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Alejandro Páez Varela

06/01/2020 - 12:08 am

El Plan A para 2020

Hemos dado ya con el principal factor de la incertidumbre: la inseguridad. No hay una preocupación mayor que la violencia. Allí radica, dicho por la encuesta de Banxico, el principal factor que podría obstaculizar el crecimiento de la actividad económica en México: nada menos que 21 por ciento del total.

¿Qué hará en 2020? Foto: Victoria Valtierra, Cuartoscuro

2020 será mejor año que 2019. Así lo proyectan Banxico y Hacienda. El cálculo es que el país crezca, después de un PIB cero. Entonces, ¿por qué el pesimismo de los empresarios? Un poco menos del 60 por ciento piensa que es mal momento para invertir, que es el promedio del año pasado; apenas un 4-5 por ciento cree que es hora de abrirse la cartera. Esto va ligado, por supuesto, a la percepción sobre el entorno económico; para los siguientes seis meses, 20 por ciento piensa que empeorará, un 28 por ciento que mejorará y la gran mayoría está con la idea de que permanecerá igual. Al Gobierno le urge cambiar la percepción, pero no lo hará si no mejora la realidad. Y para mejorarla, no hay de otra: la economía tiene que despegar.

¿Cómo lograrlo? Invirtiendo, y mucho. ¿Puede el Gobierno solo? No. Necesita, urgentemente, la voluntad de los empresarios.

En el actual proyecto, Andrés Manuel López Obrador planea dar continuidad en 2020 a cuatro grandes obras: Tren Maya, Transístmico, Dos Bocas y Santa Lucía. Los ahorros (subejercicio) de 2019 irán seguramente a estos proyectos. A su vez, de acuerdo con el Plan presentado en noviembre pasado, se plantean 4 años de inversión en 147 proyectos nacionales de infraestructura, principalmente para el sector de los transportes, con participación de la iniciativa privada: 859 mil 022 millones de pesos en total están comprometidos. El Tren Maya se llevará gran parte del dinero público (para mil 500 kilómetros y 15 estaciones, unos 200 mil millones); se necesita, entonces, del dinero privado.

Como criterios generales de política económica –en lo macro, pues– se apuesta a tasas más bajas, a inflación controlada, a un peso competitivo y cero endeudamiento; y 2019 nos dice que es posible. Y ya quisiera cualquier gobierno haber logrado este nivel de disciplina. El costo es que son políticas restrictivas, no expansivas; el control del gasto el año pasado llevó a un crecimiento pobre.

Pero López Obrador necesita, para mantener este ritmo de disciplina y elevar el crecimiento –y sobre todo inyectar empleo– emprender una estrategia de acercamiento con el sector privado. Darle certidumbre y seducirlo, básicamente, para que invierta. En su momento, los empresarios se creyeron la campaña negra pagada por una parte de los hombres más ricos (depredadores, acostumbrados al trato privilegiado) de que México sería el próximo Venezuela. No, México no será el próximo Venezuela. No hay indicios de eso. Pero el daño a la imagen de AMLO fue muy extendido. Ahora hay que revertirlo y convencer. Y para convencer se necesitan dos herramientas: una, mostrar, en los hechos, que la campaña negra se equivocó; y en eso, creo, ha avanzado muchísimo. La segunda herramienta es generar certidumbre para que los empresarios se involocren. Y aquí hay factores que el Presidente y su equipo deben analizar.

La encuesta que hace mes con mes el Banco de México es importante para esa materia. Primero, porque está hecha entre analistas del sector privado; segundo, porque está muy validada y trae serie, es decir, trae históricos que permiten ver la evolución. Y aquí me voy despacio para entender, entre todos, dónde están las principales raíces de la incertidumbre que inyectan desánimo para invertir. Tomo la última encuesta, del 13 de diciembre pasado, para revisar rubros.

La pregunta general es: ¿cuáles son los principales factores que podrían obstaculizar el crecimiento de la actividad económica en México? Y luego, las respuestas se dividen en seis:

• Condiciones externas.

• Condiciones económicas internas.

• Gobernanza.

• Inflación.

• Política Montaria.

• Finanzas públicas.

Empecemos por descartar algunos factores de menor peso. Elimino Inflación, porque la preocupación es cero; está controlada. Elimino Política monetaria; es un 4 por ciento de la preocupación y es más o menos el nivel en el que ha estado durante una año; está, pues, bajo control.

Nos quedan, entonces, 4 factores de preocupación. Vamos a darles sus porcentajes para entender qué tanto preocupan. Las acomodo también en orden de importancia:

46 por ciento: Gobernanza.

