México

A los miles de migrantes que ya están en CdMx se unen madres de desaparecidos que piden justicia

05/11/2018 - 7:08 pm

Alrededor de mil 500 personas han arribado desde ayer a la Ciudad de México como parte de las caravanas de migrantes centroamericanos que recorren el país con la intención de llegar a Estados Unidos. Las autoridades prevén que se lleguen a concentrar unas 5 mil en los próximos días. El Jefe de Gobierno capitalino ya informó que no facilitará transporte a las y los migrantes, argumentando a motivos “operativos” y de “seguridad” para los viajeros.

Con el ánimo reforzado por los kilómetros ya recorridos, las miles de personas de la caravana migrante que ya se encuentran en la capital esperan a los compañeros todavía dispersos en otros puntos del país, con la intención de continuar todos juntos su travesía hacia el país del norte.

A la par de los miles de migrantes viaja la Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos Centroamericanos, que pidió hoy en su paso por la capital “justicia y verdad” a los Gobiernos del mundo para que cesen las violaciones a los derechos humanos de los migrantes.

México, 5 de noviembre (EFE).– La Ciudad de México acogió hoy a miles de personas de la primera caravana de migrantes centroamericanos que se dirigen a Estados Unidos en un estadio deportivo, donde se les brindó ayuda humanitaria, aunque las autoridades locales advirtieron que no les proporcionarán transporte para continuar su marcha.

Alrededor de mil 500 personas fueron llegando a lo largo de la noche y la mañana al Estadio Jesús Martínez “Palillo”, donde ya habían pasado la noche cerca de 500 personas, y las autoridades prevén que se lleguen a concentrar unas 5 mil en los próximos días.

Los migrantes fueron repartidos en tiendas de campaña y carpas en el campo, en las gradas y en los alrededores de este complejo deportivo, donde las autoridades instalaron 15 cisternas de agua.

Para atender a la caravana también se instaló un comedor, donde los migrantes disponen de dos horas para el desayuno, dos horas para la comida y otras dos horas para la cena.

Alrededor de mil 500 personas fueron llegando a lo largo de la noche y la mañana al Estadio Jesús Martínez “Palillo”, en la CdMx. Foto: José Méndez, EFE.

Además, las autoridades entregaron cobijas para que los migrantes puedan cubrirse del frío durante la noche, y se instalaron puestos de entrega de ropa y de calzado para unas personas que llevan más de 1 mil kilómetros de travesía, algunos tramos a pie, desde que cruzaron la frontera desde Guatemala el 19 de octubre.

Organizaciones humanitarias internacionales también están presentes en el estadio, donde brindan asistencia médica y psicológica, apoyo a niños y mujeres embarazadas, y asesoría jurídica para los migrantes que quieran pedir refugio a México.

Junto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), las autoridades capitalinas organizaron un centro de acopio en la céntrica plaza del Zócalo para que los ciudadanos aporten ayuda para los migrantes.

En este centro se recogen alimentos enlatados no perecederos y productos de higiene como pañales, jabones, toallas y cepillos de dientes, además de medicamentos, ropa, sacos de dormir y grandes bolsas de plástico para que las personas se cubran del sol.

Según una encuesta difundida por la encuestadora Mitofsky, 51.4 por ciento de los mexicanos están a favor de ayudar y proteger a la caravana, mientras que 33.8 por ciento optan por regresar a los migrantes a sus países de origen.

El Jefe de Gobierno de Ciudad de México, José Ramón Amieva, explicó en una entrevista a Milenio Televisión que la acogida de los migrantes centroamericanos es “un asunto humanitario” y sostuvo que la capital está preparada para recibir a las 5 mil personas que se dirigen a la ciudad.

Sin embargo, Amieva avisó que el Gobierno capitalino no facilitará transporte a los migrantes para que se dirijan a la frontera estadounidense, arguyendo a motivos “operativos” y de “seguridad” para los viajeros.

Migrantes recibieron colchones hoy a su paso por el deportivo Jesús Martínez Palillo, en la Ciudad de México. Foto: José Méndez , EFE.

