REDES: CIUDADANOS SE ABREN ESPACIOS A GOLPES

02/08/2013 - 12:00 am
Manuelito, el niño que sufrió abuso de autoridad por parte de un funcionario de Tabasco. Foto: Especial
Manuelito, el niño que sufrió abuso de autoridad por parte de un funcionario de Tabasco. Foto: Especial

Ciudad de México, 2 de agosto (SinEmbargo).– Un video difundido a través de las redes sociales y retomado por los medios de comunicación masiva tradicionales donde aparece un niño llorando porque un funcionario público lo obliga a arrojar de su canasta los dulces que vende, no solo evidenció el abuso de autoridad de un inspector de la Zona Luz de Villahermosa, Tabasco: puso en jaque a las autoridades municipales y estatales en cuestión de horas.

La imagen de la humillación a Feliciano “Manuelito”, un niño tzotzil de 10 años, fue poderosa y logró que el Alcalde de Villahermosa y miembros de su gabinete se reunieran urgentemente para decidir el cese inmediato del supervisor Juan Diego López Jiménez y solicitar a la Procuraduría General de Justicia de Tabasco su colaboración para dar seguimiento al caso.

En solo dos días, varias instancias de gobierno entraron en acción: DIF Tabasco, la Procuraduría de Justicia y la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tabasco y la CNDH.

Y todo, gracias a la presión de las redes sociales.

En un país sin referéndum, sin revocación de mandato e incluso sin candidaturas ciudadanas, la sociedad civil ha encontrado en Internet una manera de hacerse sentir. Lo particular del caso mexicano, a decir de los expertos, es que los políticos hayan preferido el duro golpeteo de las redes sociales en lugar de abrir otros caminos a los ciudadanos. Algo que no pasa en otros países, principalmente en los occidentales, donde los mecanismos ciudadanos son más puntuales.

Apenas el miércoles pasado, en la página de internet www.reformapoliticaya.mx, activistas echaron a andar un enorme reloj digital que lleva la cuenta regresiva del tiempo legal que el Congreso de la Unión tiene disponible para reglamentar las candidaturas independientes, la consulta popular y la iniciativa de ley ciudadana. Esta vieja petición se pudre en los archiveros de los legisladores. El plazo vence el 8 de agosto del 2013.

“Nosotros tenemos un monitoreo diario de las redes y los medios para detectar presuntas violaciones a los derechos humanos y lo que levantó este caso es algo muy singular”, dijo Sergio Miguel León, vocero de la Comisión de Derechos Humanos tabasqueña.

Agregó que nunca hubo un caso similar al del pequeño vendedor ambulante, donde las autoridades respondieran y resolvieran el caso en tan poco tiempo gracias a la presión de las redes sociales y de la prensa.

De hecho, la situación de los niños vendedores en las calles de Villahermosa no era nueva para el gobierno municipal y estatal, pues dos años antes de lo que ocurrió a Manuelito, la Comisión realizó un estudio sobre los pequeños que venden dulces y cigarros en el centro de la ciudad.

“Nosotros le entregamos al DIF un estudio sobre los niños en condición de calle, ahí pusimos énfasis en los que venden y que vienen de diferentes pueblos de la Chiapas”, dijo.

Pero el documento solo se quedó en el escritorio de algún funcionario, como ocurre con el 50% de las recomendaciones que la Comisión emite en la entidad.

Sergio León dijo que la autoridad que se lleva la mayor parte de las recomendaciones es precisamente el sistema de procuración de justicia de Tabasco, de las cuales solo acepta 50 por ciento.

“Tenemos tres rubros como los principales focos: el sector de justicia, educativo y de salud y todos andan igual, con un rechazo de 50% de los casos”, detalló.

Sin embargo, el niño vendedor ni siquiera requirió de una recomendación de la Comisión para que se le hiciera justicia.

EL CASO DE ÁNGEL DE MARÍA

Foto: Notimex
Ángel de María en conferencia de prensa, después de ser liberada. Foto: Notimex

Lo mismo sucedió una semana antes al caso del pequeño vendedor de dulces, cuando una joven maestra veracruzana fue acusada de traficar con 10 kilogramos de cocaína en el Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM).

Cuando Ángel de María Soto Zárate salió libre, después de permanecer cuatro días en el penal de máxima seguridad de Nayarit acusada de narcotráfico, dijo en una conferencia de prensa en Xalapa, Veracruz que su libertad fue “un milagro divino a través de las redes sociales”.

