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Redacción/SinEmbargo

03/04/2019 - 6:37 am

El acoso real / Trabajadoras: el piloto y la tripulación

Las denuncias por acoso sexual en contra de mujeres carcecen a lo largo y ancho del país, y si bien el movimiento #MeToo ha servido como plataforma de de denuncia y visibilización en redes sociales, es necesario que el estado establezca mecanismos para actuar de manera efectiva para erradicar este problema por ello.

El acoso real
Las denuncias por acoso sexual en contra de mujeres carecen a lo largo y ancho del país, y si bien el movimiento #MeToo ha servido como plataforma de de denuncia y visibilización en redes sociales, es necesario que el estado establezca mecanismos para actuar de manera efectiva para erradicar este problema por ello en el Reforma, el analista y periodista Sergio Sarmiento, escribe que: “toda mujer tiene una historia de acoso, ninguna queda realmente exenta […]. Todos los días nos enteramos de historias de mujeres golpeadas, violadas y asesinadas. Lydia Cacho, quien ha escrito ampliamente sobre el tema y ha impulsado refugios para mujeres, escribe en Twitter: ‘He documentado miles de actos de violencia brutal a lo largo de 30 años de carrera. Todos los días seis mujeres son asesinadas en México por un hombre que quiere impedir que ejerzan sus libertades’. El acoso es muy serio, no se puede minimizar. Por eso mismo es importante combatirlo… pero combatir el acoso real y no la torpeza o la coquetería. ‘El acoso sexual es repugnante, pero no todas las denuncias que se hacen pueden considerarse acoso’, escribe Marta Lamas en Nexos. ‘El discurso del feminismo radical sobre el ‘acoso sexual’ ha generado prácticas injustas y ha erosionado el debido proceso’. Eliminar la presunción de inocencia, con el argumento de que toda acusación de una mujer es válida por el hecho de proceder de una mujer, o avalar las acusaciones falsas o exageradas, solo debilita el combate contra el acoso real. Las empresas y las instituciones deben establecer criterios y protocolos justos de actuación ante las acusaciones de acoso. Despedir a alguien porque se le acusa sin pruebas o con una historia con inconsistencias solo incentiva las acusaciones falsas y las venganzas. Una acusación de acoso es demasiado importante para aceptarla o rechazarla sin un análisis serio. Es indispensable conducir investigaciones profesionales, de preferencia con especialistas externos que no estén sometidos a las cadenas de mando de la institución. Debe impedirse cualquier acto de represalia contra quien presente la acusación, pero no se puede sancionar al acusado sin darle derecho de audiencia. En las redes sociales estamos viendo hoy verdaderos linchamientos. Hay que aprender a distinguir entre las acusaciones de acoso y las de simple interés sexual o amoroso […]. El lema #YoLesCreoAEllas no es más que la confesión de un ánimo de linchamiento. Al final, el éxito en esta lucha debe venir del castigo al acoso real, pero también del fortalecimiento de la confianza de las mujeres en sí mismas, eso que algunos llaman empoderamiento”.