Desde que esta caravana entró a territorio mexicano ha sido constante la petición de los migrantes a las autoridades locales para que les faciliten transporte para seguir su recorrido hacia Estados Unidos.

El fin de semana, durante su paso por  Veracruz, el Gobierno estatal prometió fletar autobuses hacia la capital mexicana pero finalmente se retractó, por lo que los migrantes tuvieron que seguir su camino a pie, en vehículos alquilados o en autoestop.

A pesar de las dificultades, entre la mayoría de integrantes de la caravana se mantiene la determinación de alcanzar la frontera estadounidense, que se encuentra a mil 200 kilómetros si se dirigen a Texas o a unos 2 mil 800 kilómetros si su objetivo es California.

Una vez que se congreguen la mayoría en la capital, los migrantes decidirán cuándo reanudarán su travesía así como las rutas a seguir hacia territorio estadounidense, donde el Gobierno de Donald Trump anunció el despliegue de 5 mil soldados para evitar su entrada.

Esta caravana, que se originó en Honduras pero a la que se sumaron salvadoreños y guatemaltecos, rechazó la oferta del Gobierno mexicano de solicitar refugio en los sureños estados de Chiapas y Oaxaca, y siguió su camino hacia la capital pasando por Veracruz y Puebla.

Paralelamente, otros tres grupos de migrantes, dos de salvadoreños y uno más de hondureños, han entrado a territorio mexicano, y muchos de sus integrantes han solicitado refugio a México y permanecen retenidos en la frontera sur, mientras que otros siguen su travesía hacia el norte.

Organizaciones humanitarias internacionales también están presentes en el estadio, donde brindan asistencia médica y psicológica, apoyo a niños y mujeres embarazadas, y asesoría jurídica. Foto: José Méndez, EFE.

CARAVANA REFUERZA ÁNIMOS

Con el ánimo reforzado por los kilómetros ya recorridos, las miles de personas de la caravana migrante que ya se encuentran en la Ciudad de México esperan a los compañeros todavía dispersos en otros puntos del país, con la intención de continuar todos juntos su travesía hacia Estados Unidos. Los autobuses no dejan de llegar a las puertas del complejo deportivo que funge como albergue.

César Adrián Serrato tiene su brazo izquierdo vendado desde hace unos días, cuando se cayó bajando por una escalera. La dolorosa inflamación que ahora presenta no ha rebajado sus ánimos para continuar un camino que, asegura a Efe, hace para ayudar a su familia, especialmente a su madre, con artritis y problemas de visión.

Todavía es incierta la ruta que seguirán los migrantes, en su mayoría hondureños, cuando terminen de llegar a la capital aquellos integrantes que están saliendo de los estados de Puebla y Veracruz.

Aunque hay varios caminos -entre ellos el más largo, que lleva a Tijuana, o el que les trasladaría a Nuevo Laredo, considerado más peligroso porque hay que atravesar el estado de Tamaulipas-, César considera que los imprescindible es no separarse.

“A los compañeros que me hablan de eso les digo que sigamos la caravana, que no la dejemos, porque se va a debilitar y perder fuerza, y podría fracasar”, considera este hondureño.

Además, viajar todos juntos es “más seguro”, para no caer en manos de los grupos criminales ni ser detenidos por las autoridades de migración mexicanas.

El grueso de los migrantes, unos 2 mil hasta ahora, se ha alojado dentro del complejo deportivo -muy cerca del aeropuerto y del autódromo en el que se celebró recientemente el Gran Premio de México de Fórmula Uno- en un estadio de fútbol al aire libre en el que se ha dispuesto una gran carpa.

En la parte exterior del estadio se ha instalado otra carpa en la que decenas de migrantes descansan entre cobijas y mochilas.

Una migrante, Marlin Duarte, se entretiene con algunas de las amigas que ha hecho por el camino, peinándose y maquillándose.

“Gracias a Dios nos ha ido muy bien porque nuestros compañeros mexicanos nos han ayudado mucho, con medicinas y todo. Vamos a seguir con la caravana hasta donde podamos”, asevera a Efe.