La maestra de 23 años, una joven profundamente religiosa, contestó así a la prensa que la cuestionó sobre si consideraba que en su caso obró un milagro.

La detención de la joven en AICM acaparó la atención de los medios de comunicación, luego de que sus amigos en Xalapa se movilizaran a través de la red social Facebook y de que el hashtag #liberÁDMe se volviera Trending Topic en Twitter la madrugada del lunes 15 de julio.

En cuestión de horas los medios nacionales retomaron el caso de Ángel de María, mientras que miles de seguidores se sumaban a la cuenta de Facebook.

El impacto fue tal, que el miércoles 18 de julio, dos días después de su encarcelamiento, el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, anunció la libertad de la muchacha en una entrevista con Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula.

 TRENDING TOPIC NO ES SUFICIENTE

Sin embargo a pesar de que las redes sociales son un ingrediente fundamental para que casos como el de Ángel de María, Manuelito e incluso el de Lady Profeco –que concluyó en la destitución del Procurador de la Procuraduría Federal del Consumidor–, tenga eco en las autoridades del país, por si solas aún son insuficientes para lograr un impacto de esta magnitud.

José Antonio Sosa Plata, consultor en Comunicación Política y Coordinador del Diplomado en Redes Sociales 2.0 en la Universidad Iberoamericana (UIA), explicó que es a través del binomio redes sociales- medios de comunicación donde se ejerce una presión tal, que resulta insoportable.

“Es lo que facilita la respuesta de la autoridad, porque le siguen temiendo más a los liderazgos de los medios tradicionales que a las redes sociales. Por eso hay muchos asuntos que se pierden en los días. Cuando el tema llega a Trendig Topic la presión crece, pero cuando pasa al medio masivo, la presión es insoportable. Lo que estamos viendo son ejemplos que se podrían convertir en una tendencia en unos dos años”, dijo.

El especialista detalló que para que un tema impulsado a través de las redes sea exitoso, debe contener características muy concretas, como la evidencia; entre más fuerte sea (un video, fotografías, grabaciones, documentos) mayor será la respuesta y en menor tiempo.

“Para llamar la atención uno debe tener una fuerza sustentada en la evidencia. Si hay evidencia y la autoridad no responde, la que pierde es la autoridad”, dijo.

Sosa Plata agregó que existen otros ingredientes para que un caso tome las dimensiones del niño de Tabasco o de la maestra veracruzana.

Uno de ellos es la capacidad de los interesados en el tema de moverlo a través de diferentes redes sociales, la organización y el manejo emocional que se le imprima.

“Por qué el caso de Ángel María tuvo fuerza, porque parecía una injusticia por lo que decían de ella sus amigos, las fotos. Todo la hizo parecer como una víctima. El caso del niño verlo llorando, a las autoridades que lo hacen tirar sus dulces, tiene una carga emocional muy intensa, esto facilita la proliferación en las redes y facilita el acceso al medio de comunicación masiva”, explicó.

El especialista indicó que existen en la redes sociales casos, aún más dramáticos que los que se conocen, pero si la fuerza necesaria para crecer.

“Tienen que darse todos estos elementos y si sucede, se puede tirar a un funcionario, si no existe, puede haber casos más injustos y dramáticos en las redes y que no tienen esta respuesta porque no configuran una presión suficiente para que la autoridad responda. Esto también le pasa a medios importantes que traen su agenda propia y sacan temas muy grandes, pero que ningún otro medio retoma”, dijo.

Fernando Gutiérrez, director del Departamento de Comunicación del Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México, no coincidió con Sosa Plata en cuanto a que el fenómeno que ocurre actualmente con estos casos, aún no es una tendencia.

“Es una tenencia, finalmente las organizaciones y las personas comienzan a reaccionar ante lo que se presenta en estos nuevos espacios, pasó de ser desapercibido a ser algo determinante. Hay un trabajo proactivo, una vigilancia del entorno digital. Ya se encontró que es un canal muy efectivo, la gente lo está utilizando para denunciar y creo que solo vemos algunos ejemplos y seguiremos viendo cada vez más”, dijo.

Para el investigador del ITESM el caso de Manuelito en Tabasco, es un ejemplo claro de la relación entre los medios masivos tradicionales y las redes sociales para conseguir justicia.

“A los gobiernos les importa lo que está sucediendo, saben que si lo dejan de pasar la presión será mayor, que afecta la reputación de una ciudad, un estado, entonces no quieren que el tema siga escalando y los afecte más”.

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