MUHAMMAD ALÍ | De Eduardo Galeano a Oriana Fallaci: el más grande en los libros

08/06/2016 - 12:00 am
Un activista, un guerrero y también un "bocazas", como dirían los españoles. Foto: Facebook
Un activista, un guerrero y también un “bocazas”, como dirían los españoles. Foto: Facebook

“Lo llamaron Cassius Clay: se llama Muhammad Alí, por nombre elegido. Lo hicieron cristiano: se hace musulmán, por elegida fe. Lo obligaron a defenderse: pega como nadie, feroz y veloz, tanque liviano, demoledora pluma, indestructible dueño de la corona mundial.”, escribió el también autor de Las venas abiertas de América Latina en su famoso libro Memoria del fuego.

Ciudad de México, 8 de junio (SinEmbargo).- No murió un deportista. Murió un ícono cultural. Acaso el más grande símbolo de rebelión contra un sistema injusto y poderoso. Se fue Cassius Clay y se llevó consigo a Muhammad Alí, la gran personalidad del siglo XX, el que se opuso a la Guerra de Vietnam, el que se cambió el nombre, el que vivió una vida esplendorosa que poco a poco fue haciéndose trágica.

El más bello convertido en un despojo tembloroso -no obstante lo cual jamás dejó de ser el deportista más grande de la historia y seguramente uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos-, dejó esta dimensión en un hospital de Phoenix a los 74 años, lo que sin duda representó un duro golpe para el pugilato mundial.

El triple campeón de los pesos pesados, campeón olímpico en Roma 1960, dueño de un boxeo elegante, provocador y espectacular, había nacido el 17 de enero de 1942 en Louisville y además de sus peleas con Sonny Liston, Joe Frazier y Ken Norton, pasará a la historia por su verborragia, la lucha por los derechos humanos y “por flotar en el ring como una mariposa y picar como una abeja”, según definió él mismo su estilo.

Su fuerte personalidad y sus convicciones lo impulsaron a rechazar el servicio militar, un hecho que le valió una suspensión deportiva durante tres años y medio y la entronización de su figura como ícono de rebelión y contracultura.

Películas, libros, documentales: ahí están los testimonios del arte para dar cuenta de una figura extraordinaria, por caso, el texto inolvidable del uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015) en su famoso libro Memoria del fuego:

“Lo llamaron Cassius Clay: se llama Muhammad Alí, por nombre elegido. Lo hicieron cristiano: se hace musulmán, por elegida fe. Lo obligaron a defenderse: pega como nadie, feroz y veloz, tanque liviano, demoledora pluma, indestructible dueño de la corona mundial.

Le dijeron que un buen boxeador deja la bronca en el ring: él dice que el verdadero ring es el otro, donde un negro triunfante pelea por los negros vencidos, por los que comen sobras en la cocina.

Le aconsejaron discreción: desde entonces grita. Le intervinieron el teléfono: desde entonces grita también por teléfono.

Le pusieron uniforme para enviarlo a la guerra de Vietnam: se saca el uniforme y grita que no va, porque no tiene nada contra los vietnamitas, que nada malo le han hecho a él ni a ningún otro negro norteamericano.

Le quitaron el título mundial, le prohibieron boxear, lo condenaron a cárcel y multa: gritando agradece estos elogios a su dignidad humana”, escribió el también autor de Las venas abiertas de América Latina.

UNA GRABADORA EN LA CABEZA

Muhammad Alí era un fanfarrón, uno de esos que no se permitía cerrar la boca cuando el silencio resultaba la mejor opción y en torno al “problema de la negritud” era lo más parecido a lo que en nuestros tiempos representa el director de cine Spike Lee: un radical que no veía con buenos ojos ninguna acción de los blancos y que condenaba las uniones interraciales.

Para la famosa periodista italiana Oriana Fallaci (1929-2007), una férrea opositora al Islam –la religión a la que se convirtió Cassius Clay en 1964-, “los negros musulmanes eran un peligro para el mundo” y no se cansó de condenar en su época las posturas políticas del mítico boxeador, al que llamaba “payaso”.