Sus jornadas empiezan temprano, en la madrugada, y la mayoría de los tramos los han realizado en autobuses o con ayuda de aquellas personas que les han ofrecido viajes en camiones y vehículos, aunque también les ha tocado caminar, de 3 a 6 kilómetros diarios.

Estando en la Ciudad de México, “todos estamos felices, porque hemos avanzado demasiado”, apunta Marlin, aunque agrega que desde que la caravana salió el 13 de octubre de San Pedro Sula, al norte de Honduras, ha habido algunos que han dejado el grupo porque “no han podido y se cansan”.

El jefe de Gobierno de Ciudad de México, José Ramón Amieva, explicó en una entrevista a Milenio Televisión que la acogida de los migrantes centroamericanos es “un asunto humanitario”. Foto: José Méndez , EFE.

“Venimos cansados y agotados, pero ahí vamos para adelante, hay que seguir”, reconoce por su parte Leticia Xiomara, quien ha dejado a sus cuatro hijos en Honduras.

A diferencia de muchos de los migrantes que caminan con la caravana que ya tienen parientes en Estados Unidos, esta joven de 25 años es la primera de su familia en emigrar hacia el norte.

En todas las etapas les han alertado de que corren “peligros” y que no se pueden separar -“Siempre intentan meternos miedo”-, pero lo más duro, explica, es lo que han vivido en su país.

“En nuestro país no ha habido motivos para seguir allá; si hubiéramos tenido trabajo hubiéramos tenido cómo sobrevivir y no hubiéramos migrado”, subraya.

MADRES MIGRAN POR JUSTICIA

A la par de los miles de migrantes viaja la  Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos Centroamericanos, que pidió hoy en su paso por la capital “justicia y verdad” a los Gobiernos del mundo para que cesen las violaciones a los derechos humanos de los migrantes.

Este grupo de mujeres, parte del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), participó el fin de semana en el Foro Social Mundial de las Migraciones, en el que se celebró por primera vez la Cumbre Mundial de Madres de Migrantes Desaparecidos, con la participación de mujeres de países como Túnez, Marruecos o Argelia.

El objetivo de la Cumbre fue conseguir más peso a sus protestas y peticiones para así generar una mayor presión internacional. Los resultados fueron un manifiesto común y la creación y organización de una red mundial de madres de migrantes desaparecidos.

La presidenta del MMM, Marta Sánchez Soler, aclaró que no llegaron a la Ciudad de México “para molestar”, sino porque “aquí es donde se pierden nuestros hijos”, por lo que piden a los Gobiernos “el esclarecimiento de los hechos”, sentenció en rueda de prensa.

Madres de migrantes desaparecidos viajan en la caravana. Foto: José Méndez, EFE.

En su camino, las madres llevan a cabo labores de concienciación y de prevención en los pueblos y comunidades por los que pasan, a la vez que buscan pistas colocando fotografías, hablando con los medios y coordinándose con centros educativos.

“Hemos reemplazado nuestras lágrimas por movilización y esperanza”, expuso Doris, de Honduras, refiriéndose a la gran cantidad de estados que han visitado y las reuniones que han mantenido con organizaciones y organismos gubernamentales desde que emprendieron la marcha el 23 de octubre en Talismán, Chiapas.

Sánchez Soler opinó que es necesario que la ONU establezca en Tijuana un campo de refugiados para acoger a los que lleguen a la frontera con Estados Unidos, puesto que “no son unos cuantos, son miles”, explicó.

Este año se han dado tres reencuentros de madres de la caravana y para estas mujeres, aunque no se trate de sus propios hijos, “es una alegría y nos hace ver que vale la pena estar en esta lucha”, comentó Doris a Efe.

Yolanda, salvadoreña que busca a su hija Ana María desde el año 2007, explicó que esto “da muchos frutos” ya que ha visto reencuentros e incluso ha conseguido una pista sobre su hija, que fue vista en 2017.

“Somos pobres, no tenemos medios y esta caravana nos permite la búsqueda”, afirmó María Gabriela, de Guatemala, que se unió al positivismo de sus compañeras. “Somos madres, tenemos palabra y somos valientes”, sentenció.

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