Ciudad de México, 4 de octubre (SinEmbargo).– La creencia popular indica que una casa libre de polvo esta alejada de bacterias, así como de microorganismos transmisores de enfermedades. Por lo tanto, los esfuerzos por mantener un hogar limpio incluyen una limpieza diaria, a menudo utilizando aparatos como aspiradoras, las cuales no son tan benéficas después de todo, según un estudio.
De acuerdo con una nueva investigación científica, pasar la aspiradora por el hogar de manera constante puede agravar ciertas alergias al crear una fina “niebla” de polvo, bacterias y moho que pueden ser perjudiciales para la salud.
Las partículas son recogidas y esparcidas en el aire gracias a las aspiradoras, poniéndolas en las habitaciones de modo que puedan ser respiradas, publicó el diario Applied and Environmental Microbiology.
Un grupo de científicos australianos advirtió que las bacterias y moho pueden causar alergias que esperan a estallar, al mismo tiempo que está el riesgo de que una bacteria potencialmente mortal pueda ser transmitida vía aérea.
En experimentos realizados en la Universidad de Queensland y la Universidad Laval en Québec localizaron, en el polvo recogido por las aspiradoras, rastros de ADN encontrados en bacterias resistentes a los fármacos, así como del ADN de la bacteria del botulismo infantil, Clostridium botulinum.
De acuerdo con los investigadores, “el polvo encontrado en el interior de los hogares podría actuar como vehículo para la infección del botulismo infantil, lo cual puede tener graves consecuencias”, sobre todo porque estudios posteriores han encontrado una relación entre esta y el síndrome de muerte súbita infantil.
Explicaron también que pasar la aspiradora sobre alfombras polvorientas y demás mobiliario levanta del suelo bichos que pueden ser mortales y partículas de moho, esparciéndolas en el aire como si fueran un aerosol.
Por otra parte, además de las infecciones potencialmente mortales, el polvo podría conducir a “efectos adversos en las personas alérgicas, niños y personas con inmunidad comprometida”, advirtió el grupo, que llevó a cabo el estudio sobre las aspiradoras domésticas.
El doctor Luke Knibbs, el biólogo que dirigió el estudio, explicó que esta bacteria está poco representada una evaluación hecha en espacios cerrados y deben ser considerados, sobre todo para la evaluación de los casos de alergia, asma o enfermedades infecciosas “sin reservas ambientales conocidas para el patógeno o microorganismo causal”.
El doctor y su equipo probaron 21 aspiradoras de diversas épocas, así como de varios modelos, en un túnel de aire “limpio”, lo que les permitió eliminar cualquier otra fuente de bacterias y moho tales como mascotas u otros animales.
“De esta manera, podemos atribuir con confianza las cosas que medimos puramente de la aspiradora”, dijo el especialista.
“Incluso aunque no haya datos cuantitativos para la emisión de estos bacterias resistentes a los antibióticos mientras aspiramos, los promedios de emisión de bacterias observados sugieren que el contenido genético en sus células, incluyendo genes resistentes a los antibióticos, puede contribuir a la exposición a partículas aéreas en espacios cerrados”, concluyó.
Mientras tanto, Knibbs y sus colegas esperan que su investigación permita a los médicos y funcionarios de salud identificar a las aspiradoras como posibles culpables en casos médicos, ya que el electrodoméstico también podría estar implicado en casos de alergias, infecciones y hospitalizaciones.