En 2012, un kilo de aguacate costaba 20 pesos en la tienda de la esquina y en 2014 unos 33 pesos en algún mercado público. Naranja (733 por ciento), limón (566 por ciento), papa (312 por ciento), aguacate (310 por ciento), huevo (221 por ciento), cebolla (135 por ciento), tortilla (113 por ciento), jabón (66 por ciento), leche (46 por ciento)… A la par de la depreciación de 54.77 por ciento del peso frente al dólar y el incremento a los energéticos de hasta 52.87 por ciento, en el caso de la Premium que ya tocó el piso de los 20 pesos el litro, la canasta básica de productos vendidos por pequeños comerciantes se elevó un 84 por ciento durante este sexenio (2012-2018), reveló laAlianza Nacional de Pequeños Comerciantes.
“Para las familias de bajos recursos, que son muchas en este país, un peso es un peso y marca la diferencia”, enfatizó Cuauhtémoc Rivera, director de la ANPEC.
En contraste, la tasa de inflación devoró los aumentos salariales, sobre todo el de las mujeres. El ingreso mensual promedio de un trabajador cayó 1.28 por ciento de 2012 a 2017 en el caso de los hombres (3,540 pesos) y un 4.52 por ciento en el caso de las mujeres (2,744 pesos), dicen cifras de la Secretaría de Trabajo. Asimismo, más de 7 millones ganaron tres o igual al salario mínimo que –considerando la ola inflacionaria– anda en 63 pesos, debajo de la línea de bienestar.
Ciudad de México, 7 de julio (SinEmbargo).– De la mano de la depreciación del peso y el incremento del costo de los energéticos, por la dependencia a Estados Unidos, el precio de la línea de bienestar (alimentos y servicios) se fue elevando durante el sexenio hasta un 23.36 por ciento en la zona urbana y un 24.16 por ciento en la rural, ensombreciendo el ingreso mensual de trabajadores que, dada la tasa de inflación, registró una disminución de 1.28 por ciento para los hombre y 4.52 por ciento para las mujeres de 2012 a 2017, de acuerdo con datos oficiales.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) detectó entre sus más de 95 mil afiliados mayores aumentos de 2012 a la fecha en la naranja (733 por ciento), limón (566 por ciento), papa (312 por ciento), aguacate (310 por ciento), huevo (221 por ciento), cebolla (135 por ciento), tortilla (113 por ciento), jabón (66 por ciento), leche (46 por ciento) y refresco (41 por ciento).
La canasta básica de los pequeños comercios subió 84.12 por ciento al pasar de 805.34 pesos en 2012, al inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto, a mil 482.82 pesos en 2018. “Deja muy claro cómo se encareció la vida en sólo seis años”, dijo Cuahtémoc Rivera, director de ANPEC.
Frente a la cascada de incrementos, el salario real cayó sobre todo para las mujeres. La Secretaría del Trabajo revela que de los más de 29 millones de asalariados que reportaron un ingreso en 2017, 21 millones ingresan hasta tres salarios mínimos al mes. El resto, 5 millones 188 mil 523 de mexicanos y 2 millones 464 mil 14 de mexicanas, ingresaron menos de tres o igual al salario mínimo. El valor del salario mínimo pasó de 60.66 pesos promedio en 2012 a 88.36 pesos diarios este año, pero considerando la inflación anda en al menos 63 pesos al día, por debajo de la línea de bienestar. El salario mínimo es hoy, en términos reales, menos que en 1995. 234 mil familias lo ganan, de acuerdo con Viridiana Ríos, ex directora de México, ¿Cómo vamos?
Aunque hubo aumentos salariales a lo largo de la administración, la tasa de inflación también provocó que el ingreso mensual promedio de un trabajador disminuyera 1.28 por ciento de 2012 a 2017 en el caso de los hombres (3,540 pesos) y un 4.52 por ciento en el caso de las mujeres (2,744 pesos), dicen cifras de la Secretaría del Trabajo.
“Se disparó porque hemos llevado nuestra política a la dependencia de Estados Unidos casi total, incluyendo la alimentaria. Compramos [importamos] alimentos como granos, huevo, lácteos y cárnicos en dólares, y también energías [gasolinas y gas]. Si el dólar se aprecia y el peso se devalúa, impacta el costo del suministro a puntos de venta y afecta dramáticamente las compras”, aseguró Rivera.