El carácter anónimo de las denuncias del movimiento #MeToo es cuestionado en el Excélsior, el periodista Jorge Fernández Menéndez, escribe que: “la lucha contra la injusticia no puede estar teñida y basada en la intolerancia […]. Y eso se aplica tanto a la política y la religión como a las mejores causas sociales. El movimiento MeToo es una expresión imprescindible para comprender el mundo actual, para darle a la mujer el espacio y el lugar que merece en la sociedad, para luchar contra el acoso, la desigualdad y la violencia. Precisamente por eso no puede caer ni en la intolerancia ni en el fundamentalismo, porque, si no, se transformará en lo contrario de lo que busca promover. Ante el suicidio de Armando Vega Gil, si hay algo que me desconcertó profundamente fue la respuesta de quienes manejan ese sitio. El suicidio, escribieron, ‘fue un acto para difamar al movimiento. Él sabía que era culpable. Fue chantaje mediático. #MeToo’. Me parece una soberana tontería decir que alguien se suicida para difamar un movimiento, mucho más decir que fue un chantaje mediático. El músico, escritor, fotógrafo, un hombre que buena parte de su vida la dedicó a la literatura y a espectáculos para niños, que ha escrito libros en contra de la violencia contra las mujeres, estaba devastado por la denuncia […]. Las amigas que han construido MeToo en México han acertado en la necesidad imprescindible de la denuncia, pero se han equivocado en su implementación. El anonimato de la denuncia no es aceptable ni ante el acoso sexual ni ante la inquisición religiosa. Se entiende que ciertas denuncias no tengan un rostro y un nombre públicos por lo que eso pudiera ocasionar al denunciante, pero se debe verificar si la acusación es por lo menos verosímil […]. En MeToo de Estados Unidos, y en otros países, se han cometido excesos y errores, y también se publican denuncias anónimas, pero se sabe de dónde y de quién provienen. Una cosa es proclamar que ‘le creo a ella’ y otra no saber siquiera si ‘ella’ existe o si la denuncia tiene asidero con la realidad […]. Un acosador debe ser denunciado y juzgado, aunque sea en el tribunal de la opinión pública, pero debe haber una verificación de los hechos […]. Hoy, nuestro país vive en un ambiente de intolerancia y polarización que, de seguir avanzando, nos hará un daño social irreparable, con heridas que tardarán décadas en cerrar. Un suicidio no es ni un chantaje ni una difamación, de la misma forma que un periodista crítico no es un ‘fantoche, conservador, sabelotodo, hipócrita, doble cara’. El castigo desde el anonimato y sin la verificación de los hechos, sin siquiera poner a prueba la verosimilitud de los mismos o la identidad del denunciante, no es una salida. Es una trampa. La causa de la lucha contra violencia sobre las mujeres no debe caer en ella”.

Trabajadoras: el piloto y la tripulación
Desde hace varios años, las trabajadoras del hogar han emprendido una lucha por el reconocimiento de sus derechos laborales, pues durante años mantuvieron una relación laborar de abuso y normalización con sus empleadores. Ante ello en Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que: “después de muchos años de lucha, de muchos intentos fallidos, las trabajadoras del hogar han logrado un triunfo de magnitud, creo, todavía difícil de medir en el ámbito de la justicia laboral y muchos otros […]. Ahora, gracias a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a la voluntad del gobierno —IMSS y Secretaría del Trabajo— se ha iniciado el proceso: un programa piloto para ver cómo se puede comenzar a arreglar esta injusticia histórica pletórica en discriminación. Pero el camino será muy largo por lo arraigada que está en el país esta relación extraña, discriminadora, sexista, abusiva, implantada en buena parte de los hogares mexicanos entre los patrones y quienes trabajan en sus casas. Desde la decisión de la Corte he leído más argumentos en contra: que si ganarán menos, que si no les conviene a las trabajadoras, que si habrá menos empleo, en fin… legados de esta relación abusiva y normalizada. Después vino Roma y, […] provocó algunas conversaciones públicas llenas de condescendencia y cursilería, que tenían poco que ver con los derechos. Y estas conversaciones tenían sobre todo que ver, además, con trabajadoras en los grandes centros urbanos, modernos donde, a pesar de todo, las condiciones son muy diferentes a las de cientos de miles de trabajadoras en ciudades pequeñas y zonas rurales. Pienso en Chiapas, donde aún los empleadores se preguntan por qué han de pagar algo si les dan comida y habitación —sí, esto pasa—. Pienso en Guerrero, donde una red creada hace 17 años y una casa, solo una casa, les dio a las mujeres opciones para no agarrar el primer trabajo que les ofrecían en Chilpancingo por centavos, porque no tenían donde dormir en la ciudad. Pienso en la costumbre de que si las hacemos acompañarnos en las vacaciones, pues no pago tiempo extra, porque ya las llevé a pasear. Creo que el camino es largo, porque larga ha sido la injusticia, pues hay piloto, pero esto depende de la tripulación”.

