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Óscar de la Borbolla

04/01/2021 - 12:04 am

Bienvenido, 2021

No sé por qué, no me pregunten, pero debemos continuar, resurgir, resistir hasta el día en que volvamos la vista hacia atrás y, en efecto, la desgracia, haya quedado atrás.

2021 tendrá que ser mejor. Recuperaremos las calles. Volveremos a encontrarnos en las calles. Podremos estrecharnos las manos. Foto: Óscar de la Borbolla.

Venimos de un año pavoroso que se extiende sobre este, y todavía los bordes del final se vislumbran lejos. Cambiamos de nomenclatura pero no de problemas. Para desgracia de todos, cambiar de fecha no modifica la realidad mágicamente. 2021 entra y este lunes muchos salimos de la tregua y volvemos a la refriega laboral: a nuestras oficinas virtuales, a nuestras clases frente a la pantalla, a las llamadas telefónicas de lo que siempre urge y a las reuniones de chat, que no por fantasmales y distantes son menos perentorias y reales.

El asunto no es que las cosas sigan igual, sino si es posible que nosotros las enfrentemos de una manera diferente. Hay indicios alentadores: la campaña de vacunación ya ha alcanzado a miles, aunque todos sabemos que lo que hace falta es que alcance a millones para que, de veras, surta los efectos deseados; tenemos en el norte otro interlocutor menos delirante y agresivo (que, por lo demás, para este extraordinario beneficio solo hacía falta que no fuera el mismo); habrá también elecciones que pueden renovar el equilibrio de las fuerzas políticas y mejorar el rumbo de nuestro país y, además, como ha caído tanto la economía habrá un necesario rebote, que aunque no vuelva a colocarnos al nivel del año antepasado, va a sentirse como un alivio para muchos. En suma, hay pocas esperanzas, pero hay.

Trato de entender lo que representan 130 mil muertos, esas pérdidas en el tejido familiar, esas ausencias desmantelan, rompen. Trato de entender los cientos de miles que han perdido su empleo, los millones que han visto disminuidos sus ingresos. Trato de imaginar por lo que hemos pasado, por lo que han pasado quienes tuvieron la desgracia de verse obligados a acudir a los centros de salud en busca de una solución que no existía; la angustia, la impotencia, el confinamiento. El año que recién acabó ha sido pavoroso y no termina y, por eso, es importante que se vislumbren esperanzas, aunque sean magras esperanzas. Pues la vida sigue con o sin nosotros, sigue para los que tienen la suerte de continuar, sigue porque debemos continuar. No sé por qué, no me pregunten, pero debemos continuar, resurgir, resistir hasta el día en que volvamos la vista hacia atrás y, en efecto, la desgracia, haya quedado atrás.

2021 tendrá que ser mejor. Recuperaremos las calles. Volveremos a encontrarnos en las calles. Podremos estrecharnos las manos. Saldremos de la pesadilla. Pronto las jacarandas volverán a florecer. De momento, celebremos que sí llegamos a 2021.

Twitter: @oscardelaborbol

 

Óscar de la Borbolla
Escritor y filósofo, es originario de la Ciudad de México, aunque, como dijo el poeta Fargue: ha soñado tanto, ha soñado tanto que ya no es de aquí. Entre sus libros destacan: Las vocales malditas, Filosofía para inconformes, La libertad de ser distinto, El futuro no será de nadie, La rebeldía de pensar, Instrucciones para destruir la realidad, La vida de un muerto, Asalto al infierno, Nada es para tanto y Todo está permitido. Ha sido profesor de Ontología en la FES Acatlán por décadas y, eventualmente, se le puede ver en programas culturales de televisión en los que arma divertidas polémicas. Su frase emblemática es: "Los locos no somos lo morboso, solo somos lo no ortodoxo... Los locos somos otro cosmos."

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