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Redacción/SinEmbargo

02/11/2018 - 7:05 am

El pueblo manda / ¿Democracia participativa… o autoritarismo? / El agua y la urgencia

Algunos consideran que la consulta hecha por el equipo de Andrés Manuel López Obrador fue un tanto innecesaria, especialmente al considerar que la decisión de cancelar la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de México pudo haber sido tomada por el Presidente electo sin necesidad de preguntar a los mexicanos. La forma en la que el tabasqueño ha manejado este tema resulta más importante que el anuncio en si, especialmente por la impresión de autoritarismo que deja.

El pueblo manda
Algunos consideran que la consulta hecha por el equipo de Andrés Manuel López Obrador fue un tanto innecesaria, especialmente al considerar que la decisión de cancelar la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de México pudo haber sido tomada por el Presidente electo sin necesidad de preguntar a los mexicanos. La forma en la que el tabasqueño ha manejado este tema resulta más importante que el anuncio en si, especialmente por la impresión de autoritarismo que deja. En el Reforma, el analista y periodista Sergio Sarmiento, escribe que: “el Presidente electo no tenía por qué inventar una falsa consulta popular. La construcción del aeropuerto de Texcoco empezó por una orden del Ejecutivo y puede detenerse por una orden similar […] una de las características de los gobernantes populistas es que ‘afirman que tienen una conexión carismática directa con ‘el pueblo’… No les gustan las instituciones y buscan debilitar los equilibrios que limitan el poder personal de un líder en la democracia liberal moderna”, según apunta Francis Fukuyama (Identity: The Demand for Dignity and the Politics of Resentment). Fukuyama se refería a Donald Trump, pero los populistas de todo el mundo actúan igual, al margen de las instituciones democráticas […] Cuando los populistas enfrentan problemas no los resuelven en los tribunales, negocian personalmente con los afectados. Trump amenaza a las empresas que toman medidas con las que no está de acuerdo, como las que mudan plantas a México, y alaba a las que lo obedecen. López Obrador acusa de corrupción a las compañías que han participado en la construcción del aeropuerto de Texcoco, pero se reúne con sus directivos para tranquilizarlos, como Alberto Pérez Jácome de Hermes y Guadalupe Phillips de ICA. Al igual que los ejecutivos de las firmas estadounidenses con los que Trump se sienta a hablar, los mexicanos se ven obligados a expresar públicamente su apoyo al ‘Señor Presidente’ […] Los contratos cancelados, sin embargo, deben compensarse en los términos del propio contrato, como en el caso del tren interurbano de Querétaro. Si bien el nuevo Presidente tiene la facultad de cancelar la construcción del aeropuerto, no puede compensar las pérdidas otorgando contratos de manera discrecional. Lo que se construya en Santa Lucía tendrá que ser licitado, porque así lo ordena la ley. Los gobernantes populistas afirman que son necesariamente buenos y sus enemigos serán siempre perversos. Trump lo reitera en cada tweet y en cada discurso. López Obrador, también, afirma que los gobernantes anteriores no ‘tienen llenadera’, pero él, con su ejemplo de hombre honesto, hará que la corrupción desaparezca […] La cancelación del aeropuerto es importante, pero la forma lo ha sido más. El Presidente electo nos está diciendo cómo va a gobernar. Y no es precisamente que el pueblo vaya a mandar”.

¿Democracia participativa… o autoritarismo?
En El Universal, el periodista Óscar Mario Beteta, considera que las actitudes y estilos para gobernar del próximo Presidente han empezado a salir a la luz, sin embargo, es preocupante apreciar que sus maneras se ajustan más al autoritarismo que a una democracia: “los rasgos más importantes del estilo de gobernar del próximo presidente de la República, están a la vista. Son evidentes y patentes. Y son preocupantes. Si los mantiene o los radicaliza, es una incógnita. En el centro de sus improntas para ejercer el poder está su decisión de cancelar lo que sería la nueva terminal aérea de Texcoco, lo cual ha generado todo tipo de reacciones en un contexto de rechazo. La consulta que se llevó a cabo para tomar parecer a la ciudadanía sobre ese tema está completamente alejada de cualquier expresión democrática. Se ajusta, por el contrario, a una de sus antítesis, que es el autoritarismo […] Teóricamente, el autoritarismo es el mando ejercido sin límites por una sola persona. Repudia toda observación y opinión. Suele aplastarlas para imponer su arbitrio. El autoritarismo es limítrofe con el totalitarismo, en que la comunidad toda es sometida a todo control y subordinación. Su peor expresión es la tiranía. Si López Obrador no se percata de que como próximo presidente está obligado a buscar el medio virtuoso en todo momento de su actuación, irá perdiendo el capital político que depositaron en sus manos 30 millones de personas. Y como no tiene contrapeso político que lo detenga o lo modere, su descomunal reto personal es contenerse a sí mismo con espíritu despótico. Sólo sobre esa base podrá cristalizar la transformación que ofreció. En la desconfianza de sí mismo que todo gobernante debe tener por las muchas tentaciones que ofrece el poder, podría alentar la iniciativa que establezca legalmente la revocación del mandato. Él mismo la ha sugerido. Con ello, se obligaría a sí mismo y por ley, a evitar los excesos que ha exhibido en el interregno de su triunfo y su asunción. Porque su mandato, pudiendo ser considerablemente benéfico, podría devenir tan pernicioso como doloroso, lo que, muy probablemente… la sociedad no consentiría”.

