Economía

Lección de independencia

Un pueblo alemán peleó su autosuficiencia energética hace años. Hoy le dan la razón

05/10/2022 - 8:07 pm

La iniciativa de este ambicioso proyecto, que celebra su décimo aniversario, fue una iniciativa de Doreen Raschemann, responsable de compromiso social de Energiequelle.

Por Pascal Thibaut, corresponsal de RFI en Berlín

Berlin, 5 de octubre (SinEmbargo).– La guerra en Ucrania ha provocado una explosión de precios. La dependencia de Alemania del gas ruso le está costando caro. El pueblo de Feldheim, cerca de Berlín, que se autoabastece de energía desde hace doce años, se libra de la crisis actual con precios muy bajos. La iniciativa de este ambicioso proyecto, que celebra su décimo aniversario, fue una iniciativa de Doreen Raschemann, responsable de compromiso social de Energiequelle.

RFI: ¿Por qué, en una época en la que los precios de la energía no eran tan elevados como ahora, decidió poner en marcha este proyecto que haría que su pueblo fuera autosuficiente?

Doreen Raschemann: No estaba previsto desde el principio. El uso de electricidad renovable -hoy en día hay 55 turbinas eólicas que producen mucho más que Feldheim- fue el primer paso. La decisión de nuestra cooperativa agrícola de construir una planta de biogás aceleró las cosas. A principios del milenio, la rentabilidad de la cooperativa estaba en entredicho. Aprovechamos las subvenciones a la energía verde para utilizar estiércol de cerdo y maíz. El precio fijo de la electricidad producida por dicha instalación la hacía lucrativa. La cooperativa agrícola, que no tenía experiencia en este campo, se asoció con la empresa Energiequelle, lo que también permitió compartir los riesgos financieros.

En un principio, el calor producido por la planta de biogás sólo se iba a utilizar para los edificios de la cooperativa. La cría de cerdos exige que los establos tengan calefacción. Pero la energía producida superaba las necesidades de la empresa, así que la idea era utilizarla para calentar el resto del pueblo. Se consultó a los residentes, que aprobaron el proyecto y adquirieron acciones de una nueva empresa creada a tal efecto. Se creó una red de distribución de calefacción en el pueblo. La mitad de la inversión se ha cubierto con subvenciones. Los costes para los habitantes seguían siendo soportables, al igual que el importe de los préstamos a devolver. Desde entonces, pagamos 7,5 céntimos por kWh de calefacción y 17 céntimos por kWh de electricidad. Esta fue una gran decisión.

¿Es el desarrollo de comunidades autosuficientes para su abastecimiento energético una solución para el futuro?

Las soluciones que hemos encontrado para nuestro pueblo son probablemente una alternativa para otras comunidades. Hay que restablecer o adaptar las normas y subvenciones vigentes en aquel momento. La presencia de una empresa que apoye este proyecto es una ventaja. Nuestra cooperativa agrícola, el mayor empleador del pueblo, la apoyó, de modo que todos se beneficiaron de esta iniciativa. La solidaridad en nuestra comunidad entre los habitantes también ha ganado en importancia.

¿Es el modelo que usted ha puesto en marcha una de las vías que el gobierno alemán está estudiando para hacer frente a la actual crisis energética?

No lo creo. Las energías convencionales, como el carbón o la energía nuclear, se barajan como soluciones para sustituir rápidamente al gas ruso. La búsqueda de soluciones alternativas está, por desgracia, en un segundo plano. Tenemos que innovar en este ámbito con nuevas ideas, especialmente para las zonas rurales, donde todavía no se utilizan muchas opciones para el desarrollo de las energías renovables.

El interés por su pueblo en las últimas semanas ha repuntado con la crisis actual.

Los particulares o los alcaldes vienen a informarse y estudian la posibilidad de adoptar algunas de las ideas. Cada comunidad es diferente, por supuesto. Para nosotros, la cooperativa agrícola ha desempeñado un papel importante en la producción de energía junto con la energía eólica. En otros lugares, se podría utilizar otra fuente de energía.

Los habitantes de Feldheim se benefician de precios bajos garantizados para su energía. En otros lugares, esto no es así y la preocupación aumenta, especialmente en la parte oriental del país, donde usted vive. ¿Cómo los percibe?

Estas preocupaciones son importantes y tienen consecuencias existenciales para algunos. Los entiendo y me preocupan las consecuencias para la paz social en nuestro país.

Las manifestaciones actuales van acompañadas a veces de soluciones simplistas planteadas por algunos partidos. Los temores actuales están siendo explotados por la extrema derecha y los populistas, como ya hemos visto durante la pandemia. Es importante informar a los ciudadanos sobre las cuestiones que están en juego en la crisis actual y sus posibles soluciones. Espero que los políticos hagan propuestas para reducir las preocupaciones de la gente.

En la crisis actual, se recurre más a las fuentes de energía convencionales. ¿Se cuestionan los compromisos adquiridos para combatir el calentamiento global?

Me temo que ahora se verán reducidos a una ilusión. El gobierno sigue abogando por el desarrollo de las energías renovables a largo plazo, pero los esfuerzos realizados son todavía insuficientes en mi opinión. Las energías renovables tienen un importante potencial de desarrollo que debería aprovecharse mejor.

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