Ciudad de México, 8 febrero (SinEmbargo).- La noticia pasó casi inadvertida en los noticieros culturales, copados como es lógico por la expectativa generada alrededor de la ceremonia de inauguración ayer de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi y el inicio el jueves de La Berlinale, uno de los festivales de cine más prestigiosos del mundo.
Sin embargo, el británico Charles Chaplin (1899-1977), uno de los artistas más grandes de todos los tiempos, genera siempre expectativa, tal como ha pasado con la reciente publicación de la única novela que escribió a lo largo de su prolífica y ecléctica carrera, Footlights.
Se trata de la historia que inspiró el filme clásico Candilejas y que el cómico escribió en 1948. Los manuscritos habían permanecido guardados en la Cinemateca de Bolonia, Italia, hasta darse a conocer dentro del libro The world of Limelight (El mundo de Candilejas), a cargo de David Robinson, el biógrafo de Chaplin.
“Charlot” escribió esta única novela cuatro años antes de la película, que salió en 1952, y antes de verse obligado a abandonar los Estados Unidos, a causa de la implacable persecución de Edgar Hoover, el que fuera director de la Oficina Federal de Investigación (FBI), que consideraba comunista al artista británico.
De acuerdo con el biógrafo, Chaplin fue un “gran blanco” de Hoover, hasta el punto de que “una gran parte de la clase media de Estados Unidos se volvió contra él”.
Footlights cuenta la historia del cómico alcohólico y mayor de edad, Calvero, quien ha perdido contacto con su público, que tiene pesadillas y está desencantado con su carrera. El otro personaje central es la bailarina Thereza a la que salva del suicidio.
Sé que soy gracioso pero los agentes piensan que mi tiempo ha pasado. ¡Dios! Sería fantástico conseguir que se tragaran sus palabras. Eso es lo que más odio de envejecer, el desprecio y la indiferencia que te demuestran. Piensan que no sirvo…Es por ello que sería maravilloso volver… Quiero decir que sería sensacional, conseguir que se partieran de risa, como solía hacer… Escuchar ese rugido elevarse… olas de carcajadas llegando hasta ti, elevándote del suelo… solía ser un tónico… Te gustaría reír con ellos pero te aguantas y te ríes por dentro… ¡Dios! No hay nada como eso. Por mucho que los odie adoro escucharlos reír.”
LA NOVELA NO IBA A SER PUBLICADA
La novela que esta semana ha visto la luz no fue escrita por Chaplin para ser publicada, sino como un diario personal del artista nacido en un barrio pobre de Londres y que hizo su carrera en los Estados Unidos.
Charles Chaplin fue esencialmente un autodidacta que llevaba siempre un diccionario a cuestas.
“En cuanto tenía una palabra que le gustaba, la usaba, incluso si no era la correcta para esa situación. No obstante, escribe de manera increíble. Con sus películas, él trabajaba y trabajaba hasta que salían bien y es lo mismo con este libro. Es una buena lectura. Es raro, pero bueno”, ha dicho el biógrafo David Robinson.
En las primeras sombras del crepúsculo, mientras la luz de las farolas de Londres se hacía más viva frente a un cielo color azafrán, Thereza Ambrose, una joven de 19 años, estaba deslizándose fuera de la vida; se hundía en la oscuridad de una habitación pobre y estrecha, en una de las calles secundarias de Soho. La luz que entraba por la ventana daba relieve a su perfil pálido, mientras la joven yacía en la cama…
Así empieza Footlights, testimonio de un artista extraordinario que a pesar de no haber gozado de una educación formal podría haber sido un gran escritor, según palabras de su biógrafo.
“Pese a no haber ido a la escuela se dedicó a aprender por su cuenta y consiguió escribir cosas maravillosas”, dijo Robinson en una entrevista pasada.
Con información de agencias
