El alcalde priista de Ahuazotepec, Puebla lleva seis mandatos y un historial de caciquismo. Aunque los pobladores no recuerdan el día que Benjamín Silva Cuevas llegó de San Mateo Atenco a la región, reconocen que han dejado de votar porque él designa a sus sucesores, señala el sitio e-consulta.
Desde 1954 la familia Cuevas empezó a administrar la localidad, cuando Félix Cuevas, el primero de los Cuevas fue electo presidente, 28 años después Silva Cuevas llegó a la presidencia municipal, luego de que el mandato de su tío Marciano Cuevas Cruz -impuesto por Felix- dejara el cargo. Benjamín Silva Cuevas inició su primer periodo como presidente municipal constitucional, concluyendo su primera administración en 1981; luego repitió en el cargo durante los trienios 1993-1996; 2002-2005 y en 2011-2014.
Los habitantes aseguran nunca ha dejado de ejercer el poder porque él designa a sus sucesores. Ejemplo de ello es su sobrino Gerardo Silva Vergara (1999-2001) o sus ahijados, Bernardo Gustavo Ramírez (2002-2005) y Raymundo Olvera Muñoz (2008-2011), señala el diario.
Sólo una vez le falló, cuentan en la comunidad, cuando doña Cristina Franco Garduño, su esposa, quiso ser presidenta municipal y perdió. Actualmente designó como suplente a su hijo Benjamín Silva Franco, quien ha comenzado a “trabajar” para ser candidato a edil en el próximo ejercicio que durará 4 años 8 meses. Su hija, Patricia Silva Franco, maneja el Registro Civi, de acuerdo con e-consulta.
Los habitantes del municipio describen que llegó de San Mateo Atenco, Estado de México, a vender lana de borrego en costales y luego se hizo de un viejo camión modelo 50 con el que inició su prolífica carrera como transportista, siempre de la mano de la empresa Materiales y Materias Primas de Ahuazotepec (MyMPA). A la sombra de sus tíos maternos, se hizo además ejidatario y comenzó la explotación forestal y mineral del cerro de La Bandera de donde, cada vez que era alcalde, sacaba de “a gratis” el balaustre para reparar los caminos hasta en éste, su actual y quinto trienio, los miembros del Comisariado le pusieron precio a la piedra (mil pesos por camión) porque se dieron cuenta que gran parte de la misma se quedaba en poder de “Don Benja”.