LA OPINIÓN

Los incendios en EU destruyeron patrimonio de miles de mexicanos. Los Solis relatan su historia

01/11/2020 - 5:19 pm

No existe hasta ahora una cifra oficial de cuántos mexicanos en Estados Unidos perdieron este año sus bienes inmuebles por causa de los incendios pero organizaciones civiles calculan por miles.

California, EU, 1 octubre (LaOpinión).- Los Solís perdieron todo cuando un incendio arrasó el poblado de Medford. Esta localidad es una de las afectadas por los fuegos que van más allá de California extendiéndose hasta Oregon, donde la familia se encuentra. Historias similares se multiplican en Washington, Colorado, Idaho y hasta Utah.

Yessenia Solís , de 31 años, perdió por partida doble: su patrimonio y un hijo aquel 8 de septiembre cuando el viento se ensañaba contra el tráiler donde vivía con su marido y dos hijos de 11 y tres años. Un policía pasó gritando con un altavoz que tenían que irse “en ese momento” o se los comería el fuego como se había devorado a Ashland y Talen, dos poblaciones vecinas.

El fuego se aproximaba poco a poco hacia ellos con todo y la furia que arrasa por varios estados de la Unión Americana y que a la fecha suman más de 30 muertos y la evacuación de miles de personas. Mientras el Gobernador de California pedía ayuda internacional para combatir las llamas y México enviaba a un destacamento de apoyo con decenas de bomberos, los Solís se jugaban la vida.

Antes de que la policía ordenara la evacuación, Yessenia había puesto ropa en la secadora y cuando escuchó los gritos de los policías sólo tuvo tiempo para tomar algunas prendas. Las puso en el antebrazo. Volvió a meter la mano una y otra vez. En esas estaba cuando sintió un líquido espeso y tibio correr por su pierna: fue el comienzo de un aborto.

Restos del trailer donde vivían los Solís: Foto Cortesía: Yessenia Solís. Foto: La Opinión

“Perdí en un solo día mi casa y mi bebé”, cuenta en entrevista con La Opinión.

Con dificultad fue a avisar a sus padres (quienes vivían en la casa de a lado) que debían irse. Llegaron al hospital para el desenlace fatal, pero había que seguir adelante: buscar un lugar donde refugiarse y esperar un milagro para que las llamas no alcanzara su vivienda.

Un hermano que vivía en otro pueblo los acogió por unos días hasta que la familia supo que todo estaba perdido. Cuando las llamaradas pasaron, fueron a su vivienda, pero ya no había nada: sólo fierros retorcidos. No había camas, ni cocina, ni sala. La laptop, las televisiones, los trastes, todos los bienes acumulados en 10 años se volvieron cenizas.

No existe hasta ahora una cifra oficial de cuántos mexicanos en Estados Unidos perdieron este año sus bienes inmuebles por causa de los incendios pero organizaciones civiles calculan por miles. Solamente de los Solís en Medford hay ocho familias, primos, tíos, sobrinos, abuelos, hermanos. Yessenia entre ellos.

“La iglesia nos prestó una casita donde antes vivían unos curas y que pensaba modificar para convertirla en un espacio para la catequesis”, cuenta. “Pero tarde o temprano nos tenemos que ir de aquí también porque es prestada, no es nuestra”.

Los padres de los Solís llegaron a Estados Unidos hace más de 20 años con cinco hijos a cuestas . Venían de Nayarit y pronto se instalaron en Oregon.

Con su trabajo del día a día lograron hacer una vida estable y, con el paso de los años compraron casas y se volvieron ciudadanos. Todos vivían en el mismo pueblo y ahora están en la casa de la iglesia. “A pesar de todo tenemos suerte porque otras personas se han tenido que refugiar en hoteles y ahí no los dejan cocinar”.

En estos días Jessenia busca una casa dúplex para rentar. En una viviría con su esposo e hijos; en la otra, se irían los padres de ella.

La idea es que su hija de 11 años tenga una conexión permanente a internet para las clases en línea y volver al trabajo en una fábrica de chocolates, pero el alquiler está escaso, igual que el dinero por lo que han recurrido a apoyo público a través de este enlace.

El fuego arrasó con casi todo el poblado de Medford y sus alrededores afectando a 85 mil habitantes. Casi medio millón de personas fueron evacuadas en Oregon a causa de las decenas de incendios activos por toda la costa oeste de Estados Unidos en septiembre.

