Para fortuna de Ernesto Cordero Arroyo, pocos están escuchando lo que dice. El “favorito” del presidente Felipe Calderón Hinojosa es una fuente de comentarios flojos, bobos… y peligrosamente irresponsables. Sin embargo, los partidos políticos están muy atareados por sus propios asuntos y sólo así se explica que el secretario de Hacienda se vaya por la libre, se resbale, caiga y se vuelva a levantar sin que se lo coman vivo. Ejemplos sobran.

Desesperado, hasta avergonzado, Manuel Espino Barrientos escribió sobre él en su cuenta de Twitter: “Perdón por molestar. Aquí en Madrid me preguntan quién es el imbécil que dice que México dejó de ser pobre hace años”…

Recordará que el lunes 21 de febrero, Cordero aseguró que hay familias mexicanas que con un ingreso de 6 mil pesos al mes tienen crédito para una vivienda, para un coche y que incluso pueden mandar a sus hijos a una escuela privada y pagar colegiaturas. Un día después, y tras la lluvia de críticas, reculó: “Me apena mucho que se haya generado esta confusión, El contexto en el que lo mencioné es que son familias que tienen ingresos modestos, como de seis mil pesos al mes y que hacen milagros para poder salir adelante”.

El 31 de mayo, Cordero dijo que México dejó de ser un país pobre y que ahora es una nación de “renta media”. Según datos del INEGI, apenas 20% de los hogares mexicanos tendrían ingreso de clase media; y en los primeros dos años del presente sexenio los pobres aumentaron más de 50%. Cordero, el bocafloja, muy desinformado.

El 6 de junio, el secretario que quiere ser Presidente dijo que por primera vez en décadas el poder adquisitivo del salario mínimo crece y alcanza para comprar más.

Si se considera que este año la única intervención “virtuosa” del secretario pambolero ha sido pronosticar el campeonato de los Pumas –equipo de sus amores–, pues su score es muy endeble. En una entrevista para El Universal planteó: “Yo creo que a todos los que hemos jugado futbol no nos cae nada mal meter algunos goles”, esto en respuesta a si en 2012 le gustaría anotar. Pero, añadió, también le gusta “meter la pata dura”… Y vaya que lo logra. Y vaya que lo han tratado con bastante indulgencia.

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Si entendimos bien, el relanzamiento de la estrategia electoral de Luis  Felipe Bravo Mena implica golpear a la izquierda y no al PRI, que es el que acumula los votos. ¿Es así? Pues los estrategas lo han aconsejado mal. Porque las bases del PRD y del PT, como de cualquier izquierda en el mundo, son siempre las más duras de mover o convencer. Ideológicamente podrían moverse a una opción de centro; pero es difícil que un individuo que piensa de izquierdas brinque, por una declaración furibunda del panista, hacia la extrema derecha que él representan.

Quizá Felipe Calderón, el gran elector del PAN en estos momentos, no pensó en esta postulación. Su ex secretario particular es demasiado conservador –y no se diga gris– para el centro del país que ha demostrado ser progresista.

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Algo pasó. Nuevos datos, quizás un nuevo cálculo más frío y despersonalizado. El caso es que los líderes nacionales del PRI han dado un pasito para atrás en su defensa de Jorge Hank Rohn.

Imposible pensar que el mismo gobierno federal se haya acercado con la cúpula tricolor para mostrarle el expediente. O quizás ya se dieron cuenta que sí hay algo turbio en este personaje que huele a turbio, camina como turbio, grazna como turbio desde hace décadas.

El martes, las voces priistas callaron.

Hank, parece, se queda solo.

Redacción/SinEmbargo

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