México

La duda sobre el triunfo del PRI parte a sus socios, Panal y PVEM, en los estados, afirman analistas

02/03/2018 - 5:30 pm

José Antonio Meade, candidato de la coalición “Todos por México”, se mantiene en el tercer lugar de las preferencias para la Presidencia de México. Actualmente libra una batalla feroz en contra de Ricardo Anaya, quien es el segundo lugar en los sondeos.

No sólo ese frente está en pugna, a nivel estados y municipios, sus aliados PVEM y Panal se bajan de las uniones que mantienen con el tricolor y coquetean con la oposición. Ambos partidos fueron necesarios en las pasadas elecciones para que el partido fundado por Plutarco Elías Calles conservara dos de sus bastiones: Coahuila y Estado de México.

Los politólogos sostienen que el tricolor ha demostrado que no puede garantizar el triunfo, y con ello negociar escaños para sus comparsas de antaño, que van en busca de otros institutos políticos que les garanticen puestos de elección popular.

Ciudad de México, 2 de marzo (SinEmbargo).-El Partido Revolucionario Institucional (PRI) libra dos guerras al mismo tiempo: una contra Ricardo Anaya Cortés, el candidato presidencial de la alianza “Por México al Frente” a quien le pelea el segundo lugar en la intención del voto, y la otra de carácter interno con sus aliados históricos en distintos estados del país que lo dejan solo en las elecciones locales, dijeron analistas políticos a SinEmbargo.

En este mes varias alianzas no han fructificado y no hay una versión local en todas las entidades de la coalición “Todos por México”, que postula a José Antonio Meade Kuribreña a la Presidencia de la República.

La coalición partidista a nivel federal está integrada, además del PRI, por los partidos Nueva Alianza (Panal), y Verde Ecologista de México (PVEM). Ambos partidos le resultaron indispensables en las elecciones de julio del año pasado, sin su apoyo no habría logrado conservar dos de sus bastiones: Coahuila y Estado de México, en los que ganó por un margen muy estrecho y entre acusaciones de elecciones de Estado.

El Verde tiene 308 mil 224 adherentes validados por el INE (0.35 por ciento del padrón electoral), y el Panal, 657 mil 864 validados (0.75 por ciento del padrón electoral).

La principal revuelta del Verde en contra del PRI proviene de Chiapas, su principal feudo. El 18 de febrero, los liderazgos a nivel local intentaron abandonar la alianza “Todos unidos por Chiapas” por desacuerdos en torno al abanderado a la gubernatura y anunció que iría con los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC).

Sin embargo, la dirigencia nacional del PVEM se impuso a través varios recursos que el Consejo General del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) de Chiapas consideró procedentes y determinó que la alianza partidista seguía vigente.

Con la nueva disposición del órgano electoral se enfrentarán en las urnas la coalición de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), PT y Partido Encuentro Social (PES) con Rutilio Escandón Cadenas como abanderado; la del PRI-PVEM, Panal con Roberto Albores; el PAN-PRD y MC no tienen candidato definido, y Jesús Orantes, el líder de la fundación “La Luz de los pobres” va por la vía independiente.

Desde principios de año, el PRI impulsó al Senador Roberto Albores Gleason como candidato para la gubernatura de la entidad, lo que llevó a que Eduardo Ramírez Aguilar –quien también aspira ser candidato– renunciara a la dirigencia del Verde en la entidad y 14 diputados locales renunciaran al partido para conformar una bancada independiente en el Congreso local.

Desde mediados del año pasado, el PVEM Chiapaneco coqueteaba con los partidos del Frente y ponía en duda continuar el matrimonio a conveniencia que mantiene desde hace años con el PRI. Incluso se hizo público que Carlos Puente Salas, dirigente nacional del partido, podría haber sido su abanderado a la Presidencia de la República.

Los líderes del PRI y PVEM en la defensa del triunfo de Miguel Riquelme en Coahuila. Foto: Isaac Esquivel, Cuartoscuro

Y en la Ciudad de México, en donde la alianza con el Verde avanzaba sin problemas, la fuerza política está en proceso de revisión de su participación en la coalición que abandera a Mikel Arriola Peñalosa, luego de que a principios de febrero la dirigencia local del partido del tucán anunciara que buscaría ir con Patricia Olamendi.

“Las alianzas para el PRI tienen una connotación muy fuerte. El PRI aprendió que para ganar la Presidencia era necesario estas coaliciones. El mensaje que están dando los otros partidos pequeños es de desbandada, porque asumen que no ganará el PRI y no les asegura puestos, porque las alianzas se basan en arreglos políticos de qué ofrece el partido más fuerte, en este caso el PRI. La lectura es que ya no está dando la seguridad a estos otros partidos para que permanezcan con él en la coalición”, dijo Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México.

