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Rubén Martín

01/03/2020 - 12:04 am

Coronavirus y Estado de excepción

En ningún caso debe despreocuparnos el brote de una enfermedad que ya es una epidemia y puede convertirse en pandemia.

Vale la pena preguntarse si son necesarias las drásticas medidas de aislamiento y control poblacional. Foto: Juan Carlos Cruz, Cuartoscuro

Las compras de pánico, el desabasto de insumos como tapabocas o gel antibacterial, las polémicas en redes sociales son apenas algunas muestras del grado de miedo o de histeria que ha comenzado a extenderse en México ante la confirmación de que el coronavirus, o Covid-19 llegó a nuestro país. Incluso en ciudades como Guadalajara, donde no se ha reportado ningún caso hasta ahora, desde el viernes 28 de febrero se registró el desabasto de gel y tapabocas, insumos que se cree podrían servir para protegerse.

Pero la mejor protección es tener información verídica, científica; seguir las recomendaciones de cuidado de las autoridades sanitarias; y no caer en miedo o histeria que podrían dar paso a dispositivos de control social, hasta el virtual Estado de excepción como ya está ocurriendo en otras partes del mundo.
En ningún caso debe despreocuparnos el brote de una enfermedad que ya es una epidemia y puede convertirse en pandemia. Pero en el caso del coronavirus parece ser que se están magnificando sus consecuencias.

Ya varios expertos han llamado la atención sobre su letalidad al compararla con otras enfermedades con las que convivimos cotidianamente, como la gripe común, la influenza o el dengue, especialmente en el caso de México.

Con los casi 90 mil casos de coronavirus registrados hasta el momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de que la tasa de letalidad esta enfermedad es de entre el 2 por ciento y el 4 por ciento en Wuhan, China, el epicentro del brote y de apenas 0.7 por ciento fuera de Wuhan. En China, 97 por ciento de los infectados encuentra cura, en tanto que fuera de China, se curan más de 99 por ciento de los casos.

Hay otras enfermedades con las que convivimos habitualmente que producen más muertes que las tendencias actuales del coronavirus. Esto escribió la experta en cuestiones medioambientales, Silvia Ribeiro: “Todas las enfermedades que se han considerado epidemias en las dos décadas recientes, incluso el Covid-19, han producido mucho menos muertos que enfermedades comunes, como la gripe –de la cual, según la OMS, mueren hasta 650 mil personas por año globalmente. No obstante, estas nuevas epidemias motivan medidas extremas de vigilancia y control” (La Jornada, 28 febrero 2020, https://bit.ly/2I66CJP).

Ante estas cifras, algunos autores han llegado a preguntarse si son necesarias las drásticas medidas de contención de la enfermedad que han conllevado extremas medidas de aislamiento.

La semana pasada el filósofo político italiano, Giorgio Agamben, calificó de “frenéticas, irracionales y completamente injustificadas”, las medidas de emergencia desplegadas en Italia para contener el coronavirus. Dijo esto después de citar al Consejo Nacional de Investigación de su país que afirmó que “no hay ninguna epidemia de SARS-CoV2 en Italia”, sino que de todos modos “la infección, según los datos epidemiológicos disponibles hoy en día sobre decenas de miles de casos, provoca síntomas leves/moderados (una especie de gripe) en el 80-90 por ciento de los casos”. En el 10-15 por ciento de los casos, puede desarrollarse una neumonía, cuyo curso es, sin embargo, benigno en la mayoría de los casos. Se estima que sólo el 4 por ciento de los pacientes requieren hospitalización en cuidados intensivos”.

Si esta es la situación real, Agamben se preguntaba por qué autoridades y medios difunden un estado de pánico que lleva a implementar medidas equiparables a las de un Estado de excepción.

Según Agaben, la explicación se puede encontrar en que “hay una tendencia creciente a utilizar el Estado de excepción como paradigma normal de gobierno”, lo que ocurre ahora en Italia se llegó a una “verdadera militarización” en los municipios y zonas donde se confirmó o presume que podría extenderse el coronavirus. A juicio de Agamben, “parecería que, habiendo agotado el terrorismo como causa de las medidas excepcionales, la invención de una epidemia puede ofrecer el pretexto ideal para extenderlas más allá de todos los límites”.

El otro factor que puede explicar las extremas medidas que se han aplicado en China, Italia y otras naciones para la contención del coronavirus es que “el estado de miedo que evidentemente se ha extendido en los últimos años en las conciencias de los individuos y que se traduce en una necesidad real de estados de pánico colectivo, a los que la epidemia vuelve a ofrecer el pretexto ideal. Así, en un círculo vicioso perverso, la limitación de la libertad impuesta por los gobiernos es aceptada en nombre de un deseo de seguridad que ha sido inducido por los mismos gobiernos que ahora intervienen para satisfacerla”, concluyó Agamben (https://bit.ly/399OCtM).

En otro artículo que propone una mirada crítica ante el miedo o histeria que ha generado el Covid-19, Raúl Zibechi llama atención que desde el nazismo o estalinismo no se registraban medidas de control poblacional semejantes a las que se han implementado ahora, como en el caso chino, para la supuesta contención de la enfermedad. Seguramente la mayoría hemos visto escenas de la ciudad de Wuhan, de más de 11 millones de habitantes, completamente vacía en sus calles por las drásticas medidas de cuarentena obligatoria dictadas por las autoridades.

Zibechi dice con razón que “el miedo está circulando a mayor velocidad que el coronavirus” y que nos lleva a olvidar que “el principal asesino en la historia de la humanidad fue y es la desnutrición”.

Basado en estos argumentos, Zibechi considera que las formas de control que se están ejerciendo para la contención del coronavirus son ejercicios “sumamente útiles a las clases dominantes de todo el planeta para mantener a raya a los debajo, en periodos como de hondas convulsiones” sociales ante la crisis terminal del capitalismo. En opinión del analista uruguayo, “las élites están usando la epidemia como laboratorio de ingeniería social” para avanzar sobre el control de poblaciones, ante eventuales desafíos al actual sistema de dominación (https://bit.ly/2uIHbe6).

En otro artículo que aporta a una mirada crítica de las medidas implementadas para enfrentar el coronavirus, Silvia Ribeiro del ETC Group, sostiene que entre los aspectos en la sombra en la información sobre esta enfermedad está “el perverso mecanismo del capitalismo de ocultar las verdaderas causas de los problemas para no hacer nada sobre ellas”. Por ello se refiere a que los gobiernos y empresas gastan miles de millones de dólares para la contención de la enfermedad, cuando de otro lado, sus políticas e inversiones crean las condiciones de surgimiento de estas enfermedades. “El factor fundamental”, de surgimiento de enfermedades como el coronavirus, sostiene Silvia Ribeiro, “es la destrucción de los hábitats de las especies silvestres y la invasión de éstos por asentamientos urbanos y/o expansión de la agropecuaria industrial, con lo cual se crean situaciones propias para la mutación acelerada de los virus. La verdadera fábrica sistemática de nuevos virus y bacterias que se transmiten a humanos es la cría industrial de animales, principalmente aves, cerdos y vacas”, en su articulo antes citado.

Sin poner en duda la necesidad de adoptar medidas de cuidado y protección a la salud, con las reflexiones de estos autores vale la pena preguntarse si son necesarias las drásticas medidas de aislamiento y control poblacional que se están implementando en otros países, creado virtuales estados de excepción.

Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @rmartinmar Correo: [email protected]

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