En su libro Las raíces del odio: Mi verdad sobre el Islam, la periodista italiana fustigó duramente al boxeador, quien para ella era ” el símbolo de todo lo que se necesita eliminar: el odio, la arrogancia, el fanatismo que no conoce barreras geográficas. Los Musulmanes negros, una de las sectas más peligrosas de América, el Ku-Klux-Klan al revés, asesinos de Malcolm X, lo han catequizado, hipnotizado, doblado.

Del payaso inofensivo queda un vanidoso irritante, un fanático obtuso que predica la segregación racial, maltrata a los blancos que están con los negros y amenaza a los negros que están con los blancos”, dijo la también autora de Entrevistas con la historia.

Fallaci y Alí tuvieron un encuentro más que accidentado en 1966, cuando la italiana se acercó a la casa del pugilista para intentar entrevistarlo. Él le sacó el micrófono y lo tiró a la pared, ella le devolvió el gesto arrojándole una grabadora a la cabeza y luego salir corriendo hacia el taxi que la regresaría al hotel, mientras los guaruras del boxeador la perseguían con insultos y gestos amenazantes.

EL MÁS GRANDE: MI PROPIA HISTORIA

Le decían “The greatest” y su vida fue llevada al cine, entre otros en la película llamada sencillamente Ali, protagonizada magistralmente por Will Smith y dirigida por Michael Mann en 2001.

En 1976, la editorial Noguer dio a conocer en español el libro El más grande: mi propia historia, el resumen de las conversaciones de Muhammad Ali con el periodista y escritor Richard Durham, traducido en un perfil bastante humano, que no cedió a la tentación de la hagiografía.

El más grande, en conversaciones con Richard Durham. Foto: Especial
El más grande, en conversaciones con Richard Durham. Foto: Especial

“Es la historia de un tipo humano simpático, sentimental, fanfarrón, ingenioso, y un conocedor, como pocos, de su duro oficio. Y es también la vida de un hombre que arrojó su medalla de oro olímpica a las aguas del Ohio, como protesta estéril ante el trato que recibían las personas de su raza”, pregonaba la editorial al publicar la primera edición.

“Cuando se escriba la historia definitiva del siglo XX, tendrá que incluir a Muhammad Ali. Él es el más grande. Como su libro”, agregaba.

EL NACIMIENTO DE UN HÉROE AMERICANO

Rey del mundo, escrito por David Remnick (también biógrafo de Barack Obama), es un fresco imprescindible no sólo para comprender la vida del legendario boxeador, sino también para situarlo en su tiempo histórico, el de los convulsionados años 60.

A través de los enfrentamientos entre los musulmanes negros y el movimiento por los derechos civiles de Martin Luther King, la explosión de la música popular capitaneada por los Beatles o los trapicheos de las mafias que controlaban las apuestas, Remnick habla de la época que cambió el mundo y de la que Alí fue furibundo protagonista.

Protagonista de su época. Foto: Especial
Protagonista de su época. Foto: Especial

UN LIBRO ILUSTRADO

En 2003, durante la 55ª edición de la Feria Internacional del Libro de Francfort, Muhammad Alí se presentó para celebrar el lanzamiento mundial de Greatest of all times (GOAT), editado por Taschen.

“Esto no es un libro. Esto es un monumento en papel, el libro más megalómano en la historia de la civilización, el más grande, el más pesado, la cosa más radiante jamás impresa: la última victoria de Alí”, escribió el Der Spiegel, de Hamburgo, refiriéndose a una publicación monumental de 25 kilogramos, dedicada al mayor deportista de la era moderna.

Un libro que pesa 25 kilogramos. Foto: Taschen
Un libro que pesa 25 kilogramos. Foto: Taschen

Miles de imágenes —fotografía, arte y memorabilia— de más de 100 fotógrafos y artistas, dos secuencias desplegables y ensayos originales, así como las mejores entrevistas y escritos de las últimas cinco décadas, construyen la figura del campeón inigualable, el que ha refrendado su inmortalidad, sucumbiendo al Mal del Parkinson y al precio a pagar por gloria tan magnífica y merecida.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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