El magnate mexicano, Carlos Slim, tiene todo para convertirse en el nuevo mandamás del futbol mundial

04/08/2013 - 12:00 am
Foto: EFE
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Ciudad de México, 4 de agosto (SinEmbargo).- Dos aficionados vestidos de azul se levantan de sus asientos tras el gol que Gerardo Flores le acaba de hacer al León. Los fanáticos le dan la espalda a la cancha y voltean al palco que tienen arriba, a tres filas. En la zona exclusiva está el, alguna vez, hombre más rico del mundo, quien hace caso omiso a las burlas. Carlos Slim Helú come chicharrón mientras ve al equipo que compró, por el que ha apostado fuerte mientras en la Federación Mexicana de Futbol se rompen la cabeza para intentar parar su dominio en base a su cuenta bancaria. El León, que durante mucho tiempo se perdió en segunda división, es hoy una institución con cartera abierta.

América Móvil, empresa del Slim, compró parte de Grupo Pachuca. De un día para otro, dos equipos de la primera división mexicana le daban la bienvenida a un nuevo grupo que pretende competir con los establecidos por las televisoras. Algo impensado en años atrás se formalizó cuando ni Televisa o Tv Azteca acordaron contratos para transmitir los partidos del cuadro esmeralda. Fox Sports pagó por esos derechos para convertirse en la primera cadena en exclusiva encargada de la emisión del futbol en tierra guanajuatense. En Pachuca, la televisora del Ajusco recortó su pantalla para no pasar la publicidad estática. Los goles eran anotados, pero el televidente no lo veía.

Tras una junta, Decio de María, presidente de la Liga MX, anunció que a México había llegado la modernidad de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA). En un discurso optimista, anunció que los tentáculos malignos de los monopolios desaparecerían de nuestro futbol paulatinamente. El periodismo y la afición en general tomaron con muchísimo sarcasmo la relevante noticia. Los dueños de siempre, los que en mesas de restaurante tomaban decisiones que golpeaban a las aficiones, tenían un nuevo enemigo al que querían erradicar. De pronto, Carlos Slim llegaba para intentar romper las reglas establecidas del juego de unos cuantos. El altruista filantrópico millonario ingresaba al mundo de la pelota luego de varios proyectos en otros sectores deportivos. El pastel tendría que dividirse en tres partes.

Con el nuevo siglo en la puerta, Slim creo la Fundación Telmex. Un organismo que se encargó de apoyar al joven talento mexicano que contaba con habilidades deportivas. De ahí salieron Sergio Pérez y Esteban Gutierrez gracias al lazo comercial que consiguió con la escudería Sauber de Fórmula 1. También dio apoyos a boxeadores con muchísima proyección en el programa Ring Telcel. La Copa Telmex es el torneo de futbol amateur más grande de latinoamerica. Ahí se han forjado muchas historias de grupos de amigos que encuentran un lugar para seguir jugando. De pronto, el alcance del hombre más rico del mundo en el deporte mexicano, era notable.

Foto: Twitter
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Sid Lowe, periodista británico y corresponsal de The Guardian en España, es aficionado empedernido del Real Oviedo. Un club fundado en Asturias en 1926. Un histórico del futbol español que hoy vive sus días en la tercera división profesional ibérica llamada Segunda B. Los graves problemas económicos que la primera década del siglo XXI le dejó a la entidad azul, lo fueron relegando. La temporada pasada, los directivos pusieron en marcha un plan para reunir casi dos millones de euros que evitaran la disolución del club. Lowe se encargó de difundir la idea por las redes sociales.

La misión del Oviedo se extendió hasta el romanticismo de todo el mundo deportivo. Paco González y Marcos López, periodistas conductores del programa español Tiempo de Juego, llamaron al ingeniero Arturo Elías Ayub, ferviente aficionado de los Pumas, director de Fundación Telmex y yerno de Carlos Slim, para contarle lo que sucedía buscando que su grupo invirtiera. La conversación en tono de burla, terminó con una noticia que le dio la vuelta al mundo. Las inversiones del magnate mexicano llegaban al futbol ibérico.

Dos millones de euros fue lo que abonó el grupo mexicano para hacerse con el 34% de la sociedad anónima. El Oviedo quedó fuera de la posibilidad de ascender de categoría en las últimas instancias. Para esta temporada, tras el temor de directivos y aficionados, Elías Ayub acaba de confirmar nuevamente su aportación. El presidente del equipo asturiano, Sabino López, se jactó de ser la envidia de España en tiempos donde la crisis afecta a la mayoría de los equipos profesionales.

Al Oviedo le tomaría cuatro años subir a la primera división, deseo de todos los que lo siguen. Mientras, en México se siguen analizando las consecuencias del efecto Slim. En cuatro años podría haber un grupo consolidado gracias al dinero que saldrá de las arcas del dueño de Telmex, mientras en España su nuevo proyecto podría llegar a hacerle frente a Real Madrid y Barcelona. Plantado ahí, tras el escenario de la crisis económica, otros equipo podrían recibir gustosos sus recursos. Hombre pensante de mucha paciencia, tiene enfrente un escenario que podría convertirlo en el nuevo mandamás del futbol mundial.

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