En los programas sociales impulsados por el nuevo gobierno, también se contempla a las trabajadoras domésticas, por lo que en el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “a Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo, la transformación le queda a la medida. El programa Jóvenes Construyendo el Futuro suma ya 230 mil mexicanos en capacitación. El nombre del programa bien podría definirla, por ser la de menor edad en el gabinete, con 31 años, y tener a su cargo un proyecto con un presupuesto de 44 mil mdp. Además, ya se han registrado, aproximadamente, 48 mil centros de trabajo. De entre los elogios que Alcalde ha recibido, es que el programa, que aprovecha el talento de la juventud para fortalecer a las empresas, es pionero a nivel mundial. Y por si fuera poco, está tan involucrada con la incorporación de trabajadoras domésticas al IMSS, que planea hacerla obligatoria para 2020. Juventud y entrega, la fórmula del éxito”

Influencia presidencial
Por otro lado en el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “por algo existe la división de poderes, pero como desde Palacio Nacional no se alcanza a ver más allá de la banda presidencial, el Poder Judicial ya comenzó a doblar las manos. Y si no lo creen, pregúntenle a Ricardo Suro Esteves, Presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, quien convocó a los jueces del estado a una supuesta junta de trabajo en la que no se anduvo con rodeos: les ordenó no liberar a tantos delincuentes por minucias como violaciones al debido proceso. Inclusive el magistrado repitió las palabras de Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que los jueces no deben fijarse en ‘tecnicismos legales’. O lo que es lo mismo: ¡enciérrenlos en caliente! Falta ver si fue una alegre iniciativa de Suro Esteves… o si es otra de esas órdenes superiores que nunca nadie dio pero que todos en el Poder Judicial, desde el federal hasta los estatales, acatan a pie juntillas”.

Revocación de Mandato
La revocación de mandado podría llegar a constituir una enfermedad más que una cura, dice en el Excélsior, el periodista especializado en temas parlamentarios, Francisco Garfías, quien escribe que:”la revocación de mandato que se discute en el Senado acorta a la mitad el tiempo de gracia del gobernante electo y duplica las opciones de revancha de la oposición. Su efecto en la oposición es que mantiene viva sin tregua la llama electoral: reduce su espíritu de colaboración y multiplica el de confrontación […]. En un sistema de partidos como el mexicano, donde normalmente el partido en el poder es minoría frente al conjunto de la oposición, la elección intermedia, que normalmente pierden los gobiernos en funciones, podría convertirse en una ocasión metódica de cambio de gobernante. Cada tres años, a la mitad de nuestros mandatos de seis, acudiríamos en México a la escenificación del día del juicio para los gobiernos electos, con toda la oposición votando en contra y el gobernante en funciones dedicado menos a gobernar que a contener, frustrar o sobornar la alianza de sus opositores. Puede imaginarse el paisaje recurrente de inestabilidad gubernativa que traería la figura de la revocación de mandato. Sería como establecer una segunda vuelta diferida, no para definir cuál de los candidatos obtuvo la mayoría absoluta, sino para echar del gobierno al gobernante que no la alcance. Se dice que los males de la democracia se curan con más democracia, pero el electoralismo sin fin que viene en la bolsa de la revocación de mandato, puede volverse una enfermedad más que una cura[…]. La oposición es consustancial a la democracia, pero una oposición unida en la confrontación permanente por la permanente posibilidad de revocar mandatarios puede ser un atentado contra la estabilidad de los gobiernos democráticos y de la democracia misma”.

Santa Lucía
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “el Presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con su equipo para revisar los avances de los tres aeropuertos: la remodelación del de Ciudad de México Benito Juárez y del de Toluca, así como la construcción del nuevo en la base militar de Santa Lucía. Reuniones en las que, por cierto, reapareció el contratista José María Rioboó, quien acompañado de varios hombres llegó con los planos de los tres proyectos para exponerlos al Presidente, quien confió en los avances y en que cumplirán la promesa de tenerlos listos en tres años”.

¿Fuego amigo?
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “alguien no vio o no quiso ver en Puebla a los dirigentes de Movimiento Ciudadano durante el acto de apertura del candidato de la coalición PAN-PRD-MC, Enrique Cárdenas. Nos dicen que dirigentes de MC estuvieron y que han dado su respaldo al aspirante. Sin embargo, algunos miembros de la coalición se encargaron de hacer notar la supuesta falta de asistencia de líderes de ese partido al acto de apertura. Algunos integrantes de la coalición nos comentan que hoy por hoy el principal reto que don Enrique enfrenta son los pleitos internos entre grupos del PAN, que se dan en el momento menos oportuno, pues la delantera que en el papel le lleva el candidato de Morena, Miguel Barbosa, es muy amplia como para permitirse pleitos internos, fuego amigo o huelgas de brazos caídos.

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