la cuestione por los muchos rezagos que arrastra o por el costo que está exigiendo la reconversión.
Pero los números no mienten. México dejará de ser importador neto de derivados de petróleo antes de dos años. Se dice rápido, pero las implicaciones son enormes. En el modelo anterior, en el que se abandonaron refinerías y petroquímica, el país siguió siendo exportador de petróleo, pero nos hicimos dependientes de la gasolina y el diésel del extranjero. No se necesita ser experto para entender que eso equivalía a vender aguacates a un precio y comprar guacamole a otro más alto. A partir de 2015 México se volvió deficitario y la brecha se fue ampliando en los siguientes años. En 2023 exportamos petróleo por 33 mil millones de dólares, pero compramos al extranjero 52 mil millones de derivados de petróleo. Un boquete negro de 19 mil millones anuales. Solo eso provoca que la balanza comercial de nuestro país sea negativa (si quitamos el petróleo, el país tendría un saldo muy positivo entre sus ventas y sus compras al exterior).
¿Cómo explicar eso en un país con riqueza petrolera? Los yacimientos han menguado, cierto, pero aún son superiores a las necesidades del país. El problema ha sido un modelo depredador e irresponsable.
Más allá de lo que significó el impacto económico del abandono a Pemex, habría que señalar la vulnerabilidad a la que nos condena la dependencia del extranjero. Con la globalización se sostenía que la interdependencia era el mejor arreglo posible: que cada cual produjera lo que le salía mejor y comprara en el exterior todo lo demás, para ponerlo en los términos más simples posible. Pero entre los America First, la pandemia, la guerra de Ucrania y las tormentas que provocan cortes en Estados Unidos, resultó evidente que ante una crisis los países productores se manejan con el consabido criterio de “cada quien se rasca con sus uñas”. El desabastecimiento de fertilizantes, los cortes de suministro de gas, la monopolización de vacunas o el acaparamiento de combustible están a la vista. México ha operado desde hace años con reservas de gasolina y diésel equivalentes al consumo de 10 días y hoy dependemos de otros países para no quedar paralizados. Frente a la fragilidad que conlleva la crisis ambiental, las incidencias geopolíticas y hasta el eventual estado de ánimo de un Presidente como Trump, es evidente que México, como cualquier otro país, está obligado a establecer criterios de seguridad nacional en áreas estratégicas y la energía es la primera de ellas. Podemos discutir si Dos Bocas va a funcionar en 6 meses o en 14 meses, si costó más de lo que debería por el apresuramiento o si podría haberse ubicado en otro sitio. Sin duda ha exigido un esfuerzo descomunal (19 mil millones de dólares, justo el equivalente al déficit anual por importar gasolinas), pero constituye la pieza nodal en esa estrategia de autosuficiencia.
Pemex está haciendo lo necesario para conseguir ser autónomos en refinación, eliminar la producción del contaminante combustóleo (para eso son las coquizadoras en proceso de rehabilitación o construcción), y dejar de importar fertilizantes del extranjero. Nada de esto se está haciendo con endeudamiento. Las obligaciones de la empresa con el extranjero cayeron de 129 mil millones de dólares a 106 MMDD en el sexenio. ¿Cómo se ha conseguido? Básicamente disminuyendo el brutal impuesto que el fisco le aplicaba a la empresa paraestatal que pasó de 65% de los ingresos a 30%, y el apoyo para el pago de endeudamiento (cuando la deuda se paga “desde” el gobierno federal la tasa es menor, porque el país tiene mejor calificación que Pemex).
Lamento la jerga económica de los anteriores párrafos. Pero era necesario para explicarnos por qué Claudia Sheinbaum mantendría en lo esencial esta estrategia. Cuando se mira el bosque completo difícilmente puede estarse en desacuerdo, pese a los inconvenientes de este sacrificado proceso.
La gran diferencia entre el Gobierno actual y el próximo es la estrategia para cubrir la demanda adicional. López Obrador decidió, con toda razón, topar la extracción de petróleo en México a 1.9 millones de barriles diarios, suficiente para producir los derivados que necesitamos. Pero el crecimiento del país exige más energía en los años por venir. Eso tendrá que hacerse con energía limpia, ha señalado una y otra vez la candidata.
Se trata de una diferencia clave. Y no es que el Gobierno actual haya hostilizado la generación de fuentes de energía alternativa de manera explícita. Pero está claro que se concentró en sanear la vapuleada situación de Pemex y CFE, reconstruyendo lo que se había erosionado y ampliando sus tareas tradicionales. Pocos o nulos recursos y atención a otras fuentes de energía. Pero como el argumento de las energías renovables había sido la coartada para una privatización del sector en el modelo anterior, bajo muchas aristas leoninas, fue la bandera utilizada para torpedear el proyecto obradorista, como si se tratase de una oposición entre energías limpias y sucias.
Lo que ahora intentará Sheinbaum es mostrar que la generación de energías convencionales y alternativas no son incompatibles. Todo país las necesita pues el período de transición se alargará durante varias décadas.
Eso significa sostener el fortalecimiento de lo ya iniciado, y una verdadera cruzada para generar la energía adicional de los años por venir y aprovechar el sol, el viento, la energía térmica, el litio y otras fuentes. Pero va más allá de eso. Los retos energéticos están asociados a temas ambientales. Claudia ha planteado la necesidad de una política ambiciosa para el ahorro y uso racional de la energía (su verdadera vocación como científica) y la reconversión del transporte público de combustibles fósiles a eléctricos. Promete una revolución al respecto.
En resumen, en materia de segundo piso de la 4T, lo energético coincidirá en algunos tramos con el primer piso, en otros emprenderá trazos muy distintos. @jorgezepedap
LEER
VER MENOS
Opinión en video
Opinión en video