El agua y la urgencia
En Milenio, el periodista Carlos Puig, habla acerca del actual corte de agua que afecta al Valle de México y de la posibilidad que enfrentamos los capitalinos de quedarnos en una ciudad sin agua, posibilidad que cada vez se ve mas cercana: “al momento que escribo, el corte de agua en CdMx ha causado más miedo que escasez, pero todo apunta a que el fin de semana será complicado. Y más complicado será el futuro si no hacemos algo con urgencia […] El Valle de México tiene una disponibilidad de agua de 160 metros cúbicos por habitante por año; una de las más bajas del mundo. La ciudad se abastece de tres maneras: el acuífero del Valle de México: casi 450 pozos, más los sistemas Barrientos, Chiconautla y La Caldera; el sistema de pozos del Valle de Lerma y las siete presas del Cutzamala. El mayor proveedor es el acuífero, uno de los de mayor extensión del país pero también con la mayor sobreexplotación a escala nacional; es decir, que desde hace mucho tiempo la extracción supera el volumen de recarga. El sistema de aguas, 26 mil kilómetros de tuberías (mitad de potable, mitad de drenaje), además de plantas de bombeo, potabilizadoras, cloradoras, tanques, etcétera, es uno de los más complejos del mundo y de los únicos aún no integrados; es decir, un sistema moderno que permita conocer la situación en tiempo real de presiones, flujos, niveles y automatización para arrancar o parar equipos con base en parámetros predefinidos. Un cálculo de hace dos años dice que del agua que CdMx recibe —que sería suficiente—, 41 por ciento se pierde en fugas en redes y casas, sumado a pésimos hábitos de consumo, y casi 20 por ciento de los habitantes de la ciudad recibe agua cada tercer día o menos. La infraestructura envejece y las inversiones necesarias son enormes”.

Se buscan 100 mil millones de pesos desaparecidos “en la robadera…”
En el Excélsior, el periodista especializado en temas parlamentarios, Francisco Garfías, escribe que: “hablamos con Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara baja, sobre el rechazo del pleno de los diputados a la Cuenta Pública 2016. El hecho equivale a un voto de censura al gobierno de Enrique Peña, pero no tiene consecuencias, más allá del ruido mediático. A Vicente Fox le reprobaron las cuentas de 2002 y 2003 y nunca pasó nada. ‘Estamos esperando explicaciones sobre el destino de más de 100 mil millones de pesos. Son observaciones de la Auditoría Superior de la Federación de que no se han solventado’, nos dijo el legislador de Morena. En esos 100 mil millones entra la Estafa Maestra, los moches. ‘Una robadera que se hizo’, ilustra el legislador, alguna vez líder de El Barzón, una aguerrida organización de deudores, principalmente del campo. Ramírez Cuéllar, además, nos adelanta que el Presupuesto de Egresos 2019 va a ser reconfigurado […] Y remata convencido: ‘El de Andrés Manuel López Obrador será el sexenio de la inversión productiva, de la reconstrucción de un estado de bienestar’. ¿Usted le cree?”.

