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07/07/2020 - 12:04 am

El Parlamento ¿Abierto? para los Fideicomisos

Parlamento Abierto no debe confundirse con solo una audiencia pública en donde se pretenda dar voz a quienes no son funcionarios.

Sesión en la Cámara de Diputados. Foto: Cámara de Diputados.

Por: Sarahí Salvatierra*

El Parlamento Abierto implica más que una sesión donde se escucha la postura de distintas partes, se trata de todo un esquema de colaboración entre sociedad y gobierno, donde se construye colectivamente una posición. El pasado 20 de mayo, la fracción de Morena presentó una iniciativa para reformar 14 leyes que buscan extinguir 44 fideicomisos y recuperar de éstos 91 mil 077 mdp, para destinarlos a enfrentar la crisis de COVID-19 y contribuir a la política de austeridad. Desafortunadamente, el proceso de parlamento abierto que se está llevando a cabo en la Cámara de Diputados respecto a la iniciativa no cumple con todas las características de este modelo.

La iniciativa presentada por Morena considera fideicomisos relevantes, con fines de amplio interés público y algunos de protección de derechos humanos, como el Fondo de desastres naturales (FONDEN), el Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, fideicomisos de apoyo a la investigación científica o el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE), entre otros. Por lo que, en los siguientes días se desató una serie de críticas por el tipo de fideicomisos que corren el riesgo de desaparecer y la falta de criterios claros para definir qué fideicomisos se van a extinguir y de qué forma, frente a las otras vías de extinción abiertas. Entre quienes manifestaron públicamente su desacuerdo se encontraban figuras públicas del cine, así como personalidades de la academia.

Frente a la polémica, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Mario Delgado, anunció la realización de sesiones de Parlamento Abierto para analizar cada uno de los fideicomisos considerados en la iniciativa, con el fin de verificar si eliminarlos o conservarlos. Si bien, la medida de aplazamiento del curso de la iniciativa, en tanto no se analice, fue adecuada, el proceso de Parlamento Abierto ha sido muy limitado y deficiente, pues carece de elementos para realmente considerarlo así. Por ejemplo, la información y transparencia sobre la metodología, orden y seguimiento de las discusiones no ha sido suficiente; además, tampoco se sabe qué procesos seguirán a las audiencias públicas o a la discusión de la iniciativa.

La primera audiencia realizada el 27 de mayo, fue la discusión del FONDEN, y a la fecha, ya se han realizado 7 sesiones para discutir la permanencia del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento, el Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, el Fondo de Apoyo Social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos, el Fondo Nacional de Cooperación Internacional para el Desarrollo, el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine y los fondos de ciencia y tecnología. Sin embargo, en ninguna de estas audiencias se han garantizado los elementos mínimos que caracterizan al Parlamento Abierto.

Primero, porque no se ha publicado un calendario con el orden para la discusión de cada fideicomiso. La convocatoria para la discusión de cada fideicomiso se fue dado a conocer cada semana, con apenas uno o dos días de anticipación, lo que limita la apertura a una pluralidad de personas expertas y de la sociedad, así como suficiente tiempo para que las personas interesadas pudieran preparar su participación. Lo que fue evidente en el caso del FONDEN, en donde la representación de la sociedad fue mínima. Asimismo, no hay un micrositio en donde se dé seguimiento a las minutas de las sesiones, las versiones estenográficas o los documentos de trabajo. Tampoco se ha informado el seguimiento que se dará a la iniciativa una vez que termine la discusión de cada fideicomiso.

Parlamento Abierto no debe confundirse con solo una audiencia pública en donde se pretenda dar voz a quienes no son funcionarios. Para que realmente se trate de un proceso legislativo abierto deben garantizarse como mínimo:

A) transparencia y claridad de la metodología y seguimiento que se va a dar a la discusión de la iniciativa, como el calendario de reuniones con fecha, lugar y orden del día, versiones estenográficas y/o videograbaciones de las reuniones y los documentos técnicos de apoyo, los cuales deben de publicarse de manera oportuna;
B) asegurar la participación ciudadana sustantiva, a través de convocatorias públicas, con suficiente tiempo, para que las y los especialistas de la sociedad y academia, incluso beneficiarios de esos fideicomisos puedan discutir sobre la permanecía y/o cambios a los fideicomisos;
C) garantizar la rendición de cuentas mediante la publicación y explicación de las discusiones de la iniciativa y de las propuestas que se escucharon durante las audiencias y se integraron, así como el dictamen final con el sentido y justificación de los votos y,
D) el uso estratégico de las tecnologías de información para difundir ampliamente el proceso y los documentos de trabajo.

Si bien, nos encontramos en un momento complicado por la pandemia, que ha impedido realizar de manera común este tipo de procesos, se ha demostrado la utilidad y necesidad del uso de las nuevas tecnologías de la información (TIC), no sólo para garantizar mayor transparencia, rendición de cuentas y accesibilidad, sino para adoptar otras formas de trabajo colaborativo. Y justamente, el uso de las TIC es un elemento esencial en los procesos de Parlamento Abierto, que para la discusión de los fideicomisos se ha limitado a sólo escuchar las posturas de los participantes.

Aún está pendiente la discusión de un par de fideicomisos, por lo que instamos a las y los legisladores no sólo a proporcionar más información sobre las audiencias, sino también a llevar a cabo un buen proceso de Parlamento Abierto, garantizando la transparencia y rendición de cuentas de las discusiones de la iniciativa y la participación ciudadana en la modificación de las leyes para mejorar los fideicomisos. Lo que, sin duda, abonará a contar con mayor certeza ante las muchas dudas que han dejado las distintas decisiones en torno a la extinción de fideicomisos.

*Sarahí Salvatierra es investigadora en el programa de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción de @FundarMexico

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Centro de Análisis e Investigación, para la capacitación, difusión y acción en torno a la democracia en México.

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