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LA OPINIÓN

Margarita, Paula y Juana, de Oaxaca, sólo querían cruzar a EU. Cayó la nieve. Murieron congeladas

05/04/2021 - 7:11 am

Los abogados defensores argumentaron que a los hermanos solo se les pagó por ser guías y no esperaban un clima tan severo. Detallaron que se “acurrucaron” con las mujeres en un intento por mantenerse calientes, pero finalmente una de ellas bajó la montaña para encontrar un lugar para buscar recepción de teléfonos celulares para llamar al 911.

Los Ángeles, 5 de abril (La Opinión).– Dos traficantes o polleros fueron sentenciados por autoridades federales por ingresar ilegalmente a tres jóvenes hermanas quienes viajaron de México a California, lugar en donde murieron congeladas durante una tormenta de nieve en la montaña.

Se trata de Cecilio Ríos-Quiñones, de 38 años, y su hermano, Ricardo Ríos-Quiñones, de 23 años, quienes fueron sentenciados a cinco años y medio de cárcel cada uno por el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en San Diego.

Los fiscales dijeron que los hombres, originarios del estado de Chihuahua, se declararon culpables de llevar a las mujeres a través de la frontera el 10 de febrero de 2020 y se encontraban en un área accidentada cerca de Mount Laguna, a unas veinte millas al norte de la frontera, cuando se desató una tormenta de nieve, informó el sitio Pix11.

Las mujeres, que provenían de áreas rurales pobres del estado de Oaxaca y que buscaban una vida mejor, carecían de ropa o suministros adecuados para un viaje de varios días bajo la lluvia y la nieve por lo cual murieron de hipotermia, según las autoridades.

Una unidad de búsqueda y rescate de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos encontró a Margarita Santos Arce, de 32 años; y Paula Santos Arce, 29 años, muertas, mientras que Juana Santos Arce, de 35 años, perdió la vida más tarde.

“Es trágico que alguien quiera venir aquí a trabajar y muera, pero es más trágico que haya quienes se benefician de esto, que las tratan como cargamento”, dijo la Jueza federal de distrito, Cathy Ann Bencivengo en la sentencia.

“Soy un hombre de fe y estoy muy arrepentido por lo que hice (…) no estábamos preparados para la tormenta y nunca hubiera participado en esto si hubiera sabido que alguien terminaría herido o muerto”, escribió Ricardo Ríos-Quiñones en una carta a la Juez.

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