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Gustavo Sosa Núñez

05/01/2020 - 12:02 am

Perspectivas climáticas para 2020

De acuerdo a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), septiembre de 2019 ha sido el mes con la mayor temperatura que se tenga registro desde 1880 (NOAA, 2019). La NOAA también señala que el período de enero a septiembre es el segundo más cálido registrado […]

“Los pronósticos indican que el año 2020 será uno de los más calientes de los que se tenga registro”. Foto: Omar Matínez, Cuartoscuro

De acuerdo a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), septiembre de 2019 ha sido el mes con la mayor temperatura que se tenga registro desde 1880 (NOAA, 2019). La NOAA también señala que el período de enero a septiembre es el segundo más cálido registrado en la historia, con casi un grado Celsius (0.94 grados Celsius) mayor que el promedio de temperatura de todo el siglo XX. Este incremento de temperatura no corresponde solo a la atmósfera, sino que también incluye a los océanos y la superficie de los mares, lo que a su vez fomenta anomalías como la reducción de la extensión del hielo marino del Ártico y del Antártico, con el consecuente incremento en el nivel del mar y la reubicación de cadenas alimenticias.

Dicho aumento de temperatura en 2019 no sorprende si se toma en cuenta que los últimos cinco años son, colectivamente, los años más calientes de los tiempos modernos (NASA, 2019). Curiosamente, esta situación sucede en el contexto del Acuerdo de París y las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) que los distintos países firmantes de dicho acuerdo han propuesto para reducir sus emisiones y contribuir así a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, la tendencia es opuesta, pues tales emisiones se han incrementado 4 por ciento de 2015 a la fecha (Peters, citado en Green, 2019).

En este contexto, la relevancia de estos documentos (acuerdo y NDC) queda en entredicho cuando su implementación es ralentizada y el seguimiento no despierta el interés necesario ni tiene el impacto deseado. Como ejemplo está la Conferencia de las Partes (COP) 25 en el contexto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), celebrada en Madrid (y que debió realizarse en Santiago, Chile), y que dejó una sensación de decepción por no haber logrado fortalecer los planes de reducción de emisiones. De hecho, varios temas fueron pospuestos para la reunión del próximo año en Glasgow, Escocia, como las reglas para un mercado internacional de carbono y las compensaciones por daños y pérdidas. La desconexión de la clase política ante la urgencia del problema confirma la existente discrepancia entre intenciones y acciones.

Ante esta tesitura, ¿cómo pinta el 2020? Se supone que los gobiernos se reunirán para fijar objetivos más ambiciosos según información científica actualizada. Otro supuesto, estipulado desde el Acuerdo de París, refiere a la movilización de 100 mil millones de dólares estadunidenses para apoyar a países en desarrollo en sus labores de mitigación.

Además del plano político y programático, pronósticos indican que el año 2020 será uno de los más calientes de los que se tenga registro, con un incremento estimado de 1.1 grados Celsius por encima del promedio pre-industrial (Madge, 2019). Esto sin considerar que el próximo año no está pronosticado el fenómeno El Niño, que es un evento climático relacionado con el calentamiento del Océano Pacífico, y que tiende a influenciar el aumento de temperatura del planeta en los años en que sucede.

Entonces, la tendencia tanto política como climática seguirá siendo la misma que en 2019. ¿Cómo hacer entonces para que actores gubernamentales y no gubernamentales (incluido el sector privado) amplíen sus compromisos y ambiciones? Entender y aceptar que combatir el cambio climático, a través de la formulación e implementación de estrategias de mitigación y adaptación, es tarea de todos es fundamental para tal efecto. El tiempo apremia, y ya estamos en 2020.

Referencias:

  • Green, Matthew. (2019). Growth in global carbon emissions slowed in 2019: report. Reuters. 3 de diciembre de 2019. Disponible en: https://www.reuters.com/article/us-climate-change-accord-carbon/growth-in-global-carbon-emissions-slowed-in-2019-report-idUSKBN1Y800W (Acceso: 28 de diciembre de 2019).
  • Madge, Grahame. (2019). 2020 set to extend series of Earth’s warmest years. Met Office. 19 de diciembre de 2019. Disponible en: https://www.metoffice.gov.uk/about-us/press-office/news/weather-and-climate/2019/2020-global-temperature-forecast (Acceso: 28 de diciembre de 2019).
  • NASA. (2019). 2018 Fourth Warmest Year in Continued Warming Trend, According to NASA, NOAA. 6 de febrero de 2019. Última actualización: 13 de diciembre de 2019. Disponible en: https://www.nasa.gov/press-release/2018-fourth-warmest-year-in-continued-warming-trend-according-to-nasa-noaa/ (Acceso: 23 de diciembre de 2019).
  • NOAA. (2019). September 2019 tied as hottest on record for planet. 16 de octubre de 2019. Disponible en: https://www.noaa.gov/news/september-2019-tied-as-hottest-on-record-for-planet (Acceso: 23 de diciembre de 2019).

Gustavo Sosa Núñez
Doctor en Ciencia Política por la Universidad de East Anglia, en Norwich, Reino Unido. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel 1. Sus intereses de Investigación incluyen el análisis de políticas​ públicas ambientales, sus resultados y procesos de convergencia a nivel regional. Actualmente es profesor investigador del Instituto Mora. Twitter: @gssosan / @institutomora

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