Desde su llegada a la Presidencia de Estados Unidos en enero de 2017, Donald Trump ha estado envuelto en la polémica. El mandatario no tiene límites y utiliza su famosa cuenta de Twitter para arremeter en contra de cualquier persona, no importa en ámbito en el que se desempeñe.
Ahora, Trump protagoniza un nuevo escándalo, esta vez con algunas de las principales figuras del deporte estadounidense. LeBron James, jugador de los Lakers y super estrella de la NBA, acusó al mandatario por “usar el deporte para dividir” a los ciudadanos en cuestiones de raza, luego de que este pidiera a la NFL suspender a los jugadores que se arrodillen durante la entonación del Himno Nacional.
Sin embargo, la Primera Dama de EU, Melania Trump, parece querer forjarse su propio camino y hay quienes la ven desde la izquierda como un insospechado símbolo de “la resistencia”. Para otros, las suyas son acciones vacías que no la absuelven de ser asociada con el Presidente y sus políticas impopulares.
Nueva Jersey, Estados Unidos/Ciudad de México, 6 de agosto (AP).– Un pronunciamiento cuidadosamente preparado. Un vestido polémico. Un súbito silencio o alejamiento del público.
La decisión de Melania Trump de tomar distancia de las críticas de su marido, el Presidente Donald Trump, al basquetbolista LeBron James es un nuevo ejemplo de la forma en que calladamente la Primera Dama trata de crear un espacio entre ella y su esposo, sin criticarlo directamente pero dejando en claro que no está de acuerdo con él.
A través de Twitter expresó su desencanto con la política del Gobierno de separar familias en la frontera y posteriormente visitó allí a niños desplazados, algo que su marido no ha hecho. No se hizo ver en público en medio del revuelo en torno a la supuesta relación de Trump con la actriz pornográfica Stormy Daniels. Y su portavoz dejó en claro que la Primera Dama verá el canal que le venga en gana, incluidas cadenas noticiosas que Trump critica asiduamente.
Si bien tal vez no constituyen desafíos abiertos, Melania Trump parece querer forjarse su propio camino y hay quienes la ven desde la izquierda como un insospechado símbolo de “la resistencia”. Para otros, las suyas son acciones vacías que no la absuelven de ser asociada con el Presidente y sus políticas impopulares.
Today’s visit to #Texas to spend time with children & thank the many hardworking individuals helping to care for them was very meaningful. Thank you to @SecAzar @HHSGOV for traveling w me today & the care you are giving these children in such a difficult time. pic.twitter.com/P5orrJ4k6p
— Melania Trump (@FLOTUS) 22 de junio de 2018
Al ver una entrevista de LeBron con CNN, Trump cuestionó la inteligencia de uno de los afroamericanos más prominentes de Estados Unidos. Lo hizo en respuesta a algunas críticas vertidas por LeBron en una entrevista con un periodista de raza negra, como él.
La portavoz Melania Trump Stephanie Grishman dijo el sábado, en respuesta a preguntas de periodistas, que LeBron parecía estar “esforzándose por hacer cosas buenas para nuestra próxima generación” y que la Primera Dama consideraría visitar la escuela para niños en riesgo que abrió en Akron, Ohio.
El pronunciamiento claramente buscó marcar distancias con Trump, pero no criticó al mandatario.
No fue la primera vez que Melania Trump se solidarizó con los niños migrantes separados de sus padres. En junio Grishman dijo que la Primera dama “detesta ver niños separados de sus familias.
Melania Trump dijo que era imperiosa una solución legislativa y que hay que “gobernar con el corazón”. Acto seguido visitó dos veces a menores en la frontera. La Primera visita generó una controversia ya que se presentó con una chaqueta que decía “a mí realmente no me importa, ¿y a usted?”.
Grishman afrimó que “no había ningún mensaje encubierto”, mientras que Trump sostuvo que el cartel aludía a los “medios que propagan noticias falsas”.
La oficina de Melania Trump en la Casa Blanca pareciera estar empeñada en dejar saber que la Primera dama a veces no coincide con su marido. Cuando el New York Times dijo el mes pasado que Trump estaba furioso porque el televisor de su esposa en el avión presidencial estaba sintonizado con la cadena CNN, Grisham emitió un comunicado diciendo que la Primera Dama veía “el canal que le venga en gana”.
Melania Trump demostró que no tiene problemas en emprenderla contra alguno de los principales aliados de su marido. Cuando el abogado de Trump Rudy Giuliani dijo que ella le cree a su marido cuando dice que no tuvo nada con Daniels, la oficina de la Primera Dama emitió un comunicado en el que dijo: “No creo que la señora de Trump haya hablado alguna vez de lo que piensa con el señor Giuliani”.
Hay quienes piensan que sus pasos son calculados.
“Obviamente le ayudan a la Primera Dama porque la muestran como una persona inteligente e independiente, pero al mismo tiempo ayuda (a Trump) a mantener algo que le interesa en el candelero”, opinó el profesor de comunicaciones de la Universidad de Bsoton Tobe Berkovitz.
Más de uno compara las actitudes de Melania con las de Ivanka Trump, la hija del Presidente que también toma distancia de algunos de sus pronunciamientos.
Melania Trump es una Primera Dama poco convencional. Durante la campaña presidencial evitó el candelero y, según allegados, no pensaba que su esposo sería elegido. Uno de sus objetivos como Primera Dama es combatir el bullying cibernético, algo irónico si se tiene en cuenta que su marido apela a esa herramienta para atacar a sus enemigos.
Melania nunca ha hablado de las presuntas infidelidades de su marido. En pleno escándalo por la supuesta relación con Daniels y el pago de dinero para que no hablase, suspendió un viaje con su marido el foro económico de Davos, Suiza.