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La COVID-19 no sólo deja secuelas físicas, también lleva a pacientes recuperados a la soledad y el miedo

08/06/2020 - 3:00 pm

Algunos testimonios de personas que han llegado a las unidades de cuidados intensivos por la COVID-19, ilustran que la enfermedad no sólo causa problemas físicos, sino que deja secuelas emocionales y reflejan una faceta dura de la emergencia sanitaria.

Madrid, España, 8 de junio (RT).- En España, uno de los países más afectados del mundo por la pandemia de la COVID-19 –con casi un cuarto de millón de contagios y más 27 mil fallecidos–, más de 11 mil personas han tenido que ser atendidas por este motivo en las unidades hospitalarias de cuidados intensivos (UCI).

Son pacientes que han estado a punto de sucumbir ante el virus, que han pasado días inconscientes y han sufrido el desconcierto de despertarse entubados y aislados de su familia. Sus testimonios desvelan una faceta tan dura como emotiva en la experiencia de los enfermos graves de coronavirus.

“Es una soledad absolutamente aplastante”, asegura el doctor Salvador Espinosa, un médico que tuvo que ser ingresado en la UCI tras contagiarse, y que aún tiene entre sus peores recuerdos “el no poder dar un abrazo, el no poder sentir ese contacto, que alguien te agarre la mano”.

Espinosa confiesa también que, ante “el dolor tan terrible que tenía”, hubo alguna noche en la que pensó en “abandonar” su lucha: “Ya casi dejadme que me muera”, llegó a formular para sus adentros, reconociendo, no obstante, que sintió miedo ante la posibilidad de fallecer.

Angel Ruiz, otro paciente que venció a la COVID-19 gracias al trabajo de la UCI en la que fue tratado, comparte recuerdos más dulces: “He notado un montón de cariño y, sobre todo al volver, me he dado cuenta de que hay muchísima gente pendiente de mí, y eso siempre es muy agradable”.

EL ESTUDIO DE LAS SECUELAS

La investigación científica sobre las secuelas que sufren los enfermos más graves de COVID-19 está aún abierta, con la cautela como criterio fundamental.

“Hay una mayor incidencia de formación de trombos tanto en las venas como en las arterias del cuerpo incluso después del alta hospitalaria”, explica el cardiólogo José Abellán, detallando una de las pocas certezas que hay en este capítulo de la enfermedad.

El entumecimiento de algunas partes del cuerpo como la lengua, las manos o los muslos, la pérdida del olfato y el gusto o la atrofia de los pulmones y las importantes dificultades respiratorias son otros muchos de los síntomas que persisten tras superar la COVID-19, y cuyo grado de relación con la enfermedad aún se está determinando.

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