“Para las familias de bajos recursos, que son muchas en este país, un peso es un peso y marca la diferencia”, enfatizó el comerciante. “Vamos a seguir pagando por los impuestos, el costo de suministro, los precios subirán y van a impactar a los precios finales del consumidor y en la economía de las familias. Es el círculo vicioso del que no hemos podido salir en este sexenio”, lamentó.
EL ALZA SEGUIRÁ POR ARANCELES
Esta inflación, el precio de bienes y servicios anual, se comió el salario al brincar a una tasa anual de 3.57 por ciento a finales de 2012 a 4.51 por ciento en mayo, pasando por un pico histórico de 6.77 por ciento el año pasado, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). “La tendencia a la alza de los productos es la constante”, alertó Cuauhtémoc Rivera.
La ola inflacionaria se originó principalmente por el incremento del dólar y los gasolinazos implementados desde 2017 a raíz de la liberación del precio de los combustibles, sumado al aumento del precio del gas LP. El incremento a la tasa de interés por parte del Banco de México no fue suficiente para contenerla.
La moneda mexicana se depreció un 54.77 por ciento frente al dólar al subir de 12.98 pesos en diciembre de 2012 a 20.09 pesos en 25 de junio de 2018, de acuerdo con el Banco de México (Banxico).
El incremento en energéticos también vino escalado: de 2013 a junio de 2018 con base en datos de Pemex, el gas LP se elevó 46.09 por ciento; la gasolina Magna –empleada por la mayoría–, 47.73 por ciento; la Premium, 52.87 por ciento; y el diésel 41.80 por ciento. Las tarifas eléctricas a hogares se mantuvieron estables hasta 2017, ya que los aumentos significativos fueron en industrias. De este año no hay datos.
El dirigente de la ANPEC prevé que el comportamiento de los precios empeorará por la guerra de aranceles a aluminio y acero mexicano iniciada por la administración de Donald Trump.
“Esta guerra a los que más va a perjudicar es a los que menos tengan, más dependan y más requieran, en este caso, somos los mexicanos. Vamos a perder; nos va a seguir golpeando”, expuso. Luego del proceso electoral y el mundial Rusia 2018, en el inicio del segundo semestre del año, el país enfrentará una “dura discusión arancelaria” contra la primera economía mundial de la que depende más de un 80 por ciento.
LOS 25 PRODUCTOS DE LA CANASTA
La canasta básica mexicana se compone por 80 productos entre alimentos, ropa, vivienda, accesorios, salud, transporte, educación y esparcimiento. SinEmbargo eligió los 25 principales productos para medir el comportamiento de su precio de 2014 (desde donde hay datos disponibles) hasta el primer semestre del año, de acuerdo con las cifras de la Secretaría de Economía sobre las ventas en mercados públicos.
Este paquete de muestra subió 8.02 por ciento al elevarse de 736 pesos a 795 pesos en mayo de 2018 pasando por un pico de 854 pesos en 2017, año en que la inflación alcanzó el histórico de casi 7 por ciento.
Los alimentos que más presentaron un incremento este sexenio en esa canasta fueron el limón (49.22 por ciento), carne de res (41.80 por ciento), aguacate (34.48 por ciento), pasta de dientes (31.10 por ciento) y azúcar (25.92 por ciento).
En contraste, los bienes que más bajaron de precio fueron el jitomate (41.50 por ciento), salchichas (22.79 por ciento), queso panela (22.01 por ciento), el huevo (17.53 por ciento) y el papel sanitario (13.37 por ciento).
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) añade a la línea de bienestar, además de la canasta alimentaria, la de servicios, la cual en total aumentó de 2012 a mayo de 2018 un 24.16 por ciento en la zona rural (1,092 pesos) y 23.26 por ciento en la urbana (2,946 pesos).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, en 2012 el 34 por ciento gastó en alimentos, 18.5 por ciento en transporte y 13.8 por ciento en educación. Dos años después, la encuesta de 2016, que tuvo ajustes en el desglose de resultados, expuso que el 30.43 por ciento dijo gastar en alimentos, 11.38 en educación y 11.12 en transporte.