México

Entre canciones y papalotes, Bellas Artes homenajea al pintor oaxaqueño Francisco Toledo (FOTOS)

06/09/2019 - 5:42 pm

Mientras el angosto riachuelo de gente recorría la breve exposición, el Coro de Madrigalistas de Bellas Artes interpretaba algunas canciones zapotecas, entre ellas, “El feo”, tema que tanto le gustaba a Toledo. Cada nota que flotaba en el aire llenaba de melancolía el lugar, llorándole al filántropo, al amante de la naturaleza y de sus animales.

Ciudad de México, 6 de septiembre (SinEmbargo).- Ayer dejó de existir el maestro Francisco Toledo en su natal Oaxaca, y allá decidió permanecer. Es incierto si sus cenizas llegarán a la Ciudad de México. Empero, hoy se le rinde un sentido homenaje en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes que permanecerá hasta el día de mañana.

Sin ostentación ni presunciones, así fue montada la sencilla ofrenda en honor al entrañable pintor oaxaqueño, en el vestíbulo del máximo recinto cultural del país. Con una foto de él en medio y siete de sus obras, traídas del Museo de Arte Moderno y de la Estampa, que testificaban el innegable genio de Toledo.

Al cabo del mediodía, comenzaron a llegar algunos visitantes, algunos turistas; otros… seguidores de su arte que vieron en el momento, la oportunidad idónea para tomarse una selfi.

Algunos visitantes llegaron al recinto a despedirse del pintor. Foto:Mario Jasso/Cuartoscuro.

Mientras el riachuelo de gente recorría la breve exposición, el Coro de Madrigalistas de Bellas Artes interpretaba algunas canciones zapotecas, entre ellas, “El feo”, tema que tanto le gustaba al maestro. Cada nota que flotaba en el aire llenaba de melancolía el lugar, llorándole al filántropo, al amante de la naturaleza y de sus animales.

“La Martiniana” también fue entonada por el sublime coro: “no me llores, no, no me llores, no, porque si lloras yo peno, en cambio si tú me cantas, yo siempre vivo, y nunca muero”, rezaba la canción, apenas precisa para honrar al juchiteco.

La gente llegó a cuentagotas, tan sólo unos cuántos entraban al Palacio de vez en vez, pero eso sí, con el corazón, ese que quedaba plasmado en cada palabra que le dedicaron en un libro que se colocó en la entrada del recinto. “Gracias maestro, por el ejemplo que nos diste en vida”, versaba un comentario.

Francisco Benjamín López Toledo impulsó la creación de bibliotecas y centros culturales; siempre peleó por la conservación del patrimonio cultural de cada rincón de México, y de su natal Oaxaca.

Ayer dejó de existir a la edad de 79 años de edad, víctima de un cáncer de pulmón que lo aquejaba desde hace algunos años.

Oriundo de Juchitán, Oaxaca, desde temprana edad demostró una habilidad especial para el dibujo, por lo que su padre lo alentó y cedió parte de las paredes de la casa donde vivían para que pusiera a prueba su creatividad.

La obra de Francisco Toledo “traza un círculo completo. Empezó en Oaxaca, donde llegó a estudiar a los 12 años, y en su tramo final, tras largos periodos en el extranjero, ha recalado en el punto de partida. Su tierra es el ombligo de su creación. De ella emanan su paleta, sus criaturas primitivas y fantásticas, sus creencias. Sus cuadros, cercanos en el tratamiento del color a los de su mentor artístico, Rufino Tamayo, combinan influencias occidentales –Goya y Picasso, Klee y Ho­garth– con formas antiguas e indescifrables, fraguadas en los valles del sur de México”, reseñó El País.

Una foto a gran formato se colocó al centro de la ofrenda. Foto: Mario Jasso/Cuartoscuro.

En la década de los 50 comenzó su formación artística profesional en el taller de grabado de Arturo García Bustos. Posteriormente ingresó al Taller de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en la Ciudad de México.

Al poco tiempo Toledo se trasladó a Francia donde estudió en el taller de grabado de Stanley Hayter.

Por algunos momentos, se reunieron varios asistentes. Foto: Mario Jasso/Cuartoscuro.

En 1965 el artista regresó a México y desarrolló pintura, litografía, grabado, escultura, cerámica y diseño tapices con diversos artesanos.

Museos como el de Arte Moderno en México, París, Nueva York; en el New York Public Library, la Tate Gallery de Londres y la Kunstnaneshus de Oslo, entre otros, poseen algunas de sus obras más destacadas.

Visitantes llevaron papalotes, como los que Toledo empleaba para protestar por la igualdad. Foto: Mario Jasso/Cuartoscuro.

Actualmente las obras de Francisco Toledo se encuentran rotando por el mundo, poniendo en alto su visión creativa en las artes plásticas mexicanas.

 

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