Ciudad de México, 6 de julio (SinEmbargo).– De la Social a Morena, editado por JUS, es la obra de un verdadero experto en la izquierda mexicana.
Carlos Illades, que de él se trata, nacido en 1959 en Tepic, Nayarit, además de estar convencido de que la izquierda no es sólo el PRD, ha escrito muchos libros al respecto y merecido varios premios de investigación por su incansable trabajo en torno a una corriente política que ya tiene 170 años de historia en nuestro país.
Conformada por el socialismo, el nacionalismo y el socialcristianismo, la izquierda nacional se dibuja con más intensidad en su vertiente socialista en esta narración cronológica que también analiza la influencia actual de esta corriente de pensamiento político.
“Sólo un autor que ha escrito tanto sobre el tema puede reunir en 170 páginas una sinopsis congruente con 170 años de historia de la izquierda,” afirmó el historiador Enrique Semo durante la presentación
Carlos Illades es autor también de Presencia española en la Revolución mexicana, Rhodakanaty y la formación del pensamiento socialista en México, Nación, sociedad y utopía en el romanticismo mexicano y Las otras ideas. Estudio sobre el primer socialismo en México, entre otros.
–Tu libro pone las cosas en su lugar e ingresa la izquierda mexicana en una tradición potente
–La izquierda mexicana surgió en la segunda mitad del siglo XIX, cuando comienzan a conocerse a Charles Fourier y Pierre-Joseph Proudhon, entre otros pensadores socialistas. Esa tradición se mezcla con otras vertientes de la izquierda que tiene que ver con el nacionalismo, el que también se fragua en esa época y con el socialcristianismo. Esas tres corrientes pasan por el siglo XX y de alguna manera llegan a nuestra época. Aunque en nuestros tiempos la más fuerte es la corriente nacionalista que en el siglo XX se había convertido en nacionalista-revolucionaria.
–La mexicana no parece ser una izquierda muy latinoamericanista
–No, aunque en su etapa digamos comunista, incluso previa, tuvo bastantes nexos con la izquierda latinoamericana. Hay que decir de todos modos que conecta por sus postulados y prácticas con buena parte de la izquierda que ha llegado al poder en Sudamérica.
–En México, según tu investigación, la izquierda mexicana ha tenido mucho más valor del que estamos dispuestos a reconocerle…
–Sobre todo porque en el siglo XX, la presencia de la izquierda en la cultura mexicana es crucial. Serían incomprensibles el muralismo, gran parte de nuestra literatura, de nuestro desarrollo editorial, sin la influencia de la izquierda. Creo, y esa es una de las intenciones de mi libro, que se ha pensado en que la izquierda es el PRD. Justo lo que trato de mostrar que la tradición de la izquierda es mucho más poderosa y más rica que el PRD y que ha tenido una gran influencia en la cultura y la política mexicanas. Es interesante que las nuevas generaciones de nuestro país sepan que la izquierda no se restringe al último tramo de su historia, es decir, de 1989 a la actualidad.
–¿México es izquierdista en lo cultural y derechista en lo político?
–(risas) Creo que si bien es cierto que nuestro país es sin duda un conservador, las posturas han ido variando. Incluso el PRI fue cambiando mucho su perspectiva. En principio era más cargado al centro, con políticas sociales importantes y ahora no cabe duda de que es un partido de derecha, como lo es el PAN. La presencia de la izquierda, efectivamente, ha sido importante en la cultura, pero también ha tenido influencia en la política, como lo demuestra la alternancia mexicana sin la lucha de la izquierda a favor de la democracia en el país.
–La izquierda mexicana concentra mucha simpatía, pero a la hora del voto no es tan así…
–Bueno, creo que sí, que la gente ha votado mucho a la izquierda en los últimos años. El caso, por ejemplo, de la votación de 1988, una elección cuestionada por las prácticas fraudulentas del régimen; en 2006, estuvo a las puertas de ganar la presidencia y tuvo muchos votos en las elecciones del 2012.
–¿El cardenismo de 1988 tenía un discurso real de izquierda o se basaba más en el caudillismo?
–Lázaro Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador tienen prácticas caudillistas, pero en el discurso de ambos está en el centro la cuestión social y más allá de otras consideraciones lo que define a la izquierda es la cuestión social. En 1988, se trataba de recuperar línea de justicia social que marcaba la Revolución Mexicana.
–¿Por qué un país con tanta diferencia social vota por la derecha?
–No vota mucha gente, eso hay que decir en primer lugar. Por otro lado, se vota a la derecha porque hay un control bastante eficiente por parte de las élites y de partidos como el PRI y el PAN sobre los electores. Prueba de eso es lo que acaba de pasar recientemente, esto es el Gobierno Federal que tiene una credibilidad muy baja y sin embargo obtiene resultados bastante aceptables. Eso tiene que ver no porque convenza una propuesta política que además no está planteada con claridad, sino porque controlan, disponen, de una maquinaria política sumamente eficaz.
–A la luz de tu libro, ¿podríamos decir que el peor enemigo de la izquierda mexicana ha sido la propia izquierda mexicana?
–En parte sí y en otra parte ha sido el Régimen. Los últimos 30 años han sido para la izquierda nacional una búsqueda constante de la unidad y en el momento en el que se da la fragmentación del 2012, tanto el voto de la izquierda como las opciones se dispersan. Si sumáramos este voto, la izquierda estaría en segundo lugar, lamentablemente, no fue así y no sabemos si haya alguna posibilidad de unidad en la acción para las elecciones Presidenciales de 2018.
–¿Es la izquierda un fenómeno de la capital?
–Aquí sin duda ha sido fuerte. No sólo desde el cardenismo, sino desde la época en que tenía presencia el comunismo, es decir, finales de los ’70, la izquierda ha tenido un voto considerable en el Distrito Federal. Esto tiene que ver con que el discurso de la izquierda está fundamentalmente basado en las clases más ilustradas, con más acceso a la información.
–Podríamos decir entonces que este sistema que tiene una motivación social no ha logrado “venderle su producto” a su cliente natural
–Y no lo ha logrado en gran parte porque se disputa esa tarea con el PRI, que ha tenido una importante participación en lo social a lo largo de toda su historia, mediante prácticas clientelistas en la distribución de recursos.
–¿Cómo está el PRD?
–En una crisis muy severa y no sabemos si esa crisis lo llevará a acercarse más al Régimen o si, algo que considero más difícil, lo conduzca a constituir un frente de izquierda amplio para las elecciones de 2018. Hoy es un cascarón vacío.
–Podríamos dudar, entonces de si en el código genético del PRD hay una izquierda real
–A estas alturas, sí. Porque ahora forma parte del establishment político, sobre todo a partir del Pacto por México.
–¿Los recientes resultados electorales hirieron de muerte a la izquierda mexicana?
–Hirieron de muerte al PRD, no a la izquierda mexicana. Fíjate, por ejemplo, que el voto de Morena resultó mucho mayor al esperado.
–¿Habrá alguna vez un Gobierno de izquierda en México?
–Existen las posibilidades, pero ellas no son tan altas como las que había hace 10 años en nuestro país.