En el barrio de los Solís sólo tres casas se salvaron y es prevé que la reconstrucción iniciaría a mediados de noviembre. Será larga y tortuosa para esta familia de origen mexicano.

“Nuestras casas no estaban aseguradas porque las aseguradoras decían que estaban muy viejas”.

A pesar de todo, seguirán en Medford. A ratos, los padres de los Solís quieren regresar a México, allá tienen una casa; aquí, perdieron todo. Pero se quedan porque el papá necesita diálisis. La balanza pende aún entre las dos tierras.

UN GANADERO

Miguel Martínez vio acercarse el fuego a su rancho, en el poblado de Patterson, California, y supo que era tiempo de evacuar a su madre, esposa e hijas; de alejarlas del peligro de los incendios que azotan el estado en las últimas semanas y que han consumido 1.6 millones de hectáreas en el estado.

“Sólo nos quedamos mi papá y yo para salvar el rancho”, cuenta en entrevista con este diario.

Miguel Martínez en su rancho de California. Foto: Miguel Martínez vía La Opinión

Hace tres años, los Martínez iniciaron un negocio de compra y venta de ganado para exportación desde Estados Unidos a México para los rodeos. El negocio creció rápidamente y pronto estuvieron exportando hasta 300 cabezas mensualmente hasta que llegó el coronavirus y se canceló la venta de poco menos de medio centenar.

En su rancho se quedaron 45 toros a los que el fuego les pisaba los talones a finales de septiembre. Si los alcanzaba sería una perdida mayúscula para la familia. Dejarían de . “Teníamos que pelear por ellos”, concluyó Miguel Martínez.

El padre y el hijo de los Martínez, oriundos de Jalisco, se dieron cuenta de que no llegaba ningún bombero a Patterson y que todos los vecinos estaban intentando hacer una línea de contención como Dios les daba a entender, de manera improvisada, pero el fuego seguía avanzando imparable.

Los feroces vientos en el otoño que se unen al cambio climático, las sequías y oleadas de calor con temperaturas históricas que llegaron a los 54.4°C y el descuido humano no han dado tregua.

“Simplemente no hemos visto nada parecido en muchos, muchos años”, dijo el Gobernador de California, Gavin Newsom.

Para los Martínez lo más importante era cuidar a los animales, su sostén de vida. A mediados de septiembre, las autoridades cortaron la electricidad y el rancho Los demonios apetralados, de su propiedad, se quedó si agua. Por lo que éstos tuvieron que salir a buscarla en pipas.

Policías de la Highway Patrol no los dejaban pasar de vuelta a los terrenos donde estaba el ganado y tuvieron que rodear por caminos improvisados para hidratar a los animales.

El condado mandó a un alguacil para que los escoltaran y les permitieran entrar tanto a ellos como a otros ganaderos de la región.

Mientras tanto, el fuego seguía avanzando por todas las montañas hasta que el jueves llegaron los bomberos. Hicieron una línea para provocar un fuego controlado; esto es, evitar el avance quemando maleza . Finalmente lograron contenerlo apenas unos metros antes de alcanzar el rancho de los Martínez.

Se quemaron 220 hectáreas de pastizales y árboles y algunas cercas; se salvaron 45 toros de reparo que fueron enviados a principios de octubre pasado a Oaxaca y Michoacán, donde el jaripeo no ha parado. A la meseta purépecha de Quinceo y Santa María Urapicho donde los pueblos se rigen por usos y costrumbres.

“Estuvimos muy cerca de descapitalizarnos”, reconoce Miguel Martínez quien en estos días se encuentra en Oaxaca para a promover una nueva línea de reparo con genética del toro americano para hacer crecer el negocio

No han tenido mejor suerte otras regiones atacadas por los dos mayores incendios (el Complejo de Relámpagos SCU y Complejo de Relámpagos LNU) como las bodegas en la afamada zona vitivinícola de Napa y Sonoma o algunas reservas naturales como el parque estatal Big Basin Redwoods que también ha sido arrasadas.

En los últimos días el incendio “Silverado Fire” en Irving obligó la evacuación de 60 mil personas y la agencia estatal Cal Fire dijo que más de 4 mil bomberos luchan aún contra 22 incendios forestales.

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