Human Post- it

02/03/2014 - 12:00 am

Los deberes son neuronas pegadas como Post-it, que cada cinco segundos aumenta su desfile de cosas por hacer. No hay tiempo, hay que deshacerse de los pendientes antes de que ellos nos desarmen en este juego llamado vida.

Post-it por aqui, Post-it por allá: trabajar, estudiar, leer, atender a los hijos,dormir, comprar la despensa, limpiar, surtir el alma de flores para recargar energías, apreciar lo efímero de lo maravilloso. Tratar de que la paranoia no carcoma los puntos decimales de la existencia.

Dedos imaginarios truenan por doquier asaltando de prisa a los Human Post-it, aquellos que ya no pueden hacer radiografías del ser y solo se dedican a despegar esos trozos de bond que hablan por el hombre más que los pensamientos, puesto que las encomiendas contemporáneas en calidad de urgentes son más prioritarias que llevar oxígeno al cuerpo.

Los Human Post-it pierden la noción de transformarse. Poco a poco su piel se vuelve de colores brillantes al grado de ignorarse frente al espejo y creerse los mismos de ayer.

Pobres víctimas del capitalismo del tiempo. Todo sabe y huele a nada, salvo cumplir hasta asesinar todas las diligencias.

Que cuadro más dinámico.  Una ciudad en movimiento representa a los human en medio del tráfico en hora pico por una avenida principal que solicita vías alternas para esquivar lo saturado y escapar hacia el bien más solicitado: tranquilidad.

Que los Post-it no nos devoren como los fantasmas pretenden hacerlo con el arcade Pac-Man. Sigamos tratando de arrancar esas notas, al comer esos puntos pequeños llamados deberes.

Porque somos totalmente Human Post-it.

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