El tejido no es visto precisamente como una técnica recurrente en las artes plásticas, de hecho, pocos la consideran como una técnica artística, por lo que la obra deErin M. Riley sorprende de inicio por su formato.
Riley, quien actualmente reside en la ciudad de Filadelfia se enfoca en hechos cotidianos y los traslada directamente al plano del tejido, en donde, la composición se simplifica. Mediante líneas simples y de plastas de colores la ausencia de profundidad dota de otro sentido a las imágenes, en donde aparecen principalmente mujeres retratadas en situaciones aparentemente cotidianas.
En las manos de Riley, una actividad catalogada como meramente artesanal alcanza un nivel profundo de reflexión con la cual pone un reflector sobre una serie de situaciones precarias y/o vergonzosas en las que los llamados “jóvenes adultos” se exponen en las redes sociales.
El objeto de análisis de esta artista se centra principalmente en las mujeres jóvenes y en sus problemas; también le da un rostro a cuestiones dolorosas por las que atraviesan y a menudo se imponen sobre ellas mismas.
Cruda, violenta y, sobre todo, honestamente, Riley aborda sin tapujos estás situaciones que para muchos serían escandalosas y las teje, literal y metafóricamente, con la paciencia digna de su oficio.
Así, por medio de una documentación en buscadores como Google y redes como Facebook, Riley obtiene estas imágenes en donde el exhibicionismo forma parte de la vida diaria de millones usuarios y que además conforman su manera de relacionarse con el mundo exterior. Una comunicación en la que la decadencia está al alcance de “likes” y “favs”.