Pensiones presidenciales difuntas
En La Jornada, el periodista Julio Hernández López, escribe que: “las pensiones ilegales que se adjudicaron durante décadas algunos de quienes pasaron por Los Pinos recibieron la noche de este miércoles su virtual certificado de defunción. La decisión había sido tomada desde septiembre pasado por el nuevo Poder Legislativo federal, con absoluta mayoría de Morena y sus aliados, al aprobar la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos. Pero Enrique Peña Nieto prefirió abstenerse de ordenar la publicación de tal decreto legislativo en el Diario Oficial de la Federación, por lo cual, cumplido el plazo constitucional para que el actual ocupante de la casa presidencial cumpliera ese trámite, el presidente de la mesa directiva del Senado, Martí Batres Guadarrama, ordenó de manera oficial, y con legitimidad jurídica, que tal protocolo sea cumplido. La cancelación de esas pensiones presidenciales fue una de las propuestas más celebradas en los actos de campaña del ahora presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. Para muchos mexicanos resulta inadmisible que el Estado deba mantener a personajes que incumplieron sus obligaciones constitucionales, hundieron el país y tienen sobrados recursos propios para sus gastos cotidianos. Más que pagarles, se les debería cobrar, se dijo más de una vez en esos actos electorales. Conforme al decreto legislativo en mención, Peña Nieto será el primer egresado de Los Pinos en ser privado de los beneficios que estableció de manera ilegal Luis Echeverría Álvarez (quien presidió el país de 1970 a 1976) y luego fueron sostenidos y mejorados por los siguientes ocupantes de la silla presidencial. Echeverría emitió un acuerdo, el 7637, para disponer de por vida, y bajo las órdenes directas de cada ex presidente, de miembros del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada de México, además de una pensión también vitalicia, con personal administrativo y de apoyo y con los viáticos y gastos que correspondan […] Sin embargo, tan orondos ex usuarios de la banda presidencial se niegan a reconocer el daño que han hecho a la economía nacional. Uno de ellos es Felipe Calderón Hinojosa, quien aprovechó la última tarde como ocupante espurio de Los Pinos para reformar el Reglamento del Estado Mayor Presidencial y aumentar hasta 400 el número de elementos disponibles para la vigilancia de él, su familia directa y ampliada y ciertos ex colaboradores por él designados”.

El color de los taxis, pobre legado
En Milenio, el periodista Joaquín López Dóriga, escribe que: “¡caracho! que exclamaría el gran Gil Gamés en estas páginas, ayer, como todos los días de mi vida desperté con el dilema eterno: ¿De qué voy a escribir hoy…? Y pasé lista de los temas. El aeropuerto, leído; la encuesta, también; la designación del asociado de Rioboó para la construcción de Santa Lucía, ¡bueno!; de la caravana migrante, no se diga; del florero y adorno de AMLO y de quién gobierna, ya. Estaba en ese dilema Gamesiano sin su escocés, era jueves, cuando alguien mencionó el color de los taxis, y dije ¡va! Siempre me ha llamado la atención ese sello de los gobernantes de Ciudad de México. Recuerdo, de niño, que los taxis eran de tres colores, todos de techo blanco, sin albur: amarillos, rojos y rosas los de sitio. Luego las cotorras, amarillos de la mitad hacia arriba y verdes de la mitad hacia abajo, con una franja negra y unas ondas blancas […] Andrés Manuel López Obrador (2000-05) no le dio mucha importancia pero Marcelo Ebrard (2006-12) pintó los taxis más feos del mundo, unos Tsurus de techo dorado, guinda de la mitad hacia abajo y una franja de círculos blancos cada uno con un Ángel de la Independencia. Los de Miguel Mancera (2012-18) fueron blanco y rosa. Ahora, la gente de Claudia Sheinbaum dice que también los va a repintar. Y yo me pregunto ¿Por qué no los dejan del mismo color, como los amarillos de Nueva York, los amarillos y negros de Buenos Aires o los blancos de Madrid…? ¿Por qué quieren dejar su sello ahí? Me parece muy pobre legado de gobierno el color de los taxis. ¡Caracho…! que diría Gamés”.

