“Si el Estado tuviera perspectiva de género, si fuera entonces más democrático, no habría tolerancia social a la violencia hacia las mujeres y por lo tanto al feminicidio”.

Marcela Lagarde.

Hace meses escribí que si queremos saber si un país es democrático debemos observar el trato que reciben los disidentes al gobierno. En México se les persigue, se les encarcela y en muchas ocasiones se les asesina. Este indicador tiene más sentido que las abstracciones comúnmente usadas para calificar a las democracias, tales como la división de poderes y las elecciones libres, que si existen en este país es solo para sangrar al erario público con miles de puestos burocráticos para personas dedicadas a simular.

Inyectando la misma dosis del mismo sentido común, en lugar de calificar si en un país existe el Estado de Derecho, deberíamos no solo verificar la existencia de una Constitución y de un entramado institucional y legislativo que establezca derechos, además sería preciso analizar el grado de  cumplimiento y de garantías que tienen, no de manera abstracta y eufemística como suele ocurrir.

Imaginar estos nuevos conceptos políticos dotados de sentido para todas y todos forma parte de la creación de un México alternativo al de los corruptos, y presiento que un buen lugar para iniciar su búsqueda es en la vida cotidiana de las personas comunes. Este ejercicio nos podría arrojar varios temas urgentes, pero en las condiciones actuales creo que el mejor indicador de la existencia de un Estado de Derecho es el grado de reconocimiento, respeto y garantía de los derechos de las mujeres, en especial a vivir una vida libre de violencia.

¿Existe garantía de una vida libre de violencia para la joven de 16 años quién este martes fue violada en el parque Naucalli, espacio público supuestamente vigilado por la policía en Naucalpan, en el Estado de México? Vienen a mi mente los nombres de Karen Esquivel y su vida que nos fue arrancada, Wendy García Estrada de Naucalpan aún desaparecida y el de Samia Charleen quien después de su desaparición, afortunadamente fue recuperada. Sus casos no pertenecen a agresiones acumuladas en años, son nombres y rostros que hemos conocido tan solo en las últimas semanas. ¿Cuántos nombres de mujeres integrarían esta dolorosa lista de ejemplos que harían inútil preguntarnos sobre la existencia del Estado de Derecho?

En el Estado de México son 2,043 mil rostros y vidas de mujeres víctimas de la violencia feminicida de enero de 2015 a junio de 2016 de acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano del Feminicidio, coalición de organizaciones cívicas que proponen soluciones y actúan frente a lo que Marcela Lagarde ha denominado el “Genocidio contra las Mujeres”.

¿Por qué centrarnos en el Estado de México y mejor en #FeminicidioEmergenciaNacional como bien propone en un hastag la defensora de los derechos de las mujeres y bloguera Frida Guerrera? Me centro en el Edomex porque la violencia alcanza niveles epidémicos ante la omisión y la complicidad del gobernador Eruviel Ávila quien se opuso a la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres, que gracias a la lucha de las familias víctimas se logró en julio de 2015.  A pesar de la resistencia algunas medidas se han logrado como lo explica Luz Estrada del Observatorio Nacional en este video. Aún así las historias se acumulan en gran parte por la negación y falta de voluntad política.

Prueba de lo anterior la podemos encontrar en el 5to. Informe de Gobierno de Eruviel Ávila. De 416 páginas el Informe esconde la tragedia al mencionar los feminicidios hasta la página 336, junto con fotografías de mujeres sonriendo o recibiendo cheque. En el texto vergonzosamente afirma que “para garantizar una vida sin violencia para las mujeres y niñas en el Estado de México, aún cuando en la entidad se registran menos feminicidios por cada 100 mil habitantes respecto a otros estados del país, en 2015 el gobierno estatal decidió promover y solicitar la declaratoria de alerta de género en los 11 municipios más poblados de la entidad”.

Le pregunto a Eruviel, si en realidad se registran “menos feminicidios” con respecto a otros estados del país como él afirma, ¿Por qué entonces “decidió promover” la declaratoria de alerta? Señalo dos mentiras en un Informe monumento a la simulación. Por un lado no se cometen menos feminicidios en ese estado, el mismo Inmujeres le coloca en los primeros estados a nivel nacional con una proyección alarmante y por otro lado le recuerdo que tanta fue su oposición a la declaratoria de Alerta de Género, que el caso llegó a la Suprema Corte de Justicia en febrero de 2015 promovido por las familias víctimas. Un documento que sí aborda el feminicidio en el Edomex, es el recién Informe  elaborado por el Centro de Derechos Humanos Zaferino Ladrillero.

Como lo he afirmado en pasadas entregas, no podemos esperar nada de quienes hacen de la mentira su oficio ya que prefieren enfocar los reflectores en obras propagandísticas en medio de la emergencia y precisamente en Ecatepec municipio asolado por el feminicidio. Tampoco esperemos mucho de Enrique Peña Nieto que para tomarse la foto en el teleférico, desplegó a cientos de elementos armados, incluyendo a francotiradores, lo que indica su confianza en el nivel de seguridad garantizado por su predecesor.  Mientras ambos personajes simulaban seguridad, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos presentaba ante la Corte Interamericana el caso de violencia contra las mujeres en Atenco, ante la ausencia de justicia y reparación integral.

Que no esperemos mucho de ellos no significa que no señalemos permanentemente su incongruencia y documentemos, como ejemplarmente lo hace Frida Guerrera en su blog, cada historia de vida, cada rostro y cada indignación que la violencia genera. Otra tarea es sumarnos, difundir y apoyar los esfuerzos de organización e incidencia de las familias y las organizaciones. Aquí una web por donde comenzar.

También la organización tiene una dimensión personal importante. “Te aseguro que todas las que vivimos aquí sabemos que hay que cuidarnos. No andamos solas y tratamos de andar en grupo”, me dijo ayer Carmen, mi amiga de Toluca cuando le pregunté sobre el tema. Pero caeríamos en la simulación que denunciamos si colocáramos los esfuerzos en quienes precisamente sufren la violencia.

La gran tarea pendiente es de nosotros los hombres educados en familias y comunidades machistas. Iniciando por reconocer y cambiar de fondo nuestras conductas. De la misma manera debemos condenar y cambiar los estereotipos impuestos en casa y la violencia simbólica. También al salir a la calle, estar alertas del acoso para condenarlo y si es posible detenerlo. Precisamos hablar de los feminicidios, acompañar la lucha de familias y organizaciones y finalmente exigir de las autoridades dejar la omisión feminicida. La lista es larga pero realizable. Empecemos hoy.

Jesús Robles Maloof

https://www.sinembargo.mx/author/jrobles

Defensor de derechos humanos, entusiasta de los efectos transformadores de las tecnologías de la información. Hace años decidí unir mi voluntad a quienes luchan contra la corrupción, la violencia y la impunidad. Desde integro 2010 el colectivo de activistas digitales Contingente Mx. Colaboré como Senior Lawyer en New Media Advocacy Project y actualmente soy responsable del área de Defensa Jurídica de la organización Enjambre Digital que defiende las libertades en internet.

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