Cempasúchil, la flor de Día de Muertos y un modo de vida los pobladores de Atlixco

01/11/2019 - 12:02 am

Por su color y por su olor peculiar, el cempasúchil es un símbolo de las ofrendas para los muertos y ayudan a guiar las almas rumbo a estos festejos que llegan a su máxima expresión el 1 y 2 de noviembre. En el municipio de Atlixco, de unos 100 mil habitantes, el cultivo de esta flor se convierte en una prioridad durante la temporada, y dicha planta se distribuye luego a buena parte de México.

Por Gabriela García Guzmán

Atlixco (México), 1 noviembre (EFE).- Plantada una vez al año y recolectada cuatro meses después, la flor de cempasúchil, de un brillante naranja, es un modo de vida para miles de pobladores del central estado de Puebla y corona las ofrendas del Día de Muertos en México.

Por su color y por su olor peculiar, el cempasúchil es un símbolo de las ofrendas para los muertos y ayudan a guiar las almas rumbo a estos festejos que llegan a su máxima expresión el 1 y 2 de noviembre.

En el municipio de Atlixco, de unos 100 mil habitantes, el cultivo de esta flor se convierte en una prioridad durante la temporada, y dicha planta se distribuye luego a buena parte de México.

Su nombre es de origen prehispánico se compone de los vocablos en náhuatl ‘cempohualli’, que quiere decir “veinte”, y Xóchitl, que significa “flor”. Del cempasúchil existen más de 30 variedades y colores. Sin embargo, para el uso que se le da en el mes de noviembre se utiliza la color naranja.

Esta plantación solo se da una vez al año y tiene un periodo de cosecha y corta de 4 meses, es decir, desde el mes de mayo inicia el preparado de la tierra y sección de la semilla, posteriormente se siembra, se fertiliza, fumiga y se riega, con la finalidad de tener la mejor cosecha.

Con difícil acceso por los caminos rurales se puede llegar a los campos de cultivo, plagados de estas flores de aproximadamente de 50 centímetros de alto y de diversas formas.

Los trabajadores comienzan las jornadas desde primera hora para lograr recolectar el mayor número de flores y así cumplir con los clientes que consumen su producto. Con machete en mano, música de fondo y bromas entre ellos hacen que las horas más amenas.

En el municipio de Atlixco, de unos 100 mil habitantes, el cultivo de esta flor se convierte en una prioridad durante la temporada. Foto: Hilda Ríos, EFE

Armando Lucas, tiene 17 años y creció presenciando la actividad que realizan sus padres, quienes tienen 20 años trabajando en la tradicional corta de flor año con año. Sus primeros años de vida fueron entre plantas, sol y jugando en las tierras de cultivo. Pasaron los años y ahora a su corta edad aprendió el oficio, para ayudar económicamente a su familia.

“Realizó la jornada igual que mis padres, a todos nos ayuda el dinero que ganamos en esta temporada, porque lo utilizamos para la comida y para los gastos de la escuela”, refirió a Efe el joven.

Recordó que desde niño le gusta el olor y el colorido de los campos de siembra, ya que jugaba entre las plantas a esconderse o intentar cortar la planta con las manos.

Poco a poco, tomó la práctica para realizar esta labor tan importante para los mexicanos, ya que su trabajo estará presente en miles de altares para honrar a sus familiares fallecidos.

UNA FLOR MUY VALORADA

Puebla se ha convertido en el mayor productor de cempasúchil debido a que alrededor de 50 municipios de los 217 con los que cuenta la región se dedica a la producción y cosecha anual, logrando que en las 32 entidades de México se pueda consumir este producto en las mejores condiciones.

Se cuenta con una superficie de 1 mil 705 hectáreas de cosecha, lo que se traduce en 15.522 toneladas de flor recolectada en una quincena de municipios de la región.

Ello representa el 21.43 por ciento de la producción a nivel nacional y deja aproximadamente una derrama económica de más 830 millones de pesos (43.5 millones de dólares).

En entrevista este lunes con Efe, Modesta Delgado Juárez, productora de flor de cempasúchil, compartió que tiene 46 años dedicándose a esta actividad que, además de darle un sustento, le ayuda y la hace sentir bien porque “ayuda” a los difuntos a que visiten sus casas para recordarlos y honrados como si estuvieran en vida.

Los trabajadores comienzan las jornadas desde primera hora para lograr recolectar el mayor número de flores. Foto: Hilda Ríos, EFE

Compartió que desde el 18 de octubre el producto tiene que estar listo para que los comerciantes lo comiencen a trasladar a su lugar de origen. El volumen de negocio es tal que en esos días se hacen contrataciones temporales, con la finalidad de agilizar los procesos.

“Vienen a Atlixco a hacer mercado con nuestra flor, ya que esta flor es en la única temporada en la que se da. Todo el año hay de todas las flores como la rosa o la gladiola u otra. Pero esta solo es en la temporada de Día de Muertos”, indicó la mujer.

Expresó que sus compradores vienen de los estados de Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Morelos, la Ciudad de México, Toluca, Hidalgo, Tamaulipas y Zacatecas, entre otros.

Hizo referencia de que esta flor es la que se pone en las ofrendas para invitar a entrar a las casa a los seres queridos que ya murieron.

Explicó que según marca la tradición el día 28 octubre llegan las almas de las personas que perdieron la vida en accidente o muerte repentina, los días 30 y 31 de octubre llegan las almas de las niñas y niños, así como el días 1 de noviembre llegan las almas adultas y el 2 de noviembre se realizan las bendiciones y entrega de ofrendas en el panteón.

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