La dieta del “acarreado” a mítines políticos: de las tortas y el “chesco”, a los tacos de huevo

08/02/2012 - 1:52 pm

Después de darse a conocer que hay 660 personas -en su mayoría indígenas- que se intoxicaron con tacos de arroz con huevo que les dieron por asistir a un mítin en la ciudad de Chilpancingo, Guerrero, una buena pregunta es: ¿Cuál es la dieta del “acarreado”?

Quizás el antecedente mexicano más antiguo al hecho de acarrear pobres a eventos políticos –y pagar con alimentos– está en el verbo “maicear”, que se atribuye a Porfirio Díaz. “Maicear”, en realidad, se refiere a dar maíz a los animales para que coman.

Los ejemplos contemporáneos para la dieta del acarreado sobran. El refresco y la torta forman ya parte de la cultura política mexicana. Pero hemos seleccionado algunos eventos de los últimos meses que, además, agregan riqueza a lo que puede llamarse así: “La cultura del acarreo”.

TACO DE ARROZ CON HUEVO, SALSITA Y REFRESCO

Se trata del último caso, con final funesto. Con esta “rica” dieta se intoxicaron unas 660 personas que asistieron desde el municipio de Chilapa de Álvarez a Chilpancingo, para respaldar al precandidato a Diputado Federal por el PRI, Sergio Dolores, quién es alcalde con licencia de la población de la montaña de Guerrero.

A su regreso del mitin, al llegar al crucero de Tixtla, frente a un internado, personal del diputado local del distrito tercero, Francisco Javier García González, repartió a cada vehículo repleto de gente un paquete con 15 o 16 tacos de arroz con un huevo hervido y tres tortillas, además de refresco o jugo de naranja. Por la mañana les habían dado tortas de jamón, narra el diario local El Sur de Acapulco.

Los intoxicados presentaron fiebre y vómito. Así, uno por uno de los más de 660 asistentes que al mitin y que habían comido los tacos de huevo, comenzaron a llegar al hospital con los mismos síntomas. Los hospitales locales no se daban abasto, ni los doctores y enfermeras que tenían que atender a decenas de pacientes a la vez, según los diarios locales.

DESAYUNO DE AIRE, CON ERUVIEL

De hace apenas unos meses. El PRI acarreó a campesinos y a gente pobre a un mitin del entonces candidato para Gobernador del Estado de México, Eruviel Avila. Así lo muestra este video, en donde los ciudadanos señalan que fueron engañados con la promesa de que les darían “algo de comer en una junta”. Decían que no conocían a ningún “Euribel” (sic).

A pesar de todo ni siquiera Eruviel Ávila estuvo presente, en su lugar se presentó Luis Videgaray, quién después de este video declaró que la gente “venía por su propia voluntad”.

SIN JUGUETES, LE “REHIERVE EL BUCHI”

Recientemente, en un evento de precampaña del PAN, se prometió a los asistentes la entrega de juguetes. No hubo suficientes. La gente se enojó y llegó la policía. Un “endiablado” señor –así lo dice él–, que a pesar de estar formado por varias horas no le tocó el regalo prometido, se volvió tema en las redes sociales.

Frustrado, el mismo señor, frustrado, siguió con su queja.

UN CLÁSICO: TORTAS Y “CHESCOS”

Es la dieta de Peña Nieto Enrique. O por lo menos lo fue en un mitin en el estadio Kukulcán de Mérida. Una foto publicada por Reforma en su cuenta de Twitter muestra el momento en el que se reparten las tortas y los refrescos (latas de Coca-Cola) a los acarreados desde un camión.

La práctica del reparto de tortas y refrescos a los acarreados ha sido llevada a cabo por el PRI desde hace décadas. Ironicamente, ese mismo día, Peña Nieto pretendió imitar a Luis Donaldo Colosio repitiendo su discurso de que no quería votos ilegales.

ACARREADOS Y HAMBREADOS

Y otro clásico: el acarreo sin recompensa. En la campaña del PRD para gobernador del Estado de México, gente que asistía a los mítines del candidato Alejandro Encinas dijo ser vecina del Distrito Federal.

Así consta en varios videos e investigaciones periodísticas, por ejemplo, del Grupo Reforma, que en su momento le preguntó a varios asistentes a mítines de Encinas, de donde eran originarios, a lo que contestaban que vivian en delegaciones del DF.

Para estos, parece, no hubo ni tortas. Se quedaron hambreados.

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