29 por ciento: Condiciones económicas internas.

11 por ciento: Condiciones externas.

10 por ciento, Finanzas públicas.

Ahora elimino las de menores porcentajes. Condiciones externas es apenas 11 por ciento, sobre todo por comercio externo (la incertidumbre del T-MEC en diciembre) y la debilidad en la economía global. Finanzas públicas es un 10 por ciento de la preocupación, y es por un sólo factor del que ya hablamos: el gasto público, que cayó durante 2019.

Así, pues, nos quedan dos factores de peso pesado:

46 por ciento: Gobernanza.

29 por ciento: Condiciones económicas internas.

Juntos suman 75 por ciento de la preocupación. Y son razones internas, es decir, se provocan al interior del país. Vayamos una por una.

Condiciones económicas internas. En enero 2019 estaba en 20 por ciento; ahora está en 29 por ciento. ¿Qué creció? La Incertidumbre sobre la situación económica interna; es por el bajo crecimiento. También creció el rubro Debilidad del mercado interno; el bajo crecimiento, otra vez. Hay factores como Ausencia de cambio estructural en el que hay 1 por ciento de preocupación; otros que no preocupan nada: Disponibilidad de financiamiento interno, El nivel de endeudamiento de las empresas, El nivel de endeudamiento de las familias, Falta de competencia de mercado. El factor Plataforma de producción petrolera es menor a como se recibió hace un año: hoy está en 6 por ciento, estaba en 7 por ciento.

Claramente, entonces, el factor de preocupación mayor son las Condiciones económicas internas, porque no se está creciendo; eso es justo lo que nos condujo a este análisis.

Y ahora bien, hinquémosle el diente al rubro Gobernanza. Como es casi el 50 por cierto de la preocupación, vale la pena desglosarlo. Se divide en 5 rubros y los acomodo por niveles de preocupación.

Problemas de inseguridad pública: 21 por ciento.

Incertidumbre política interna: 13 por ciento.

Falta de Estado de Derecho: 5 por ciento.

Corrupción: 4 por ciento.

Impunidad: 3 por ciento.

Hemos dado ya con el principal factor de la incertidumbre: la inseguridad. No hay una preocupación mayor que la violencia. Allí radica, dicho por la encuesta de Banxico, el principal factor que podría obstaculizar el crecimiento de la actividad económica en México: nada menos que 21 por ciento del total.

También sale alto la Incertidumbre política interna: 13 por ciento. Es la medición de diciembre 2019. Pero en enero 2019 estaba en 23 por ciento, y en junio ya estaba en 18. Es decir, bajó 10 puntos. En cambio, la inseguridad estaba en 11 por ciento en enero 2019; para junio estaba en 13 por ciento, ahora en 21 por ciento. Crece fuerte, pues, la incertidumbre por culpa de la violencia.

Allí están, pues, más claras que el agua, las tareas de López Obrador para inyectar certidumbre y animar la inversión privada que necesita para que el país crezca.

Agrego valores que sirven, a todos, para entender qué momento vivimos. Hoy la economía está, ¿mejor que hace un año?, pregunta Banxico.

Sí, un 3 por ciento.

No, un 97.

Luego pregunta: ¿Es buen momento para invertir?

Buen momento: 6 por ciento.

Mal momento: 58.

No está seguro: 36.

Como decía: 2020 se proyecta para ser mejor que 2019. Entonces, ¿por qué el pesimismo de los empresarios? Va ligado a la percepción sobre el entorno económico. Y al Gobierno le urge cambiar esa percepción. No lo hará si no mejora la realidad. Y para mejorarla, no hay de otra: la economía tiene que despegar y, además, tiene que dar resultados en seguridad.

Concluyo. El Plan A de AMLO en 2019 fue frenar la corrupción. Para eso, metió lupa al gasto gubernamental y lo reordenó. Pero dejó de invertir. Mientras, el sector privado se quedó esperando señales. Resultado: eso, y la incertidumbre que genera la inseguridad, aplastó el crecimiento.

Me parece que el Plan A de AMLO en 2020 debe ser que la economía despegue. Para eso necesita coquetear y conquistar a los empresarios, porque no puede hacerlo con dinero de Gobierno, exclusivamente; y para conquistar a los empresarios debe darles también a probadas de bienestar. Y bienestar para la inversión es controlar la inseguridad. Plan A de López Obrador: crecer; y para crecer, dar certeza a los empresarios; y para darles certidumbre, controlar la violencia. Así de simple. Eso dicen los números. A menos de que, como suele decir, él tenga otros datos.

Alejandro Páez Varela
Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx

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