¿Estamos en el ojo del huracán?
En el Excélsior, su director, el periodista Pascal Beltrán del Río, escribe que: “el miércoles, en un video, Andrés Manuel López Obrador sostuvo que la tormenta financiera que produjo su anuncio sobre la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México había amainado. Tiene razón en cuanto a que lo peor de los vientos que se sintieron lunes y martes –luego de la conferencia de prensa en la que dijo que su gobierno liquidará los contratos en Texcoco y construirá una terminal áerea en Santa Lucía– ya no aparecen en el radar […] dicha calma podría significar el paso del ojo del huracán si López Obrador y su equipo no sacan lecciones de lo sucedido e insisten en tomar decisiones sin considerar a los mercados. Nos guste o no, éstos son capaces de generar o destruir valor en minutos. Sus movimientos bruscos no tienen que ver –como parece creer él– con las malévolas intenciones de alguien que quiere perjudicar a la Cuarta Transformación, sino que los inversionistas, en su búsqueda de ganancias, suelen tener aversión al riesgo. Y riesgo es lo que han olido en algunos de los anuncios del próximo gobierno, como que quiere dejar de exportar petróleo o tirar a la basura el multimillonario proyecto de Texcoco. La próxima prueba que tendrá el equipo de López Obrador para recuperar la confianza de los mercados o terminarlos de alterar está a la vuelta de la esquina. Me refiero a la presentación del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019 […] no quedará sino esperar a que quienes están elaborando el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación cuadren los números para cumplir con lo ofrecido en campaña: las promesas de gasto e inversión, pero también el no elevar impuestos y no incurrir en mayor deuda […] Si el próximo gobierno pretende, además, incluir en el Presupuesto de Egresos recursos para remodelar los aeropuertos de Toluca y la Ciudad de México y construir el de Santa Lucía, así como para el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas –nada de lo cual tiene por ahora un programa de inversión, requerido por la ley, para ser incluido en el PEF–, habría que saber de dónde pretende recortar. En todo caso, los mercados estarán vigilantes de que las sumas estén bien hechas y no anticipen algún manejo irresponsable del gasto. De lo contrario, la calma actual podría ser la que se siente en el ojo del huracán”.

Militarizar México
En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “el Presidente electo confirmó que la próxima semana presentará su plan para la seguridad pública. Y desde ahora se puede adelantar que Andrés Manuel López Obrador va a militarizar el país. Suena fuerte, pero es la realidad cuando se le ponen números a lo dicho por el tabasqueño en el sentido de que dividirá a México en 265 regiones (no se fijen en que el número es sospechosamente parecido a los 300 distritos electorales). De acuerdo con la criminalidad de cada región, se les asignará un número de efectivos civiles y militares (Policía Federal, Policía Militar y Policía Naval): las de baja tendrán 300 elementos; las de mediana, 400, y las de alta, 600. Según el propio Andrés Manuel López Obrador, más de la mitad son de ‘alta criminalidad’. Así que, si Pitágoras no miente, al menos 133 regiones tendrán 600 elementos de las fuerzas federales, cada una, lo que significa que sólo en ellas serán desplegados 79 mil 800 elementos. En el resto del país habría un promedio de 350 elementos por región, para un total de 126 mil efectivos. Y las dos terceras partes de esa cifra -que serían los soldados y marinos- suman 84 mil militares en labores de seguridad pública. Y así López Obrador tendría en las calles, haciendo labores policiacas, a 30 mil elementos castrenses más… ¡que Enrique Peña Nieto! Y conste que no son especulaciones, sino las propias cifras del Presidente electo”.

¿AMLO descalificará a las calificadoras?
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “en su video del día de ayer —algo que por cierto se está convirtiendo en una tradición en redes— el presidente electo Andrés Manuel López Obrador mandó un mensaje entrelíneas a los mercados financieros. Nos hacen ver que Andrés Manuel López Obrador afirmó que el conservadurismo o ‘los neoliberales’ han seguido las instrucciones de organismos financieros internacionales para aplicar reformas estructurales, como la energética y la educativa, que para él, no han servido de nada. Esto viene a cuenta luego de la reacción negativa por parte de las calificadoras y mercados a la cancelación del aeropuerto en Texcoco. ¿Será que don Andrés descalificará a las calificadoras?”.

No más consultas… improvisadas
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “la mayoría de Morena en San Lázaro, encabezada por Mario Delgado, determinó, tras conversarlo con el Presidente electo, que no habrá otra consulta pública como la del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en la próxima administración. La bancada va por una reforma constitucional para convocar a una consulta anual, pero con todas las de ley, y vinculante sólo en caso de que la participación sea al menos de 40 por ciento de la lista nominal de electores.”

Sabe de lo que habla
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “al entregar el Premio Internacional Carlos Fuentes, Enrique Peña Nieto aseguró que en toda sociedad democrática debe garantizarse la libertad de expresión. Tras otorgar el galardón al escritor español Luis Goytisolo, Peña Nieto señaló que ambos autores son ejemplo de la riqueza intelectual que puede surgir en una sociedad que defiende la libertad de expresión. ‘Vivimos en una época en que la información y la posibilidad de opinar está al alcance de todos, las redes sociales han revolucionado la forma en que las personas se expresan’, precisó. De entre todo lo positivo que deja este gobierno está la abierta posibilidad de opinar. Si no lo cree, revise sus redes sociales”.

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