Dos pontífices se encuentran y determinan el futuro de la Iglesia Católica en Los dos papas, de Netflix

05/12/2019 - 9:00 pm

Netflix produce la historia de un encuentro ficticio que pone de relieve el pasado, presente y futuro de la Iglesia católica, con un guion a cargo del neozelandés Anthony McCarten: ¿y si Benedicto XVI y Francisco se hubieran encontrado en el periodo en el que el primero todavía ejercía como sumo pontífice y el segundo era sólo un arzobispo con ideas en las antípodas de Ratzinger?

Buenos Aires, 5 de diciembre (EFE).- La película Los dos papas, que pone a Francisco con Benedicto XVI frente a frente en una reunión imaginada, se presentó este miércoles en Buenos Aires, lugar donde se desarrolla parte de la acción de uno de los estrenos destacados del año en Netflix.

“Vi en Francisco a alguien que estaba hablándome como político, en términos políticos, y me gustó lo que decía y aún sigue diciendo: lo que necesitamos hacer sobre asuntos sociales como los refugiados, cuidar de nuestro planeta, hacer la economía más justa y la brecha entre ricos y pobres”, dijo a Efe el actor galés Jonathan Pryce, quien encarna al actual pontífice en la película.

DOS TITANES: JONATHAN PRYCE COMO FRANCISCO, ANTHONY HOPKINS COMO BENEDICTO

Pryce, intérprete de películas como Brazil (1985) y series como Game of Thrones entre 2015 y 2016, comparte pantalla en Los dos papas con otro galés reconocido como Anthony Hopkins, oscarizado por El silencio de los inocentes, en una reunión entre dos de los grandes actores de la segunda mitad del cine del siglo XX.

El actor indicó que con Hopkins, quien encarna al papa emérito Benedicto XVI, desarrolló una relación de amistad durante el rodaje.

“Se parece un poco a la relación que imaginamos entre Francisco y Benedicto, queríamos ser muy cuidadosos con cada uno en el principio y luego nos fuimos volviendo cada vez más y más amigos”, afirmó.

La premier del largometraje se celebró en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, a pocos metros y unas vías de tren de distancia de la Villa 31, el barrio humilde de la capital argentina donde se filmaron las escenas iniciales, que recrean una misa en ese lugar de Bergoglio, quien solía visitar las llamadas villas miseria.

“Fue una experiencia extraordinaria, algunos pensaban que yo era realmente el papa, cosa que me agarró por sorpresa (…), y algunas personas me gritaban ‘Perón'”, bromeó Pryce, que guarda un parecido físico con Francisco y además interpretó al ex Presidente argentino Juan Domingo Perón en Evita (1996).

El actor Jonathan Pryce en el estreno de la cinta. Foto: Juan Ignacio Roncoroni, EFE

HUMOR Y DOLOR PARA UNA CONVERSACIÓN INSPIRADA EN LOS DOS PONTÍFICES

Además de Pryce, acudieron al estreno el director de la cinta, el brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios, The Constant Gardener), y el argentino Juan Minujín, quien interpreta a un joven Bergoglio en la película, que se pudo ver por primera vez en el Festival de Telluride, en Estados Unidos.

A Minujín le toca abordar la parte en la que la carrera de Bergoglio se ve atravesada por la última dictadura argentina (1976-1983), una época polémica para la vida de Francisco.

“Creo que es un personaje que ha cometido muchos errores y que los puede ver, y un poco la película de lo que habla es de alguien que puede cambiar”, reflexionó el artista.

Netflix produce la historia de un encuentro ficticio que pone de relieve el pasado, presente y futuro de la Iglesia católica, con un guion a cargo del neozelandés Anthony McCarten (The theory of Everything, Bohemian Rhapsody): ¿y si Benedicto XVI y Francisco se hubieran encontrado en el periodo en el que el primero todavía ejercía como sumo pontífice y el segundo era sólo un arzobispo con ideas en las antípodas de Ratzinger?

En 2012, Benedicto XVI y el arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio, se ven en la residencia papal de Castel Gandolfo, en Roma, un año antes de que el primero renunciara al cargo en una decisión histórica y el segundo fuera elegido como sucesor de San Pedro en el cónclave, para convertirse en el primer papa procedente de Sudamérica.

Pryce indicó que con Hopkins, quien encarna al papa emérito Benedicto XVI, desarrolló una relación de amistad durante el rodaje. Foto: Netflix

El alemán Joseph Ratzinger representaba una Iglesia reticente al cambio y enredada en varios escándalos, desde la corrupción al abuso sexual de menores por parte de sacerdotes en diversas partes del mundo.

El argentino, quien en un principio acude para presentar su renuncia como arzobispo, tiene la idea de una Santa Sede más ligada a los pobres y que actuara contra los casos de abusos sexuales, ambas posturas sostenidas en su periodo al frente del Vaticano.

UN MENSAJE MÁS ALLÁ DE LA RELIGIÓN Y LAS NOMINACIONES A LOS PREMIOS EN LA MIRA

Para Fernando Meirelles, la película no habla tanto de la religión católica sino de “conexión espiritual” y de problemas del mundo.

“Hablo un poco de la tolerancia, del perdón, que son cosas que faltan en el mundo hoy. Ya no nos gusta oír con lo que no estamos de acuerdo (…). También habla en otro nivel del sistema económico mundial”, aseveró.

A las puertas de la temporada de premios, Meirelles consideró que la película “tiene chances” de lograr una nominación a mejor película en los Óscar y otra a mejor actor protagonista para Pryce.

El reconocido actor Anthony Hopkins da vida al papa Francisco en la cinta. Foto: Netflix

La producción se estrenó la semana pasada en salas de varios países y estará a partir del jueves en cines argentinos, un método similar al que empleó Netflix con The Irishman, de Martin Scorsese, otra de las obras con la que la plataforma de contenidos estadounidense aspira a estar entre las nominadas a los galardones principales.

En Netflix, estará disponible en todo el mundo el próximo 20 de diciembre.

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