Hoy, la dirigencia nacional Verde informó que no ira con el Tricolor en Puebla, como tampoco lo hará en Tabasco, Guanajuato y Jalisco.

El dirigente nacional dijo que “no hay pleito” con el PRI sino que la alianza con el tricolor para apoyar a José Antonio Meade es a nivel nacional. A nivel local, señaló, hay situaciones específicas, según se lee en un comunicado.

La alianza en Oaxaca y Sinaloa, en donde los liderazgos locales han dicho que podría romperse, se mantiene en vilo.

EL PANAL AGITADO 

El partido de los trabajadores de la educación rompió la coalición en Hidalgo, Morelos, Estado de México y Puebla. En medio de este conflicto se coló el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), quien disputa el apoyo del gremio magisterial, pese a que la dirigencia de Juan Díaz de la Torre apoya al candidato del PRI.

En el Estado de México tanto el PVEM y el Panal irán por su cuenta en la renovación de las 125 presidencias municipales y en 30 de los 45 distritos locales para el Congreso mexiquense, pues la coalición sólo se concretó en 15 distritos.

El Panal no va con el PRI en ninguna de las nueve elecciones para cambio de Gobernador y su apoyo es sólo para el candidato presidencial y en algunos distritos y municipios del país. La semana pasada Nueva Alianza rompió la coalición con el PRI para postular candidato a la gubernatura en Morelos –el único estado en donde se había concretado la alianza para postular candidato a ese cargo– argumentando que el tricolor está dividido en la entidad, además de que la dirigencia nacional priista no respetó los acuerdos locales.

El Panal rompió la alianza con el tricolor en Hidalgo y con el Verde para postular candidaturas para el congreso local en seis de los 18 distritos electorales. El argumento que dio Juan José Luna Mejía, presidente del Comité de Dirección de la entidad, es que el acuerdo no se dio por la falta de conveniencia para el Panal en el reparto de las candidaturas.

Juan Luis Hernández Avendaño, politólogo y director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Campus Puebla, explicó el PRI durante el sexenio de Rafael Moreno Valle cogobernó con el PAN y el resultado es un partido desdibujado que abandera por su cuenta a un candidato a la gubernatura en el actual proceso electoral.

“Rafael Moreno Valle subordinó al PRI, al Panal, al PRD y a los partidos pequeños. El PRI cogobernó con el PAN, ese es uno de los fenómenos más interesantes que se dieron en Puebla. El morenovallismo vació de contenido a los partidos. Puebla es uno de los estados en donde mayor movimiento de chapulines hay. Moreno Valle representa un priismo-panismo”, explicó.

Juan Díaz de la Torre, dirigente del SNTE, y Aurelio Nuño Mayer, hoy coordinador de la campaña de José Antonio Meade. Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro

El analista político agregó que el PRI poblano terminará siendo “un partido periférico como en la Ciudad de México”, que en la entidad no se logra diferenciar del morenovallismo y carece de estructura territorial.

“Los partidos que van en alianza a nivel nacional con el PRI, son partidos que aquí en Puebla no aparecen como quien disputará el poder al morenovallismo. El que lo disputará será Morena [Movimiento Regeneración Nacional]”, indicó.

Juan Luis Hernández precisó que Moreno Valle operará de manera diferenciada en la elección de este año como lo hizo en 2012: a nivel federal apoyará a José Antonio Meade y en la entidad a su esposa Martha Erika Alonso.

“En Puebla se advierte que han dejado claramente la contienda para que la compitan la alianza del PAN contra Morena. Se ha dicho que la candidatura del PRI está negociada para que no sea competitiva”, apuntó.

Nicolás Loza Otero, Profesor e investigador de tiempo completo en Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), opinó que las alianzas fallidas no perjudicarán la votación por José Antonio Meade, pues la falta de acuerdos en los estados entre el PRI y sus aliados PVEM y Panal tiene que ver con que la elección de este año es concurrente en gubernaturas, presidencias municipales, congresos locales, el Congreso de la Unión y la Presidencia de la República.

La elección presidencial, dijo, ha jalado al resto con fuerza, pues en entidades en donde el PRI dominaba, por el débil arrastre de la figura de Meade se está cayendo. Lo mismo sucede en el caso de Morena, pero de manera inversa: en entidades en donde el partido o la izquierda no eran mayoría, la presencia de Andrés Manuel López Obrador, candidato de la alianza “Juntos Haremos historia”, está posicionando al partido y a sus candidatos.

“Hay estados donde el PRI ha tenido intenciones del voto buenas y en este momento las tiene más baja, porque la explicación puede ser que la campaña de Mede no solamente no ha mejorado, sino que ha ido bajando. El principal problema de esas alianzas no logradas a nivel estatal es que afectará a nivel local”, explicó.

A la par de la problemática con sus aliados, el PRI también tiene que sobrellevar problemas internos. El 26 de febrero el ex Gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz Ortiz y José Adolfo Murat Macías enviaron una carta a José Antonio Meade para reclamarle el reparto de candidaturas a personajes cuestionables.

En la carta además le solicitan el cambio urgente de la dirigencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y de la Fundación Colosio.

“Se socializa la posible postulación a candidaturas de personajes que participaron en estafas maestras o que dañaron irresponsablemente nuestros arrecifes, a quienes cargan con la responsabilidad de casos como el Paso Express o a los señalados por el escándalo de los desvíos de dineros de Chihuahua […]. Se rumora en los pasillos que en varios estados donde el PRI gobierna se están dando inaceptables presiones de sus gobernadores que exigen posiciones pensando en proyectos sucesorios o que sólo favorecen a sus propios grupos o peor aún confabulando para quedarse con lo que quede del PRI si se pierde la elección”, dice la misiva.

LA OTRA GUERRA

La otra batalla del PRI que ven los politólogos es la del PRI y Meade por lograr subirse al segundo lugar en las preferencias electorales y desbancar a Ricardo Anaya Cortés, el candidato frentista.

La última encuesta de periódico Reforma publicada el 15 de febrero coloca al candidato de Morena Andrés Manuel López Obrador con el 33 por ciento las preferencias del electorado. Le sigue Ricardo Anaya Cortés con 25 por ciento. En un lejano tercer lugar se ubica el candidato priista Meade Kuribreña con 14 por ciento de los votos.

Los resultados de las encuestas indican que mientras Ricardo Anaya ganó algunos puntos, el abanderado del PRI no lograba repuntar.

El promedio de encuestas de Bloomberg, dado a conocer esta semana, indica que José Antonio Meade tuvo su peor caída entre el 11 y 12 de febrero, con 19.30 por ciento de la intención del voto, mientras que Andrés Manuel López Obrador alcanzó su segundo máximo desde diciembre pasado con 40.30 por ciento y Ricardo Anaya se mantuvo en el segundo lugar con 31.40 por ciento.

El resultado dado a conocer es hasta el 12 de febrero y no consignó la cargada de la Procuraduría General de la República (PGR) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) en contra del panista Ricardo Anaya.

Sin embargo, reconoce la intención del PRI por levantar la candidatura de Meade: “Con la ayuda de la Procuraduría General de la República, el partido gobernante [PRI] y su candidato José Antonio Meade no se guardan ningún golpe en su intento por cerrar la brecha frente a Ricardo Anaya, el candidato de la alianza encabezada por el Partido Acción Nacional actualmente ubicado en el segundo lugar en las preferencias electorales”, dice el Barómetro de Bloomberg.

Meade y Anaya, la lucha por el segundo lugar en los sondeos presidenciales. Foto: Cuartoscuro

Desde el 20 de febrero, Ricardo Anaya se ha visto envuelto en un escándalo de presunto lavado de dinero por una propiedad en Querétaro. La PGR abrió una investigación en contra de Manuel Barreiro Castañeada, quien habría operado el esquema internacional de blanqueo de recursos, y el equipo de Meade Kuribreña se lanzó a la cacería del candidato de “Por México al Frente”.

Ricardo Anaya explicó en un video hace tres días que es objeto de una guerra sucia del PRI, como parte de una estrategia para levantar la campaña de su candidato presidencial José Antonio Meade.

“En los últimos días se han ducho muchas mentiras en mi contra. Es el PRI que ha utilizado a la PGR para hacer toda esta guerra sucia; lo han hecho porque van perdiendo y están completamente desesperados en un lejano tercer lugar, ya no saben cómo levantar la campaña en ruinas de su candidato José Antonio Meade. Lo que quieren es engañar a la gente”, dijo Anaya Cortés en un video publicado a través de su cuenta de Twitter para explicar el proceso de compra-venta de la nave industrial y el origen de los recursos para construirla.

Nicolás Loza explicó que la intención del Meade Kuribreña es “evitar que siga el crecimiento de Anaya , de ser posible sacarlo de la contienda”, a través de utilizar a las instituciones de procuración de justicia.

“Me parece que hay una parte de normalidad democrática en ese hecho y otra parte tiene que ver con la perversión del sistema político mexicano, donde el partido del Gobierno utiliza alas instituciones de procuración de justicia en estas cacerías”, dijo.

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